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El periodista Javier Pérez Campos. / EL NORTE
En el origen del misterio
LIBROS

En el origen del misterio

El redactor de 'Cuarto Milenio' Javier Pérez Campos publica 'Los ecos de la tragedia', una investigación sobre el drama del camping Los Alfaques

CARLOS ÁLVARO

Domingo, 7 de julio 2013, 16:31

El 11 de julio de 1978, hace ahora 35 años, un camión cisterna cargado con 26.100 litros de propileno explotó en la N-340, enfrente del camping Los Alfaques, muy cerca de la localidad de San Carlos de la Rápita, en la provincia de Tarragona. La carga se convirtió en una gran bola de fuego que arrasó todo lo que encontró a su paso y acabó con la vida de 215 personas que en ese momento disfrutaban de sus vacaciones en el campamento, a la orilla del mar. La tragedia consternó a España entera.

En Los Alfaques se vivieron escenas dramáticas de dolor, muerte y desolación, pero no todo acabó ahí. Numerosos son los testigos de la zona que aseguran haber visto, incluso en pleno invierno, a personas en traje de baño, niños con cubos y utensilios de playa en la mano, como paralizados en la oscuridad de la noche, en el arcén de la carretera que pasa por delante de Los Alfaques. Curiosamente, ninguna de esas inquietantes figuras tiene rostro.

El periodista Javier Pérez Campos (Ciudad Real, 1989), redactor del programa televisivo 'Cuarto Milenio', que dirige Iker Jiménez, acaba de publicar 'Los ecos de la tragedia' (Planeta), un libro en el que investiga lo ocurrido y ahonda en los fenómenos paranormales que los testigos aseguran haber experimentado tanto en Los Alfaques como en otros lugares del país visitados por la tragedia. Al fin y al cabo, el caso de Los Alfaques es similar a otros, como el de los niños del Órbigo, en la provincia de Zamora; el de los accidentes aéreos del aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife; el del incendio del hotel Corona de Aragón de Zaragoza; o el del hotel Ayala Berganza, en Segovia, que Pérez Campos cita de refilón. «El denominador común es que se trata de lugares marcados por la tragedia y posteriormente por el misterio. Es el eco de la tragedia, de ahí el título del libro, que está basado en la denominada teoría de la impregnación que manejan los parapsicólogos, según la cual el sufrimiento es una emoción tan fuerte y poderosa que puede llegar a impregnar el lugar donde ocurre, de tal manera que en lo sucesivo se repiten en él fenómenos de este tipo. La tragedia está en el origen del misterio en muchos lugares», afirma el periodista.

Hace algo más de un año, Javier Pérez Campos pasó una noche en el hotel Ayala Berganza de Segovia, en la llamada Casa del Crimen, una mansión del siglo XVI marcada por el luctuoso pasaje ocurrido en 1892, cuando tres rateros asesinaron en el interior de la misma al dueño y a la sirvienta. «Tuve el privilegio de pernoctar en ese hotel segoviano, en una habitación supuestamente con fantasma, en un lugar que quedó marcado para siempre por aquel doble crimen, incluso en el inconsciente colectivo, pues todo el mundo desde entonces la conoce como la Casa del Crimen. También en este sitio hay varios testimonios que hablan de fenómenos paranormales», señala.

Trasfondo humano

Javier es un periodista auténtico, un joven investigador riguroso y apasionado con una labor que cuida al extremo. Sus reportajes semanales en 'Cuarto Milenio' dan cuenta de ello. En su último libro confiesa que, investigando sobre Los Alfaques, ha tomado parte en la aventura más apasionante que hasta ahora ha vivido. «Así es, porque la historia no se limita a recoger los misterios con los que me he encontrado, sino que ha tenido un trasfondo humano que en algunas ocasiones me ha llegado a emocionar. Hubo un momento en que me emocioné de verdad, que fue cuando estuve frente a la fosa común del cementerio de Tortosa, donde yacen las víctimas no identificadas de la tragedia del camping», asegura. Incluso consiguió que un superviviente del drama, que entonces era un niño de corta edad, le contara lo vivido en primera persona: «Fue un momento único, porque cuando hablé con Julio, al que muchos medios de comunicación llamaron 'el niño del polo' porque creían que había salvado la vida por ir a comprar un helado, me desveló que ni mucho menos fue así, que él estaba en el epicentro y vivió en primera persona aquella tragedia que acabó con la vida de su madre y sus dos hermanos. Cuando lo localicé y me dijo que quería acompañarme al camping fue tremendo. Allí, 'in situ', me lo contó todo».

El trabajo de investigación ha durado meses, pero ha merecido la pena: «Llegué a obsesionarme. Fueron meses de búsqueda de documentos oficiales sobre supuestos fenómenos paranormales, de búsqueda de testimonios, de viajes al lugar de los hechos. Incluso caí en un estado febril debido a una gripe que me complicó la parte final del trabajo, pero también ha habido satisfacciones», dice Pérez Campos, orgulloso de su profesión, periodista del misterio: «Es complicado dedicarte a esto porque son temas que los medios no suelen recoger, se desvirtúan y se desprecian. Además es difícil que la gente te cuente aquello que ha visto o vivido por miedo al descrédito social. De ahí que tengas que ganarte la confianza de ellos. Pero al mismo tiempo, las satisfacciones son muchas porque tu labor puede ayudar a esos testigos a superar sus miedos. Y esto me ha pasado en esta historia de manera clara. Los testigos han colaborado conmigo y a ellos les ha servido para superar miedos, temores, recelos y dramas internos».

Iker Jiménez es una de las personas que más confía en el trabajo de Pérez Campos: «Siempre está ahí, apoyando. Iker es un profesional entusiasta que cuando afrontas una nueva aventura te transmite toda su energía e ilusión».

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