La vendimia se cierra en el Bierzo con 14,8 millones de kilos de uva, un 27% menos que en 2011

El Bierzo ha dado por finalizada ya la campaña de vendimia, que este año ha venido marcada por la climatología, sobre todo por un descenso importante de las precipitaciones, lo que ha provocado un considerable retraso del ciclo vegetativo de la vid con respecto al año pasado. La producción total de uvas controladas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo ha rondado los 14,8 millones de kilos de uva (14.769.461 kilos concretamente), de los cuales el 88,5% (unos 13 millones de kilos) se han destinado para la elaboración de vinos con Denominación de Origen. El total de uva controlada que este año ha entrado en bodega se sitúa un 27% por debajo de la cosecha de la campaña 2011 y si se toma como referencia las cinco últimas cosechas, el descenso con relación a la media es del 5,5%. Por lo tanto, no se han cumplido las previsiones del Consejo, que contando ya con que la producción iba a quedar por debajo de la registrada el año pasado, fijaba la caída en torno a un 20% o un 25%, confiando en llegar a los 15 millones de kilos.

La mencía sigue siendo la variedad estrella. De ella se han recogido casi 10,2 millones de kilos, frente a los 1,9 millones de la variedad jerez, los 582.039 de godello, 205.610 de garnacha tintorera, 178.280 millones de kilos de doña blanca y los 11.300 de malvasía.

«Este años nos vamos a encontrar sobre todo con unos vinos tintos de mencía muy varietales, con buena extracción de color y muy frutales; así como blancos de godello con cada vez una mayor diferenciación y unas elaboraciones más cuidadas, lo que hace que estos vinos cada vez tengan una mayor complejidad y personalidad», explicaron desde el Consejo Regulador.

La sequía generalizada de la presente campaña ha provocado que la maduración de la uva haya sido muy lenta y escalonada, llevando un retraso de dos semanas con respecto al inicio de la vendimia de la campaña anterior. De todos modos, los técnicos de la D.O. aseguran que la lentitud de la maduración ha favorecido el equilibrio entre el grado alcohólico, que está muy compensado, la acidez y el pH. Además durante el período de recogida de la uva sí que se produjeron precipitaciones, lo que hizo que, en cierta manera, durante los días que llovió, se hiciera un paréntesis en la recolección con el fin de que secara la uva sin que estas precipitaciones afectaran a su estado sanitario, que «ha sido excelente».