Los vecinos de Labradores reclaman agilidad ante la «lentitud» de las obras

«Cuando se hace una obra se arregla todo. La obra lleva la reposición de lo que hay debajo», declaró ayer el alcalde tras las quejas de los vecinos de la calle de Labradores, que le dicen que «recuerde lo importante». De este modo se refieren al mal estado en el que se encuentra el colector general por el que circula el agua del subsuelo de la calle. «Eso es lo que hace falta, porque es pequeño y no tiene apenas salida. Han salido ratas enormes en algunos sótanos y se producen atranques constantemente. », reprochaba ayer Fernando Martínez, propietario de una tienda de mascotas en Labradores.

«Es necesario que lo cambien», explicaba José Ignacio Álvarez, propietario de una farmacia de la calle. «Todas las semanas hay denuncias de atranques, es un petición histórica de hace más de veinte años», decía. El ritmo de la obra es otro de los puntos que critican los vecinos. «Toda la semana para hacer esto Trabajan poco y con unas máquinas que dejan mucho que desear», explicaba el propio Martínez. «Ahora mismo no está trabajando nadie », puntualizó Miriam Gil en su tienda. «Se ha notado muchísimo la poca gente que viene por aquí, aunque seguro que luego tiene beneficios, pero nueve meses Habría sido mejor comenzar en verano», aclaró. «Retumba hasta el suelo», reprochaban las dependientas de otras de las tiendas. «Para el comercio, la duración de la obra es mucho tiempo», añadieron.

Una vecina de Labradores apuntó de nuevo la aparente falta de trabajo en la obra: «Deberían intensificar el número de obreros y no hacer todas las obras al mismo tiempo. Ahora trabajan cuando molestan, a las ocho de la mañana, y paran en las horas en las que menos nos importaría oír el ruido». Noemí Borobio, por su parte, no se entiende ni siquiera con los clientes. «Quedará bien, pero es mucho tiempo ». Roberto Pozo y Guillermina Mantecón lo llevan como pueden. «Todavía no es mucha molestia pero ».