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La torre, ya rematada y acabada
Los brotes verdes también crecen en el ladrillo

Los brotes verdes también crecen en el ladrillo

Una inmobiliaria remata una de las torres de Arco de Ladrillo, inacabada desde 2011, después de apenas siete meses de obras

J. Sanz

Sábado, 24 de septiembre 2016, 09:53

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La mayor mole de hormigón y cristal de la ciudad que fue abandonada a medio hacer en plena crisis del ladrillo, situada paradójicamente a los pies del paseo del Arco de Ladrillo, acaba de resurgir de sus cenizas cinco años después de que los obreros abandonaran el tajo a cuenta de la quiebra de la constructora de turno. La torre de viviendas de diez alturas, que cuenta con una gemela destinada a oficinas, está ahora prácticamente lista para recibir a sus primeros inquilinos después de siete meses de trabajos a cargo de la promotora de la entidad bancaria que se quedó en su día con sendos edificios y que decidió rematar, por ahora, el primero.

Los brotes verdes, aunque tímidos, parecen haber alcanzado a la Ciudad de la Comunicación, un barrio iniciado entre los años 2002 y 2011, pero que sufrió un parón en seco en su desarrollo cinco años atrás. La reciente apertura de la sede de la Tesorería de la Seguridad Social abierta el 9 de diciembre del año pasado y que cada día recibe a decenas de usuarios y la conclusión de la torre de viviendas, cuya construcción se paralizó en 2011, pueden revitalizar ahora un entorno aún repleto de solares vacíos.

El bloque en cuestión se encuentra situado en la prolongación de la calle General Shelly, al otro lado del paseo del Arco de Ladrillo, y fue levantado, junto a su gemelo de oficinas, por una promotora burgalesa. Su quiebra hace un lustro hizo que las dos torres pasaran, como tantas otras, a ser propiedad de una inmobilaria bancaria, que el pasado febrero decidió rematar este primer bloque y que anunció que, si todo va bien, hará lo propio con el segundo. Pero eso será a medio plazo.

La colocación de la grúa en febrero, la primera que se instalaba en la Ciudad de la Comunicación en un lustro, y su reciente retirada apuntan a que la intervención solo alcanza, por ahora, a la torre de viviendas. Los solares que pueblan el resto del barrio tendrán que esperar a que llegue su turno. Algún día.

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