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Los operarios derriban las alas de hormigón del monumento de Onésimo Redondo en el cerro de San Cristóbal.
El cerro de San Cristóbal pierde sus alas 55 años después

El cerro de San Cristóbal pierde sus alas 55 años después

Una cizalla con un brazo de 36 metros devora el hormigón del vestigio franquista de 1961 dedicado a Onésimo Redondo

J. Sanz

Martes, 16 de febrero 2016, 08:54

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Una enorme cizalla con un brazo de 36 metros ha comenzado ya a demoler a dentelladas las dos enormes alas de hormigón que hasta hace solo un par de semanas arropaban el conjunto escultórico dedicado a Onésimo Redondo en lo alto del cerro de San Cristóbal. Estos mamotretos, de 29 metros de altura cada uno, pasarán a formar parte de la memoria colectiva de la ciudad a lo largo de esta semana, cuando concluyan los trabajos de derribo de un monumento que ha coronado el punto más alto de la capital, con sus 843 metros de altitud, desde que fue inaugurado por el mismísimo Franco el 24 de julio de 1961, hace prácticamente 55 años.

El mirador, que se encuentra dentro del término municipal de la capital, pero al que se accede por una desvencijada carretera desde la travesía de la carretera de Soria, ya en La Cistérniga, nunca volverá a ofrecer su aspecto original, el que tuvo antes de la colocación del monumento en el 25 aniversario de la muerte del Caudillo de Castilla, ya que en los años posteriores se colocaron una antena de radio y el actual repetidor de televisión (1992).

Listo a finales de semana

Así que el cerro solo perderá la silueta de las dos alas de hormigón y el yugo y las flechas el emblema falangista que desde aquel lejano 1961 podían divisarse «desde los cuatro puntos cardinales», según recogía la crónica de este diario sobre la multitudinaria inauguración del monumento, a la que acudieron unas exageradas «sesenta mil personas». Los trabajos de demolición de dichas alas comenzaron el viernes y, en principio, concluirán justo una semana después, cuando la cizalla acabe de demoler este enorme amasijo de hierros y hormigón.

Los trabajos avanzan despacio debido a la cercanía de las instalaciones de Retevisión sus oficinas están situadas justo en la parte posterior del monumento, si bien ayer mismo ya podía observarse desde la distancia cómo sendas alas iban perdiendo altura a medida que avanzaba la jornada. Los operarios, una vez concluida la demolición, retirarán los escombros y en lo alto de cerro no quedará resto alguno de la existencia de este vestigio franquista.

El conjunto escultórico en sí, formado por cinco figuras de bronce (la central era la de Onésimo Redondo), ya fue retirado el día 2 y será expuesto en su día en el Museo de la Memoria Histórica de Salamanca.

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