Béjar homenajeará su pasado textil recreando la salida de las fábricas

Béjar tiene mañana una cita con la historia, con su propia historia, que la llevó a ser una ciudad muy conocida e importante a nivel nacional de la mano del textil, una industria muy potente en su momento de la que hoy apenas queda una sombra y muchos recuerdos.

Recuerdos que, para algunos, siguen muy vivos y que se pueden recrear viendo fotografías antiguas.«Pero esas fotografías, en su mayoría, solo muestran las maquinarias, ya que solían ser encargadas por los dueños de las fábricas, pero apenas hay fotos en las que se vea a los trabajadores, falta el componente humano que movía esas máquinas», señala el fotógrafo Raúl Martín, hijo de un trabajador del textil bejarano que asegura que «no tengo fotos de mi padre trabajando, y eso que empezó con 14 años y pasó por diferentes cargos, pero a nadie se le ocurría en aquella época hacer fotos de los trabajadores, ya que la mayoría de los obreros no tenían cámaras o no las llevaban a las fábricas por miedo a romperlas y los dueños encargaban fotos de las máquinas, pero no de sus empleados».

Proyecto

De esa carencia nació un proyecto que, desde 2002, llevó a Martín a hacer fotografías de las fábricas que aún quedan en Béjar y de los restos de aquellas que, sin funcionar, aún se mantienen en pie.

«Dejé el proyecto un poco parado, pero lo recuperé hace unos tres años», señala el fotógrafo, quien ahora quiere ponerle el broche de oro a esta iniciativa haciendo una recreación de la salida de las fábricas. «Quiero hacer la foto que nunca existió», asegura, «una foto homenaje a todos aquellos hombres y mujeres que trabajaban en el textil».

Para ello, ha hecho un llamamiento a todos aquellos bejaranos y gente de la comarca que quieran participar en el proyecto (aunque es extensible a cualquier persona interesada en el mismo) para reunirse mañana domingo en la puerta de la antigua fábrica de García y Cascón, una de las que más trabajadores llegó a tener y cuyo cierre supuso «el principio del gran cambio», siendo reflejo de la caída del textil en Béjar.

Todos los interesados, especialmente de entre 14 y 70 años para darle más veracidad a la imagen, deberán acudir ataviados con las ropas que vestían los obreros de las fábricas textiles en la década de los 50 y 60 del pasado siglo, es decir, con pantalón, americana o abrigo humilde (de paño o de tela) y botas (o bien un mono de trabajo) en el caso de los hombres y con bata de trabajo o vestidos de la época y abrigo en el caso de las mujeres. Para la cabeza, ellos podrán ir con boina o gorra y ellas con un pañuelo, portando además cestas o tarteras como las que usaban los obreros para llevar la comida y, quien pueda, aportando bicicletas o vehículos antiguos para darle más veracidad a la imagen.

El motivo para escoger la fábrica de García y Cascón, pegada a la orilla del río Cuerpo de Hombre, cerca del puente de San Albín, es la importancia que tuvo la misma en la historia del textil bejarano así como el entorno que la rodea «que se ha mantenido casi igual que en aquella época, aunque había menos árboles y no se veía el puente de la autovía al fondo, pero eso se eliminará en postproducción». Además, Martín quiere agradecer la disponibilidad del actual propietario de la fábrica, Javier Cejuela, para permitir usarla como escenario, aunque la foto será exterior ya que dentro «no queda maquinaria».

Los participantes, muchos de ellos hijos o nietos del textil, además de pasar un buen rato recordando su propio pasado histórico, recibirán una copia de la fotografía, una vez editada, como recuerdo de la jornada. Además, si el proyecto cuenta con una buena respuesta por parte de los bejaranos, la foto se expondrá en el Museo Textil de Béjar, actualmente cerrado, pero que parece que se podría abrir antes de que acabe la legislatura, ya que el Ayuntamiento está dando pasos adelante para su consolidación y, ayer mismo, una representación del Consistorio viajaba hasta Astorga para valorar la posibilidad de adquirir una máquina para dicho museo.

«Si consiguiera que vinieran 200 personas sería genial, y si vinieran 300 lloraría de la emoción», asegura Raúl Martín, quien ha divulgado su convocatoria a través de las redes sociales, los medios de comunicación y con la pegada de carteles.

Este fotógrafo, que lleva 20 años dedicándose al mundo de la fotografía y el vídeo, reconoce que «me llenaría de orgullo poder hacer una foto que no ha hecho nadie y homenajear a la gente del textil. Homenajear a mi pueblo y trabajar por mi pueblo desinteresadamente» y es que se trata de un proyecto totalmente altruista por el que no recibirá ninguna contraprestación económica y que, si todo sale según lo planeado, quedará como legado histórico para la ciudad textil.