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Cestas de setas tras una jornada de recolección. Corro de Brujas
La sequía retrasa la temporada de setas, pero los expertos auguran un año normal en Palencia

La sequía retrasa la temporada de setas, pero los expertos auguran un año normal en Palencia

El decreto de la Junta de Castilla y León que limita la recolección de setas a tres kilos al día en terrenos sin señalizar es una medida bien acogida por el sector

marco alonso

Palencia

Domingo, 15 de octubre 2017, 18:27

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La última hoja del calendario de la estación de verano cayó el 21 de septiembre, y con ella deberían comenzar a caer todas las hojas de los árboles y a crecer las setas en los bosques, pero el otoño parece resistirse a llegar. Las altas temperaturas y la ausencia de lluvias en los últimos días ha hecho que la temporada micológica se retrase más de lo habitual, más incluso que en los tardíos últimos años.

Los más pesimistas creen que va a ser complicado recolectar muchas setas este año, pero no solo por la ausencia de lluvias, también por el endurecimiento de la legislación. Y es que la Junta de Castilla y León ha regulado por decreto la conservación, gestión, aprovechamiento sostenible y comercialización de los recursos micológicos silvestres.

La resolución limita a 3 kilos al día la cantidad de hongos que podrán recoger los denominados ‘recolectores esporádicos’ en aquellos terrenos no cercados y sin señalizar por los propietarios, y las reacciones no se han hecho esperar. El presidente de la Asociación Micológica Corro de Brujas, Luis Javier Alonso, cree que el decreto es un comienzo, pero queda mucho por hacer. «Es una alternativa buena para los gestores de los montes que no quieren acotarlo, que deseen dejarlo libre para que todo el mundo pueda recoger. Aunque tres kilos puede ser excesivo en algunas especies y en otras, insuficiente, dependiendo del año. Intenta poner orden en muchos puntos y es imposible dar gusto a todos», apunta Alonso, que opina que esta nueva legislación no va a frenar a los recolectores esporádicos. «Aquellos montes que no se acoten van a permitir el tránsito de las personas por ellos para poder recolectar en familia tres ‘kilitos’ cada uno. ¿Para qué quieren más?», añade.

Un niño se fija en una amanita muscaria durante un día de recolección en la provincia.
Un niño se fija en una amanita muscaria durante un día de recolección en la provincia. Corro de Brujas

Las alarmas han saltado en todas las asociaciones micológicas, pero no solo por las medidas adoptadas por la administración, también por los augurios de un año complicado para el sector. Los amantes de la recolección de setas y hongos siguen mirando al cielo en busca de nubes que descarguen sobre los bosques, pero la lluvia no llega y sin agua, no hay setas. El desánimo parece haberse apoderado de los aficionados a la micología, pero una de las voces más autorizadas del sector, el director de la cátedra de Micología de la UVA, Juan Andrés Oria, no es catastrofista, ni mucho menos. «Lo que está ocurriendo en los últimos años es que la campaña micológica se está retrasando, pero se prevé que haya una cosecha normal», sentencia Oria, que pide paciencia a los recolectores. «Parece que cuando llega el otoño, la gente exige que haya setas. Pero llegan luego en gran cantidad en diciembre y en enero. No hay que desesperarse porque hay lugares en los que, a día de hoy, se están cogiendo bastantes setas», explica el director de la cátedra de Micología.

El agua casi no ha hecho acto de presencia en los últimos días, pero una de las condiciones que determinan los brotes son las lluvias estivales, que este año sí que se han dejado notar en algunos puntos de la provincia. «Con las condiciones de lluvia que ha habido en verano, estamos seguros de que puede haber un brote de setas», apunta Oria.

El recolector tiene la sensación de que el retraso de la temporada micológica la acorta, ya que si las setas comienzan a salir en diciembre, las heladas del invierno acaban con la cosecha, una afirmación con la que no está muy de acuerdo el director de la cátedra de Micología de la UVA en el Campus de Palencia. «En muchos casos, se pueden helar algunas setas, pero, cuando remiten las heladas, vuelven a brotar. Es un mito que cuando empieza a helar, deja de haber setas. Después de una helada, si las condiciones son apropiadas, las setas vuelven a salir sin ningún tipo de problema», aclara Oria.

Arriba, Craterllus Cornucopoides. Debajo a la derecha, Macrolepiota Procera y a la izquierda recolectores durante una joranada de búsqueda de setas.
Imagen principal - Arriba, Craterllus Cornucopoides. Debajo a la derecha, Macrolepiota Procera y a la izquierda recolectores durante una joranada de búsqueda de setas.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Craterllus Cornucopoides. Debajo a la derecha, Macrolepiota Procera y a la izquierda recolectores durante una joranada de búsqueda de setas.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Craterllus Cornucopoides. Debajo a la derecha, Macrolepiota Procera y a la izquierda recolectores durante una joranada de búsqueda de setas.

El retraso de la temporada ha hecho incluso que la denominación de una de las setas más utilizadas en la gastronomía pierda sentido. La ‘Craterellus Cornucopioides’, más conocida como ‘trompeta de la muerte’, debe su nombre común a que es una seta con forma de trompeta que brota el día de difuntos, en torno al 1 de noviembre. Ahora, la trompeta de la muerte está comenzando a aparecer a principios de diciembre, en torno al puente de la Inmaculada y la Constitución, por lo que no son pocos los amantes de la micología que han comenzado a llamar a esta seta ‘trompeta constitucional’, en clara alusión a este retraso de la salida de este elemento esencial de los fogones de los restaurantes palentinos.

Uno de los indicadores del número de setas que hay en lo montes es su precio en las fruterías. El kilo de boletus rondaba, a día de ayer, los 40 euros, mientras que los níscalos son muy difíciles de encontrar en Palencia y, los pocos que hay, cuestan entre 25 y 30 euros. Pero esto de las setas va por barrios, o por montes, y junto al Curavacas ha habido un gran brote de ‘Macrolepiota Procera’, comúnmente conocida como ‘Parasol’, que ha hecho que los recolectores comenzaran a ver el vaso micológico medio lleno, pese a lo poco que ha llovido hasta ahora.

La ausencia de lluvias es uno de los problemas que más quebraderos de cabeza está dando a los recolectores, aunque, como decíamos al principio, la legislación sigue trayendo de cabeza a todo el sector, ya que cada ayuntamiento sigue gestionando las licencias y las delimitaciones de unos y otros no están bien definidas en algunos casos. No obstante, Oria cree que la regulación es necesaria y, a falta de una regulación para toda la comunidad autónoma, es positivo el actual marco municipal. «Hay docenas de miles de hectáreas en Palencia en las que no hay un acotado y dónde uno puede recoger lo que quiera y ‘ponerse hasta las cejas’, pero hay localidades donde han acotado y, con señalamiento público, está regulado. Las figuras de parque micológicos son interesantes para que esto sea por fin un acicate turístico. Además, cuando hay una regulación, las mafias de recolectores desaparecen y se van a las zonas no reguladas», señala.

La Junta ha creado la app 'Micocyl' para que los recolectores sepan si se encuentran en un monte regulado

Con el objetivo de que los recolectores sepan si están cogiendo setas en un monte regulado, el programa de Micología de Castilla y León –promovido por la Junta de Castilla y León, Diputaciones y más de 320 municipios de la región– ha ideado una app denominada ‘Micocyl’ que se puede descargar en el móvil e indica si el recolector se encuentra en un monte regulado. Esta iniciativa ha sido bien acogida por los usuarios y el presidente de la Asociación Micológica Corro de Brujas, Luis Javier Alonso,  cree que la tecnología puede ahorrar algún susto a los amantes de las setas. «Lo veo bien porque la tecnología siempre ayuda, aunque los montes que no están regulados por Micocyl no aparecen ahí. La Junta debería facilitar un listado que diga qué montes están acotados y qué especies se pueden recolectar en cada lugar», apunta Alonso, que deja entrever que aún queda mucho por hacer.

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