Los sinfónicos cambian de arco

La cuerda de la Sinfónica de Castilla y León lleva inmersa esta semana en la primera mitad del siglo XVIII. Su naturaleza clásica ha mutado en barroca, cuando una orquesta era una agrupación de esta única familia. Corelli, Vivaldi, Händel y Germiniani son los compositores elegidos para trabajar con Il Giardino Armonico, ensemble especializado en el barroco y residente en el Auditorio Miguel Delibes. El resultado, este sábado a partir de las 19:00 en la sala de cámara del Miguel Delibes.

Los músicos de la OSCyL se han sometido al criterio historicista de la formación de Antonini. Llevan meses estudiando las partituras y semanas acostumbrándose al arco y las cuerdas (de tripa en vez de metálicas) barrocas. Aún así, cuando se encuentran con los músicos de Il Giardino parece que hablaran lenguajes diferentes. «La afinación es medio tono más baja, el sonido tiene un color más oscuro», explica Liana Mosca, viola de Il Giardino.

«Desde el primer momento insistimos en que sientan el barroco como un lenguaje distinto. La técnica de los dedos en el mástil, las cuerdas de tripa, el arco, todo va encaminado a facilitarlo, a hacerlo más fluido. Se da otra importancia al silencio y la articulación se mide al detalle», dice Stefano Barneschi, responsable de la dirección y primer violín. La afinación es la tarea que más tiempo lleva en cada ensayo. Sin embargo, una vez comienzan a tocar, todos bailan. «Esta música obliga a tener una actitud más proactiva, exige estar continuamente proponiendo y recibiendo, escuchando mucho porque hay que crear una atmósfera. Es como si fuéramos un cuarteto, todos tenemos el papel solista y a la vez todos somos tutti», aclara Stefano junto a Marco Bianchi, violín segundo. Este es el tercer taller de música antigua de Il Giardino Armonico en el auditorio Miguel Delibes.