«Cantar no es sacar la voz a pasear, sino expresar todos tus sentimientos»

Nacida en Santander, Consuelo Bravo se trasladó a Valladolid donde cursó estudios artísticos en la Escuela de Arte Dramático. Así comenzó su vinculación con el mundo de la escena. Posteriormente, intervino en diferentes montajes de teatro e imagen de ámbito nacional como actriz y ayudante de dirección y escenografía. Tras cursar estudios musicales en el Conservatorio de Valladolid, inicia su andadura artística bajo la tutela y magisterio de la soprano Ángeles Chamorro y también de Celia Langa. En 1998 comienza su carrera profesional lírica, interpretando en diversos conciertos y recitales, sobre todo, canción lírica española, melodía francesa, música religiosa, zarzuela, musical americano y repertorio operístico.

Ha cantado en Italia música de los siglos XVI y XVII y en España ha codirigido un espectáculo de inspiración mozartiana, Cosí e Mozart, o los amores en Mozart, en el que también canta. A lo largo de su ya dilatada trayectoria artística, Consuelo Bravo ha intervenido en auditorios y teatros de prácticamente media España.

¿De dónde viene la pasión por la música?

Pasión, amor, dedicación. Es un don que para mi viene del cielo, así lo siento. Es una energía. He tenido la mala suerte de tener una mala enseñanza y saber lo que no hay que hacer para cantar y también, estupendos maestros que me enseñaron que debemos cantar para transmitir las emociones a través de la voz que tenemos.

¿Qué significa para usted poder cantar?

El cantante nace, no se hace. Ya desde niña me gustaba cantar. Antes el canto formaba parte de nuestra vida. Nos emocionábamos y cantábamos. Cantar es una forma de liberarse, de compartir con los demás.

Ha compaginando el canto con su faceta como actriz.

Me aconsejaron que a lo mejor lo mío era el teatro y tuve suerte de que los profesores que he tenido me enseñaron de una manera muy profunda y aprendí a conocer la interpretación. Cuando empecé a ser actriz profesional, siempre tenía la sensación de que me faltaba algo. Después decidí bajarme de los escenarios y no volver a subir si no era cantando.

¿Qué es lo más importante al subir al escenario?

Respetar la partitura y cantar desde el corazón. La antigua tradición del bel canto. Saber cómo querría el compositor que se cantara su obra y de forma muy natural. Lo más importante para cantar es hacer una introspección y conocerse a uno mismo. A partir de ahí, empezar a unir la voz y el alma para convertirse en auténticos cantantes.

¿Vivimos en un mundo demasiado acelerado?

Debe haber paciencia y avanzar poquito a poquito. Cantar no es solo sacar la voz a pasear, sino es entregar todos tus sentimientos, algo muy profundo.

¿Qué ha preparado para el concierto en La Santa Espina?

Un programa ameno que si va la familia con niños no haya problema. Es un acercamiento a la música religiosa, a la ópera. No pretendemos que sea un concierto exquisito. Queremos pasar un rato tranquilo, relajado y que podamos compartir, sentir y emocionarnos.

¿Sus arias o compositores favoritos?

Celia Langa siempre me decía que con el tiempo mi voz sería una lírica pura. Mi voz se acomoda perfectamente a Puccini. Gracias a la facilidad que tengo para interpretar, soy capaz de cantar una habanera de Carmen y también otro tipo de repertorio.

También está entrando en el repertorio de la música religiosa y barroca.

El barroco no es mi especialidad, pero cantarle a la virgen, con Bach, Vivaldi, Händel, pues me emociona porque es de una gran belleza. Procuro siempre respetar al compositor y lo que me está diciendo la música y cantar con el mayor amor posible.

¿La música hace los corazones más libres?

Hay que tener naturalidad. Soy pequeña de estatura, pero cuando canto la voz es grande y hermosa. Intento ser honesta y como es algo verdadero, creo que por eso llega a los corazones de los demás. Cuando canto, estoy invocando que nos sintamos libres y mostrar la verdadera naturaleza como seres humanos.

¿Sus próximos proyectos?

Voy donde me llaman, tanto en teatros, como ceremonias y también en funerales, que es donde la gente necesita más llegar al alma. Además de cualquier tipo de fiesta o cualquier acontecimiento íntimo que se quiera acompañar con este tipo de música clásica.