Josep Pons: «El papel de las orquestas está mutando»
El maestro dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en un programa dedicado a la 'Sinfonía nº 9', de Mahler
V. M. NIÑO
Jueves, 12 de diciembre 2013, 19:55
Es un director fuerte, preparado para la carrera de fondo que suponen 80 minutos de sinfonía, pero aún no sabe si el virus gripal se impondrá a Mahler o será el bohemio el que exorcice al visitante estacional. Josep Pons vuelve a dirigir a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León esta semana. Y parece que es un placer mutuo; los músicos agradecen las digresiones del maestro sobre la obra y Pons, bregado en las dificultades de su trabajo como titular, puede trabajar sobre la música, sin más implicaciones laborales.
El director musical de Liceo admite que la casa de la ópera catalana, «va, que no es poco, son tiempos difíciles». Y pasa página, prefiere hablar de Mahler. «La 'Novena' es una sinfonía de reválida, para una orquesta buena y grande. Después de la 'Cuarta' de Bruckner que hicimos la pasada temporada, que tocaron muy bien no solo técnicamente sino extrayendo la emoción de la obra, tanto ellos como yo queríamos hacer esta».
Nueva prueba para la Orquesta y el director, «porque estas sinfonías o las trabajas a fondo o no salen. Es difícil por los planos sonoros, porque exige mucho de la orquesta, que no va en bloque, sino que siendo toda uno hay independencia dinámica y rítmica de las voces. Es una sinfonía compendio que abarca el saber del clasicismo y el romanticismo. Está todo, es un resumen o una culminación de la historia de la música hasta ese momento».
El objeto de deseo semanal
Salta cada semana de la ópera al sinfonismo, de los solistas a las orquestas. «Es la esencia de este trabajo, aunque nunca sabes cómo estarás esa semana, ni tu humor, ni tu apetencia. Pero como se programa con dos años de antelación enfocas tu vida para que en ese momento sea la obra que más te apetece hacer, la conviertes en tu objeto de deseo. La semana pasada Ravel fue eso para mí, esta, Mahler, y la próxima, vacaciones», dice sonriente este catalán que prueba suerte en su tierra tras décadas de trabajo fuera.
Precisamente parte de su trabajo al frente de la Orquesta Nacional de España ve la luz ahora. «En mi última etapa al frente de la ONE, desde 2008 cuando se resolvió el tema audiovisual, grabamos diez discos en cuatro años para Deutsche Grammophon. Está a punto de salir la grabación de la 'Octava' de Mahler, un dvd con un making off muy interesante. Y salió ya el disco de la ONE con Estrella Morente».
El disco como «testimonio» frente a lo efímero del concierto le interesa a Pons, que sigue grabando con Harmonia Mundi. «Hemos grabado con Perianes y la Orquesta de la BBC las 'Noches en los jardines de España' y otro con sinfonías de Berio». Pons es la actual batuta titular de la orquesta más antigua de España, la del Liceo que supera los 160 años de historia. Ha ayudado a crecer a orquestas jóvenes, pero no se acomoda en la actual, el podio se gana cada día. «Por muy longevo que sea el trasatlántico, hay que echarle leña todos los días, si no, no anda. No hay proyecto que vaya solo y si dejas de empujar e innovar se estanca. El mundo está cambiando y las orquestas también», explica Pons. «Lo que antes era glamur y una cara elitista de la cultura está mutando y mutará más. Las orquestas hacen cada vez más papel social y educativo, se implican en las ciudades en las que están asentadas. Ese cambio se está haciendo e irá a más. La sociedad se transforma, hay palabras como solidaridad y sostenibilidad que han entrado en juego y eso aparece también en la música. Y no me refiero a la rendimiento identificado con rentabilidad. El rendimiento hay que verlo en relación al bien social que produce. Si la música mejora la vida de nuestros hijos, si influye para bien en la escuela y en la sociedad, objetivo cumplido». El maestro va más allá. «Si los que vengan a escuchar a Mahler pasan un rato placentero y quizá reflexionen sobre ello, cumplimos con nuestra responsabilidad. Los músicos trabajamos con la franja alta de las emociones de la gente, nuestro espacio es el ocio y el crecimiento del público. Por eso es contradictorio contar nuestras miserias, ya tienen bastantes problemas los que vienen a escucharnos como para poner sobre la mesa los nuestros».