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Exterior de la iglesia de San Juan Bautista y de Santa Catalina. / E. RUBIO
Señas de identidad
Marazuela

Señas de identidad

Marazoleja cuenta con una nueva bandera y un nuevo escudo donde se plasman elementos de la localidad

ELENA RUBIO ARAGONESES

Miércoles, 4 de marzo 2009, 09:19

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El viajero que recorre esta parte de la provincia sabe desde unos cuantos kilómetros antes que está llegando a Marazoleja. Se divisa a lo lejos, acariciando el cielo. Y es que la belleza de la torre de la iglesia parroquial es una de las señas de identidad de este municipio.

Por este motivo, cuando hace unos meses estuvieron trabajando en crear una bandera y un escudo no lo dudaron ni un momento. En su escudo hay tres elementos significativos del pueblo. Por un lado, el patrimonial. En la parte superior derecha, y en color rojo, han situado la torre del templo dedicado a San Juan Evangelista, donde se aprecia su chapitel de plomo y pizarra. El centro del escudo es atravesado por una banda ondeada de color azul que representa otro de los elementos característicos de Marazoleja, el Zorita, afluente del río Moros. Y en la parte inferior izquierda se encuentra un haz de tres espigas de color verde, que representa los cultivos de secano como el trigo, la cebada o el centeno. El fondo del escudo, de color amarillo, simboliza los campos de la localidad. Este mismo color es también la base de la bandera que a su vez esta atravesada por un franja azul, recordando de nuevo al río que pasa por el pueblo.

Para que las nuevas generaciones no olviden, en el pueblo también se puede ver el potro de herrar, una aventadora, un trillo lagarto y unos lavaderos, aunque ya no reciben el agua de la conocida como 'Fuente del pueblo o de las vacas', punto de encuentro donde los dueños de las vacas acudían después de haber pasado el día en la dehesa.

Costumbres

Costumbres que con el paso de los años han ido desapareciendo, como por ejemplo, la de la 'Pascua de las mozas', que se celebraba el domingo de Pentecostés. La víspera se juntaban los mozos en las tabernas y en las cuatro calles. Acto seguido iban a cortar un árbol grande que colocaban en el pilón, situado en el centro de la plaza. Después cogían las ramas para adornar las ventanas de las mozas o de sus novias a las que iban a rondar por una peseta con sus guitarras o sus botellas de anís.

Una tradición que seguramente hayan visto y vivido las dos personas centenarias del pueblo, Moisés Llorente Martín, que el pasado cinco de octubre cumplió 103 años y Emerenciana Esteban de Pablos, que el próximo 18 de mayo también cumplirá esos mismos años.

Y no sólo estos vecinos, sino otros muchos, habrán probado el orujo de Marazoleja, que destilaba con su alambique el fallecido Liborio Bernardo, 'El relojero'.

Lo que no han perdido los 'marazolejanos' es su devoción por su patrona, Santa Catalina de Siena, que celebran el 30 de abril y el 1 de mayo. Desde la iglesia y hasta la ermita, que está a las afueras, los vecinos llevan en una carroza a su patrona. Durante la procesión, muchos agarran los cordones rojos que lleva el vehículo.

Y como estas fiestas están un poco alejadas del verano, los días siguientes al 15 de agosto organizan una semana cultural donde no faltan las actividades infantiles o exposiciones. Ya las han hecho de aperos de labranza, de fotos antiguas del pueblo o de cómo era antes una escuela. Recuerdos que no se les han olvidado ni a los vecinos ni a los que vivían en los caseríos que agrupa la localidad Redonda el Nuevo y Redonda el Viejo.

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