La música sigue sonando pese al coronavirus
Tras la cancelación de sus actuaciones, Álvaro Figal, DJ Fausto, echa de menos el ambiente de fiesta en los pueblos y pincha para los amigos, como hizo durante el confinamiento con sus vecinos de Villaralbo
Iba a ser un buen verano para DJ Fausto, el mejor de los quince años que lleva pinchando música por los pueblos. Tenía actuaciones contratadas todos los viernes y sábados desde el 1 de mayo hasta el 25 de octubre en municipios de las provincias de Zamora, Salamanca y Valladolid. Todas han sido canceladas y el que se preveía como el mejor verano en su carrera como DJ, lo está dedicando a trabajar en el campo y a quitarse el gusanillo de la música pinchando para los amigos, como hizo durante el confinamiento con los vecinos de su pueblo, Villaralbo.
Álvaro Figal Pelayo, de 34 años, reside en esta localidad de la comarca zamorana de Tierra del Vino, situada a tan solo 7 kilómetros de la capital. Desde pequeño, todos le conocen como Fausto, el nombre de su padre.
Comenzó como DJ en el bar que tienen sus primos en la localidad. «En una fiesta de sábado me metí a poner discos y así comencé». Entonces tenía 15 años y asegura que la música siempre le ha gustado, algo que tiene que agradecer a su padre, que siempre ponía música, y a una prima, que le regalaba CD de discotecas de renombre. Comenzó pinchando en el bar y en casa con una mesa de mezclas pequeña y siguió animando cumpleaños y fiestas de quintos en pueblos de la provincia hasta que en los últimos años se ha dado a conocer, sobre todo, en Zamora y las comarcas de Tierra del Vino, Toro y La Guareña.
Está viviendo un verano diferente por la pandemia no solo por lo que supone a nivel profesional y económico. Y es que el joven tenía pensado darse de alta como autónomo durante el verano y pasárselo pinchando. «Ha pasado esto y me ha tocado buscarme la vida de otra forma. Un amigo me ofreció trabajar en la agricultura y es lo que estoy haciendo y de lo que vive aquí la gran mayoría de la gente», explica.
Lamenta la cancelación de las fiestas de los pueblos, donde muchos jóvenes esperan a que finalicen las orquestas de madrugada para que se suba al escenario DJ Fausto y comiencen sus sesiones de house y música comercial. Ahora, para no perder la costumbre, pincha en reuniones y cenas de amigos. Ya lo hizo durante el confinamiento desde el garaje de su casa, en una iniciativa que levantó los ánimos de los villaralbinos en esa dura etapa y que recibió muchos agradecimientos.
«Un amigo me lo propuso porque había visto a gente en redes sociales sacar el equipo de música y pinchar. Empezamos a pinchar todas las tardes durante media hora o así para animar un poco en ese tiempo de espera en el que nos tocó estar», recuerda.
Este año tampoco actuará en las fiestas de su pueblo, donde es un fijo. Es más, calcula que, debido a la crisis sanitaria, no volverá a pinchar hasta principios del año que viene.
«En lo económico para mí ha sido un palo terrible. Me ha tocado buscar otro tipo de trabajo para salir del paso porque la gran mayoría de mis ingresos dependían de pinchar los fines de semana». Pero además del cambio que supone a nivel profesional, DJ Fausto echa de menos el ambiente de fiesta. «Se echa de menos estar poniendo música para 500 o 1.000 personas en una plaza del pueblo como Villaralbo o Moraleja del Vino y ver disfrutar a la gente y que te vienen a ver», afirma.
Durante esta época de parón, trata de mantenerse al día. «No hay que perder la costumbre porque hay que estar al tanto de la música nueva y siempre tienes que estar innovando y buscando lo que se lleva porque, aunque tengas tu propio estilo, tienes que estar a la última», asegura.
Aunque este trabajo es cansado por los kilómetros que realiza entre pueblo y pueblo los fines de semana y porque tiene que montar y desmontar el equipo a altas horas de la madrugada, confiesa que para él pinchar es como salir de fiesta. «Disfruto viendo disfrutar a la gente», explica.
En la zona, los jóvenes también echan de menos los festejos y la música del DJ de Villaralbo. Lo normal para la juventud, salvo este verano, es recorrer todas las fiestas que se celebran cerca.