Valladolid

Los vecinos de San Juan esperan que la llegada del claustro amplíe la plaza

Cabero, que ahora participa en dos de las obras públicas más importantes que se desarrollan en Valladolid, la rehabilitación del Teatro Lope de Vega y la conversión del convento de Santa Catalina de Siena en el centro municipal del vino, seguirá las pautas marcadas por la arquitecta Raquel Górriz, autora del proyecto, para abordar esta operación después de que la nueva propiedad de la finca donara a la ciudad de manera altruista estos valiosos restos.

La intervención puede conllevar una ampliación de la plaza, aunque esta medida aún está valorándose. El presidente de la asociación de vecinos Bailarín Vicente Escudero, Jesús Valverde, considera que para que estos vestigios del cenobio mercedario luzcan como merecen y al mismo tiempo se garantice la movilidad de los viandantes es necesario ganar espacio.

Así, ya le han planteado al Ayuntamiento la necesidad de peatonalizar la prolongación de la calle Reyes en el corto tramo comprendido entre Maldonado y Don Sancho. «La acera tiene una anchura de 1,60 metros, si se instala la arquería, se va a reducir ese espacio», explica el portavoz. Reservar esta superficie solo para el tránsito a pie no causaría, en principio, grandes complicaciones, ya que los coches que aparcan en Maldonado podrían salir bien por la calle Reyes hacia Cardenal Mendoza o volver hacia La Merced si se permite esa circulación, según valoran en esta entidad ciudadana.

En este entorno de la plaza de San Juan, también se baraja, según avanzó el equipo de Gobierno municipal en el concejo abierto celebrado en el barrio, la posible peatonalización de Velardes y de la calle Reyes permitiendo, como es lógico, el acceso a los vados.

A la espera de si finalmente se adopta esta decisión, en poco más de un mes los operarios de Cabero comenzarán a actuar en el pago de Los Quemadillos, situado en el límite entre la capital y Simancas. El procedimiento será complejo. Primero, se trabajará en el espacio donde está instalado. Se andamiará el conjunto, formado por nueve arcos, nueve columnas jónicas y en blasón de la orden religiosa, y allí se realizará una limpieza y preconsolidación del mismo.

Posteriormente, se procederá serrado manual de las juntas de mortero y limpieza de los restos de cemento para embalar por separado cada pieza y trasladarlas a un almacén donde continuarán las tareas de restauración hasta su posterior montaje en la plaza.

Su instalación se hará en forma de 'L' en la esquina que forma el frente de la plaza por Don Sancho con la prolongación de la calle Reyes, en el tramo hasta Maldonado. Los elementos del claustro volverán a la disposición original que tenían en el convento y sumarán una fila horizontal de sillares en la parte inferior para recuperar las medidas originales de los arcos y las columnas. Asimismo, está contemplado aplicar un tratamiento de protección preventiva con resinas protectoras antigrafiti para preservarlo de la acción de los vándalos.

El Ayuntamiento reserva una partida de 260.000 euros para culminar con éxito esta reubicación, que irá acompañada de una cartelería en la que se explicará la historia y vicisitudes del convento levantado entre 1621 y 1629.