Valladolid

La peatonalización de la calle Reyes anticipa la llegada del claustro a la plaza de San Juan

Una vez que concluyan los trabajos, esta zona pasará a ser completamente peatonal, lo que extenderá la superficie de la plaza de San Juan reservada exclusivamente a los viandantes.

El concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca, ya anunció el pasado mes de abril la intención municipal de peatonalizar este vial, en un proyecto bien recibido por la asociación vecinal Bailarín Vicente Escudero, que había reclamado esta intervención, no solo para ganar espacio peatonal en la zona, sino también para realzar la próxima instalación allí de la arquería de un claustro del siglo XVII, perteneciente al antiguo convento de la Merced Descalza.

La Policía Municipal ha informado este jueves del inicio de los trabajos y de cómo esta intervención afectará al tráfico en la zona. Las obras suprimirán temporalmente una docena de aparcamientos en el tramo final de la calle Maldonado, que mientras dure el tajo se convertirá en una suerte de callejón. Los vehículos de los vados podrán acceder a ella, pero se encontrarán con un tapón al fondo, por lo que tendrán que tomar el mismo camino de vuelta. También la calle Reyes entre la calle Cardenal Mendoza y San Juan se convertirá en un fondo de saco, con acceso para los vehículos de los vados autorizados.

Una vez que concluyan las obras, y ya con la peatonalización efectiva de este pequeño tramo de la calle Reyes, los vehículos no podrán girar a la derecha al final de Maldonado rumbo a San Juan, sino que tendrán que torcer obligatoriamente a la izquierda, hacia Cardenal Mendoza por la calle Reyes y luego entrar por la calle Velardes hacia el otro extremo de San Juan y Don Sancho. El Ayuntamiento también explicó que había valorado incluso la posibilidad de convertir Velardes en peatonal. En ese caso, los coches deberían avanzar hasta el final de la calle Colón para luego girar por Ramón y Cajal (hacia la facultad de Medicina) y tomar más tarde Alamillos y Huelgas rumbo a San Juan.

La peatonalización servirá para alargar el tramo peatonal de San Juan y, al mismo tiempo, desahogar el tramo de acera una vez que se coloque la arquería del siglo XVII. Los vecinos temían que al ubicar allí este claustro se quitara espacio a los peatones, en una acera que, en ese punto, tiene una anchura de 1,60 metros. «Si se instala la arquería, se va a reducir mucho», auguraba Jesús Valverde, presidente del colectivo vecinal.

Estas obras en la calle Reyes anticipan la anunciada llegada de los restos del claustro del convento de la Merced Calzada. El conjunto se encuentra ahora adosado (como si fuera un porche) a una casona agrícola (de principios del siglo XX) en la finca de Los Quemadillos, situada entre la capital y Simancas. La intención era comenzar este mes de julio el desmontaje de la arquería, para iniciar su restauración antes de su instalación final en San Juan (gracias a una operación que rondará los 250.000 euros). De este modo, la estructura regresará a su ubicación original, ya que la arquería pertenecía a un cenobio que estuvo allí ubicado (en una manzana delimitada entre las calles Maldonado y Don Sancho) en los primeros compases del siglo XVII.

Todo parece indicar que los arcos terminaron en la finca del Camino Viejo de Simancas cuando el constructor encargado del derribo la compró por 34.000 pesetas en 1934. Se trata de nueve arcos y nueve columnas jónicas que se colocarán (con forma de L) en una esquina de la plaza de San Juan, con cinco arcos hacia esa nueva zona peatonal de la calle Reyes y los otros cuatro, hacia Don Sancho. El Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con el actual propietario de la finca donde está la arquería para la donación del conjunto monumental, que cuenta con la protección integral en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y, además, presenta un escudo de la orden mercedaria que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).