Tertulias a la fresca en Valladolid: con una silla al parque para hablar de filosofía y literatura

Cada participante llega a la cita con su propia silla (su banqueta tal vez) y además con sus ideas. También con sus ganas de aprender y compartir, su interés por escuchar, su afán por construir un reducto fresquito en medio del sofocante calor, del bochorno de la actualidad. Se acerca cada uno a la cita con la misma intención de esas personas que, al caer la noche, salen a la puerta de casa para charlar con los vecinos y exprimir las noches de verano. Son hasta 17 las personas que asisten cada miércoles de julio a Tertulias a la Fresca, una iniciativa promovida por el espacio literario Caliza y que propone material literario y filosófico para propiciar el pin pon de reflexiones.

«La idea surgió el año pasado como una alternativa refrescante frente a unos veranos cada vez más imposibles», cuenta Arantxa Mateo, impulsora del proyecto. «Por un lado, habitamos el espacio público desde un lugar muy alejado del habitual. Ahora, casi siempre que nos reunimos en la calle suele estar vinculado a una terraza privada, las mesas colocadas por un bar». Aquí, el escenario son parques y plazas, zonas de césped o jardín donde plantan sus sillas y semillas para la conversación. Mateo propone unas píldoras literarias que sirven para encauzar una charla temática que aborda aspectos como «la identidad y el arraigo, el trabajo y la precarización de nuestros tiempos, archivo y memoria». El año pasado, en las tertulias se disertó en torno a la muerte, los cuidados, las redes sociales y ciudadanas.

Cada vez en un barrio. «Es importante para reforzar la vinculación de los participantes en sus diferentes zonas y también para descubrir nuevos espacios de la ciudad». Desde el parque Ribera de Castilla a Las Norias, del jardín botánico al paseo de la Ribera. Los asistentes se apuntan para todas las sesiones, pero «siempre hay curiosos que se acercan y se paran a escuchar».

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