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Vía de Ariza desmontada en el paso a nivel de Argales. A. Mingueza

Los seis pasos proyectados, y ahora en suspenso, rematarían la integración ferroviaria al 70%

La zona menos desarrollada es la de Argales, que solo se ejecutaría cuando se liberaran los terrenos de Redalsa, que albergarán 2.500 viviendas

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 12 de octubre 2025, 08:37

La integración ferroviaria pactada en el año 2017 contemplaba casi una veintena de actuaciones por un valor de 112,08 millones de euros. Hay que ... aclarar que algunos de los pasos que ya se han inaugurado, como Rafael Cano, no forman parte de ese convenio. Desde entonces se han construido Nochevieja-Andrómeda (vehículos y peatonal), Padre Claret (peatonal), Labradores y Panaderos (vehículos, ciclista y peatonal). «No se ha avanzado nada», ha criticado reiteradamente el alcalde, Jesús Julio Carnero, al respecto de la lentitud de las obras de integración. Esas tres actuaciones supusieron una inversión de 26,9 millones de euros, algo más de lo previsto porque hubo que incluir un modificado en Labradores por 2,7 millones.

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Si la sociedad Valladolid Alta Velocidad se disuelve, sin embargo, se quedarían en el limbo seis proyectos que están a falta prácticamente de que se adjudiquen las obras. Son las obras cruciales de la integración, que se divide en dos fases. De Ariza hacia el norte, donde todo el terreno que rodea a la vía salvo los talleres de Farnesio ya es plenamente residencial; y de Ariza hacia el sur, donde no hay proyectos concretos porque solo se ejecutarían cuando Redalsa abandone el polígono de Argales y libere el suelo para construir todo un barrio entero con más de 2.500 viviendas en tres parcelas que suman 247.041 metros cuadrados.

Así que el grueso de la integración se concentra entre Ariza y el apeadero de la Universidad de Valladolid. Y en ese tramo hay seis proyectos listos. El último es el paso peatonal de San Isidro, cuya mejora estaba pendiente. El presupuesto de licitación en este caso es de 4,6 millones de euros. Se ha recibido el proyecto definitivo por parte de la empresa que tenía que redactarlo y solo falta el informe de supervisión final del Ayuntamiento para proceder a continuación a licitar las obras. Una licitación que, con la fractura dentro de la sociedad Valladolid Alta Velocidad, no se va a producir.

San Isidro se suma a los tres pasos de Ariza, más el de Arco de Ladrillo y el previsto en Unión-Pelícano. 54 millones de euros ejecutables inmediatamente que se van a quedar parados y que supondrían alcanzar el 70% de la integración en cuanto a presupuesto. Teniendo en cuenta, además, que la caja de la sociedad Valladolid Alta Velocidad dispone en estos momentos de cien millones de euros que garantizan la liquidez para afrontarlas.

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En lo que se refiere al impacto en la permeabilidad de la vía, sería mucho más importante de lo que marca ese 70%, porque afecta a toda la zona ya habitada a ambos lados de la línea férrea, lo que no sucede al sur de Ariza. Además, hay que tener en cuenta que Padre Claret, Rafael Cano, Nochevieja-Andrómeda, Unión-Pelícano y los tres del entorno de Ariza (Adolfo Suárez-Hípica, Boston-Álvarez Taladriz y Las Norias-Crepúsculo) son pasos que no existían antes de comenzar toda la operación ferroviaria. O bien eran un paso a nivel, como el de Rafael Cano, o bien son pasos poco prácticos, como la enorme pasarela de Las Norias hacia el camino de La Esperanza.

La integración al completo contempla casi una veintena de pasos entre los de nueva creación y los que se reformarían, así como la urbanización y acondicionamiento, jardín y carriles bici y aceras incluidos, de los dos bordes de las vías. Algo similar a lo que se puede apreciar en el entorno de Labradores y Panaderos en la calle La Vía, con ese vallado de hormigón blanco hasta media altura y vallas que permiten ver el otro lado. Esta obra sería la que recorrería y unificaría todos los pasos entre los dos lados de la vía.

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El grueso de la integración del ferrocarril quedaría cumplido, por tanto, con los seis pasos que se pueden ejecutar ya más la nueva estación de trenes, que incluye la pasarela anexa al propio edificio de la terminal y otra pasarela situada en Recondo que debería desembocar en el depósito de locomotoras, aunque esta es una de las intervenciones que ni siquiera se ha diseñado aún. Cabe recordar que este depósito forma parte del patrimonio histórico ferroviario y se encuentra sumamente dañado, pero ni durante los planes del soterramiento ni durante los de la integración se ha contemplado cómo detener su deterioro para, posteriormente, darle un uso que lo revalorice. La estación ya ha comenzado a ejecutarse, aunque de momento sean los topógrafos y no las excavadoras las que han tomado el mando de las operaciones.

Pasado Arco de Ladrillo y Ariza, el plan incluye un paso peatonal y ciclista más entre las calles Luna y Estrella y el parque de Las Norias, ya en el límite con el terreno industrial del polígono de Argales. Y desde Daniel del Olmo hasta el fin de Covaresa están señalados en el convenio de integración otros siete pasos peatonales y ciclistas y uno más de vehículos entre el nuevo barrio de Argales y Tierra de Sepúlveda.

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Esta es la fase más retrasada de todas, pero tiene una explicación. Está prevista para unir el lado de la vía de Arturo León, La Rubia y Covaresa con Argales, con la enorme bolsa de suelo en la que ahora se asientan las instalaciones de Redalsa. Esas instalaciones desaparecerán cuando Redalsa se traslade a la zona de los nuevos talleres de Renfe, en el páramo de San Isidro, algo que se acometerá una vez que la variante de mercancías entre en funcionamiento y todos los trenes de carga se desvíen hacia allí. Esa variante debería estar rematada a finales de 2026. Entonces empezará el proceso de descontaminación de suelos, urbanización, venta de solares… Y junto con todo ello, los pasos para conectar el barrio con el otro lado.

Dos de los pasos más relevantes tampoco han conseguido avances: avenida de Zamora y Daniel del Olmo. El Ministerio, antes de la presentación del proyecto de la estación de trenes, ofreció al Ayuntamiento sustituir el viaducto de la avenida de Zamora por un paso subterráneo. En lugar de casi 400 metros de cuesta arriba y cuesta abajo, un paso de vehículos, peatonal y ciclista bajo las vías de poco más de 25 metros, que serviría para enganchar Parque Alameda y carretera de Rueda con ese barrio nuevo de Argales. También se puso sobre la mesa la necesidad de sustituir el viaducto de Daniel del Olmo. Un paso que, en este caso, no estaba contemplado en el convenio de integración. El Ayuntamiento ha apostado por construir un nuevo paso elevado para los vehículos, pero el Ministerio solo contempla ayudar financieramente si se ejecuta por debajo de las vías. En el convenio sí se incluía, en el listado de obras, un paso de peatones y bicicletas en ese punto.

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Adif envió al Ayuntamiento en abril de 2024 los diseños de varios de estos pasos al sur de Ariza. La intención era empezar a licitar la redacción de los proyectos para poder ejecutar las obras en cuanto Redalsa quedara despejado. Hay que tener en cuenta que Adif y Renfe tienen prisa por poder vender cuanto antes, y al mejor precio, los terrenos liberados, que son los que deben amortizar la deuda que asumieron en su día. Pretendían que las obras de estos pasos (Espanta, Bellogín, avenida de Zamora, Tierra de Sepúlveda y Campo de Gómara) pudieran comenzarse en el año 2028. Y de todas ellas la más compleja de ejecutar era la de la avenida de Zamora, con una duración de entre 36 y 42 meses. El resto tenían plazos de ejecución de en torno a 16 meses.

Todas ellas, salvo la de la estación de trenes, quedan ahora en suspenso por el anuncio del Ministerio de Transportes de pedir la disolución de la sociedad Valladolid Alta Velocidad por incumplir los objetivos para los que se constituyó. Una amenaza que puede dejar a la ciudad sin la integración ferroviaria y sin soterramiento, puesto que en este caso no existe ni un solo compromiso ni un plano ni un informe serio, más allá del deseo del Ayuntamiento, de que se haga realidad.

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Carril bici cortado por el viejo muro de cemento y la acera de brea, junto a Padre Claret. Carlos Espeso

Calles a medio urbanizar

Las obras de los pasos incluyen pequeños tramos de acera, carril bici y vallado nuevo junto a las vías del tren. Se aprecia perfectamente en el entorno de Labradores-Panaderos y Padre Claret. Un muro vallado más ligero sustituye a la tapia cementada, aunque esta aún sobrevive en algunos tramos. Desde la esquina de la calle Estación hasta Claret hay 150 metros en los que la acera recién estrenada desaparece. Queda el metro escaso que había antes, con una acera de brea junto al murete de cemento, hasta que llega a la parte urbanizada de Claret. Acaba este segundo paso y vuelve la acera estrecha de brea, otros 70 metros, casi hasta el túnel de San Isidro.

Precisamente en este punto se observa lo absurdo de la situación. Una verja de hierro permite ver cómo se ha alineado una fila de bloques que dibujan perfectamente la línea por la que discurrirá la nueva valla cuando conecte con la recién colocada en los pasos de Claret y Labradores. Ese tramo se le ganará al lecho ferroviario para poder ensanchar la acera, colocar el embaldosado que ya luce en el resto e incluir el carril bici, ahora inconexo.

El concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, explicaba que para hacer un proyecto conjunto que cosa todos estos huecos entre pasos es preciso que Adif desafecte el terreno y se puedan ejecutar los trabajos.

Al otro lado, junto a Labradores, ocurre algo parecido con un tramo anexo a la vía en el que hay incluso un pequeño edificio en ruinas. El terreno ganado a las vías y el del solar del edificio permitirían urbanizar en condiciones una zona en la que ahora se amontona un aparcamiento improvisado y una acera inexistente. Una situación que ha provocado incluso las quejas de los vecinos en el concejo abierto. El Ayuntamiento ha iniciado el proceso de expropiación para poder avanzar con esa obra.

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