

Valladolid
El Río Hortega avanza en un ensayo que trata con células madre a pacientes de lupusLa investigación liderada por la doctora Julia Barbado abre una puerta terapéutica para abordar los casos en los que esta enfermedad autoinmune afecta gravemente al riñón
El lupus, en boca de un médico, solamente tiene de poético el nombre. Lobo en latín. Se llamó así a la enfermedad por el parecido ... de una lesión eritematosa característica que provocaba en la piel de la cara con la mordedura del cánido. A partir de ahí, se acabó la poesía, porque el diagnóstico implica afrontar una enfermedad crónica, para toda la vida, y en muchos casos altamente incapacitante. El sistema inmunitario de la persona se desnorta y ataca a diferentes órganos y tejidos, provocando inflamación en los riñones, articulaciones, la piel, los pulmones... Pues asociar lupus y Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid es desembocar en una línea de investigación con células madre mesenquimales cimentada en un trabajo de años y que se encuentra en este momento en fase de ensayo clínico con pacientes. Muy avanzada.
«Los pacientes más severos se tratan con dosis elevadas de corticoides e inmunosupresores, que tienen sus efectos adversos para unas personas que además no logran tener una situación de calidad de vida lo suficientemente buena», explica sobre el lupus la doctora Julia Barbado Ajo, coordinadora de la Unidad de Enfermedades Autoinmunes -única con acreditación oficial en Castilla y León- encuadrada en el Río Hortega dentro del Servicio de Medicina Interna y responsable de un proyecto de investigación que enfoca hacia un tratamiento nuevo, con terapia celular avanzada, de casos de lupus con afectación nefrítica. Dentro de que esta enfermedad es diferente en cada paciente y con un sesgo de género brutal, porque el 90% de los diagnósticos son mujeres, el riñón es un órgano diana que centra la agresión del propio sistema inmunológico en un alto porcentaje de las personas que la padecen.
El tratamiento 'compasivo' a tres pacientes con la terapia celular experimental en 2016, con buen resultado, base de la investigación
El equipo de investigación de la doctora Barbado (con ella trabajan Miriam Gabella Martín y Luis Corral Gudino, ambos médicos adjuntos de Medicina Interna en el Río Hortega y el segundo también profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid) trabaja con células madre mesenquimales, extraídas de la médula ósea de una persona sana. Estas células disponen de la capacidad de regular o modular el sistema inmunitario, que en el caso de estos pacientes genera anticuerpos que atacan a sus propios órganos. En ese funcionamiento desnortado, actuarían como una brújula para volver a orientar las defensas. Julia Barbado ha presentado las líneas generales de esta investigación en una reunión internacional de expertos en enfermedades autoinmunes que se celebró días atrás, en Barcelona.
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Aún reclutan pacientes para el ensayo
El ensayo del hospital vallisoletano se centra en pacientes con nefritis lúpica, a los que esta enfermedad autoinmune ha dañado gravemente los riñones. Tanto como para acabar en diálisis o situarles ante un trasplante. Junto a esos enfermos participantes en el ensayo, todavía en fase de reclutamiento y abierto a pacientes de otros hospitales, hay cinco personas a las que se aplica esta terapia experimental en modo compasivo, porque no responden a los fármacos tradicionales.
Explicado de una manera esquemática, el equipo de la doctora Barbado inyecta por vía intravenosa un preparado con células mesenquimales extraídas de la médula ósea de un donante sano que ha dado su permiso para ello a una persona con nefritis lúpica avanzada. En principio es una única dosis, a partir de la cual los investigadores analizan si esas células han logrado reorientar el sistema de defensas del paciente para aminorar o llegar a neutralizar la respuesta inmunológica agresiva con la que su cuerpo desarrolla el lupus y ataca a sus riñones.
Implica un cambio de enfoque: de tratar la inflamación que provocan los anticuerpos propios del paciente a actuar sobre estos últimos mediante las células madre para generar una tolerancia inmune. «La inducción de la autotolerancia persigue el equilibrio inmunitario, manteniendo la inflamación bajo control y reduciendo los brotes de lupus», señala Julia Barbado. La efectividad del tratamiento experimental se valora a través de las analíticas de control que periódicamente se les hacen a los participantes en el ensayo. Si mejora la funcionalidad del riñón y eso permite reducir la medicación que estaban tomando y que no estaba siendo suficientemente efectiva, la terapia funciona.
Los tratamientos con corticoides e inmunosupresores reportan efectos adversos y secuelas a largo plazo sin impedir 'brotes' con daño crónico en órganos
El tratamiento que se ensaya en el Río Hortega presenta además unos efectos adversos muy bajos. «Existen, pero casi no les hemos visto», indica el doctor Corral, que precisa que la aplicación de estas células de donante no requiere, como ocurre con los trasplantes, una medicación para que el cuerpo de la persona que las acoge no las reconozca como extrañas. «Tienen una especie de privilegio inmunológico que hace que el organismo no las ataca», añade este especialista y docente universitario. Esos efectos adversos mínimos contrastan con el 'peaje' que abonan en su salud los pacientes de lupus con tratamientos contundentes y sostenidos de inmunosupresores que les bajan las defensas y les exponen a infecciones y corticoides que envejecen las arterias y aumentan con los años la propensión a sufrir infartos o ictus. Y a pesar del tratamiento convencional intensivo con esos dos tipos de fármacos, el lupus es propenso a brotes que causan daños crónicos en los órganos de los pacientes.
De mejora de analíticas a remisión
Para llegar al momento actual, muy avanzado, de la línea de investigación que lidera Julia Barbado, hay que remontarse al año 2016 y a la colaboración con la empresa de base tecnológica Citospin. Radicada en el Parque Científico de la Universidad de Valladolid y autorizada por la Agencia Española del Medicamento para la preparación y suministro de células de grado clínico para uso humano, fue impulsada por los catedráticos Javier García Sancho y Ana Sánchez, pioneros en crear este tipo de terapias en España.
El embrión de la investigación actual se remonta a ese momento y a tres pacientes, dos hombres y una mujer, que se encontraban en una situación «catastrófica, francamente desesperada», en definición de la doctora Barbado, con una nefritis lúpica que desde el hospital no podían tratar. No tenían ya más opciones de tratamiento y los responsables hospitalarios, del Comité de Ética que autoriza las investigaciones y el uso compasivo y de la Agencia Española del Medicamento dieron el visto bueno. En los tres casos funcionó, con resultados que indicaban una mejoría a la semana ya de la aplicación del preparado de células madre mesenquimales, con una rebaja paulatina de medicación hasta, pasados un meses, lograr analíticas de remisión completa. «Hasta ahora no ha vuelto a tener ningún tipo de manifestación», subraya la doctora Barbado sobre uno de esos primeros pacientes, que continúa en seguimiento en su consulta.
Financiación
La especialista del Río Hortega atesora una amplia experiencia investigadora en lupus, pero también en campo de la covid-19, con un ensayo con tratamiento celular en personas con grave afectación por el SARS-CoV-2. El proyecto que ha desembocado en el ensayo con células madre mesenquimales, con el mérito de empezar desde cero desde el propio servicio del hospital sin grandes industrias farmacéuticas o institutos de investigación cercanos de respaldo, está apoyado presupuestariamente por el Instituto de Salud Carlos III, dentro de una línea de ayudas para proyectos independientes, por el Río Hortega y por la Asociación EAVACyL (Asociación de Enfermedades Autoinmunes y Vasculitis de Castilla y León) que realiza periódicamente eventos para recaudar fondos. El último de ellos tuvo lugar este mes, con un desfile en Cabezón de Pisuerga.
La Unidad de Enfermedades Autoinmunes del Río Hortega trata a más de 2.000 pacientes en el amplio listado de patologías que encajan bajo ese paraguas, de los que alrededor de 180 tienen diagnosticado lupus. «Es de lo que más tratamos», precisa Barbado. En el Hospital Clínico Universitario de Valladolid existe una consulta especializada para atender a estos enfermos, que requieren profesionales de referencia que apliquen una visión del conjunto para el seguimiento de una enfermedad con múltiples dianas de ataque y que evite el peregrinar entre consultas de reumatólogos, internistas, dermatólogos, neurólogos...
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