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Récord de asistentes con 600 andarines en la marcha por las personas con daño cerebral adquirido
La Asociación Camino, organizadora del evento, celebra la alta implicación en una jornada festiva en la que han superado los 526 dorsales del año pasado
«A pasear, que hace un buen día. 3, 2, 1, ¡adelante!». El speaker y la presidenta de la Asociación Camino daban esta mañana el ... pistoletazo de salida en el aparcamiento del Centro Comercial Vallsur a la IV marcha a favor de las personas con daño cerebral adquirido. La jornada, marcada por la festividad del Puente del Pilar, ha estado bendecida por un sol de justicia que ha impulsado el compromiso de más de 600 andarines. Un récord de asistentes que han quemado suela durante un recorrido de 5,4 kilómetros.
«Es una cifra muy buena porque estábamos obsesionados con que podía ser un mal día por el puente, pero la gente nos ha respondido. El año pasado llegamos a 526 o así, y este año pasamos de los 600. Estamos muy contentos porque lo necesitamos para ayudar a las personas con daño cerebral adquirido», celebraba Josefina Pablo Plaza, al frente de la asociación desde hace cuatro años, pero con una implicación que viene ya de lejos y que le vino impuesta por los golpes de la vida.
Concretamente, desde hace 18 años, cuando tuvo que hacerse cargo de uno de sus hermanos tras sufrir una muerte súbita mientras dormía, que le provocó daños irreversibles en la memoria. «Cuando a una persona le surge este problema, lo sufre, pero la familia también; te cambia la vida totalmente», explica, sobre una problemática que puede aparecer en «cualquier momento de la vida», por «un ictus, un accidente o un traumatismo».
Lo recaudado en esta edición, a razón de cinco euros por dorsal -donaciones y compra de merchandising aparte-, irá íntegramente destinado a las obras para terminar de acondicionar la nueva sede que la asociación estrenó el pasado mes de mayo en el antiguo colegio Rosa Chacel, cedido por el Ayuntamiento, donde ya han adaptado los baños y otros espacios a las necesidades de un centenar de socios. «Nuestro próximo proyecto es hacer un gimnasio como parte de las terapias que ya tenemos en marcha», explica, sobre unas actividades que reciben el nombre de «respiro familiar», dirigidas por una terapeuta ocupacional y una auxiliar. Dos días a la semana practican natación y la asociación presta también servicio de logopedia y apoyo psicológico para afectados y familiares.
La caminata partió de las instalaciones del centro comercial con destino al PRAE de la Cañada Real, donde los asistentes repusieron fuerzas con un avituallamiento de fruta y agua -proporcionado por Mercaolid, Gadis y Vallsur- y disfrutaron de las zonas verdes al son de dulzainas y tambores. Los primeros caminantes en llegar superaban el umbral del parque en torno a las 11:30 horas.
Si fuera una competición, la primera en romper la línea de meta habría sido Marina Vodak, de 39 años, aficionada a las marchas y al deporte. «Es el segundo o tercer año que vengo, me gusta apuntarme a todas», explica antes de deshacer lo corrido, mientras recupera el aliento tras casi tres kilómetros al trote que se le han hecho «cortos». Unos metros más atrás aparecía Ismael Ruiz, que también repetía una cita de la que se enteró a través de las redes sociales de Vallsur. «He vuelto porque me gustó la iniciativa, para colaborar un poco con las personas que tienen daño cerebral adquirido y también por hacer deporte», explica este corredor de 46 años.
Doblete solidario
Entre los asistentes también había quienes este fin de semana habían hecho doblete por la solidaridad, como Inés Cuesta, María Jesús Mesa y Noa Sánchez, de 69, 46 y 13 años, abuela, madre y tía entre sí. «Nos gusta apuntarnos siempre a este tipo de iniciativas; ayer estuvimos en la del Banco de Alimentos y porque no ha habido más. Ahora estamos esperando a la marcha contra el cáncer (del próximo 26 de octubre)», aseguran, mientras aplauden la gran asistencia: «Hemos visto que este año ha habido bastante más gente participando que el año pasado. Debería de haber más cosas para esta asociación».
El evento solidario ha finalizado en torno a la una de la tarde en el punto de partida, Aquarius y chocolatina en mano. El grupo Tocado y Hundido ha amenizado el final de una jornada en la que también se han sorteado premios de todo tipo gracias a las aportaciones de muchas empresas colaboradoras, como «entradas para el Real Valladolid o para el VRAC Entrepinares», así como «balones, camisetas, botellas de vino, queso o pastas».
«Estamos muy agradecidos. Ha sido una mañana festiva y familiar para dar visibilidad a esta causa, pasar un día estupendo y recaudar fondos para nuestros fines», concluía Josefina Pablo, que ha hecho un llamamiento para que se sumen nuevos socios: «La cuota son solo 30 euros al año. A nosotros nos ayuda mucho». De cara a la quinta edición, esperan también poder contar con más patrocinadores para poder entregar gorras y camisetas e inundar la ciudad con una marea azul.
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