Felisa Asensio en el Centro de Vida Activa del Paseo Zorrilla. Aida Barrio

Valladolid

«Quiero hablar, reír, disfrutar y tener con quien compartir todo eso»

Las altas temperaturas afectan a la salud de Felisa Asensio, de 77 años, quien vive sola y participa en las actividades para mayores de los centros de vida activa

Sofía Fernández

Valladolid

Sábado, 9 de agosto 2025, 19:10

Felisa Asensio perdió a su marido hace más de 10 años y ahí comenzó un gran cambio en su vida. «A raíz de eso, dejé ... de hacer cosas, fui perdiendo amistades y cuando quise darme cuenta ya fui consciente de que me había quedado sola», asegura esta vallisoletana de 77 años.

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Cuenta con el apoyo de su hija, de hecho, estuvo varios años viviendo con ella en Huelva, pero tuvo que volver tras la pandemia. «El calor que hace allí me hace mal a la salud, no descansaba por las noches, apenas podía salir de casa y estaba todo el día fatigada», explica.

Aunque admite que «el calor de estos días no ayuda en nada a su bienestar» trata de paliar esos momentos de soledad a lo largo del día con actividades enfocadas a personas mayores. «Por casualidad hace tres años me metí en una charla y conocí a dos mujeres y a partir de ahí intento ir a todo lo que puedo», dice esta mujer que participa en las clases de crecimiento personal en los talleres de baile, en las actividades de memoria, escuela de espalda, tardes de juegos de mesa... y así hasta completar una larga lista que mantiene a Felisa «activa y ocupada, que no sabes lo importante que es eso para las personas que viven solas», apunta.

Felisa es consciente de que ella tiene a su hija, «pero hay mucha gente que no tiene a nadie», por eso reclama «muchas más actividades en verano y una ampliación de horario de las mismas, porque hay un bajón, sobre todo en agosto, que hace que la gente esté más parada y eso nos viene fatal a los que necesitamos una rutina. Somos los grandes olvidados y tenemos que luchar por nosotros mismos y porque aumenten las plazas y los talleres porque mucha gente se queda fuera», asegura Asensio, quien está aprendiendo a sumar y a multiplicar de nuevo debido a las secuelas de un infarto cerebral.

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Ha conocido a mucha gente en estos tres años en estos centros de vida a los que acude con regularidad. «Casi siempre voy al de Zona Sur y al de Puente Colgante y es imposible no charlar un rato con alguien con el que coincidas en cualquier cosa, para mí han sido una bendición porque me han hecho darme cuenta de que tengo mucho por decir, quiero hablar, reír, disfrutar y tener con quien compartir todo eso».

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