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Estanterías de agua embotellada vacías en un supermercado de Tudela. En detalle, una vecina señala el regreso del suministro. L. A. D.

Así se han vivido las cinco horas sin agua en Tudela de Duero

El corte de suministro ha tomado mucho menos tiempo de lo previsto en primera instancia por el Ayuntamiento

Lorena Arias Duque

Martes, 8 de julio 2025, 20:03

La misma suerte que el papel higiénico en pandemia tuvieron las garrafas de agua en los supermercados de Tudela de Duero este martes, 8 de ... julio, apenas en las primeras horas del corte de suministro que afectó a casi todo el municipio. La avería, causada por una fuga en la arteria principal que abastece con agua al pueblo, ha sido resuelta mucho antes de lo que preveía el Ayuntamiento, que estimaba incluso «dos o tres días» de corte.

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Tan solo cinco horas después de que se produjera el corte del suministro –en torno a las 12:00 horas– el municipio ha vuelto a la normalidad. Sin embargo, el corte se ha hecho sentir no solo en las viviendas particulares, sino – y, sobre todo – en los comercios. Con altas probabilidades, han sido los supermercados los más impactados por los efectos del corte, que ha instado a muchos vecinos a arrasar con las garrafas de agua hasta dejar los estantes, prácticamente, vacíos.

«Esto ha sido una locura para las del turno de la mañana», asegura una de las trabajadoras del supermercado Lupa, en el acceso oeste del pueblo, mientras verifica que, en efecto, en el almacén ya no queda más que «alguna botella suelta» y el resto está todo en las estanterías, pero no es suficiente para llenarlas. Su compañera de la pescadería también se queja: «no se podía limpiar bien el pescado» y asegura que muchos clientes preferían llevarse el producto y lavarlo por su cuenta antes que irse sin él.

Tampoco en la sección de bebidas del supermercado Alcampo, situado en la plaza del Café Goya, quedaban más que algunas botellas de agua pequeñas pasadas las 16.00 horas. En cambio, el encargado de la pescadería pudo limpiar el pescado gracias a que conservaba un poco de agua, según relata Rosalía Cachorro, cajera de esta tienda.

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En cuanto a los negocios locales, claramente uno de los principales afectados fue la lavandería Lawash, en la calle Salegar. Aunque el local no parece haber tenido especial concurrencia en las horas del corte, hubo algún cliente que tuvo que dejar su colada a medias y esperar a que volviese el agua.

La situación fue bien distinta en los bares adyacentes, donde el corte de suministro supuso para algunos, si no el cierre, al menos la reducción de clientela y, también, de oferta gastronómica. En el Jesse Pub de la avenida Valladolid, el personal no pudo seguir usando la cafetera y la cocina tuvo que cerrar. «Hemos hecho lo que hemos podido por tal de no cerrar el bar», explica con resignación una camarera y añade que la vajilla pudo lavarse gracias a que parte del personal acudió «corriendo» a por unas garrafas de agua. Las dependientes del bar fueron de las primeras personas del pueblo en ver el agua, nada más comenzar a brotar de nuevo, en torno a las 17.15 horas de la tarde. Una de ellas exclamó aliviada «¡Ha vuelto, lo juro!».

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Afortunadamente, todo se resolvió de manera rápida y eficiente, mucho antes de lo que esperaban los vecinos tras el comunicado inicial, y sin dejar consecuencias importantes. Se prevé que las obras bajo la autovía continúen tras la reparación de la tubería.

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