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Valladolid
La lluvia da una tregua para que Villalán de Campos vuelva a correr las castañasLa Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio vivió este sábado su tradicional función en un gran ambiente festivo
Para los vecinos de un pueblo, sus tradiciones son una de las formas más importantes que tienen de permanecer en el tiempo, convirtiendo la memoria ... colectiva en identidad. Centenarias tradiciones como la función que celebró este sábado la Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio de Villalán de Campos.
A media tarde, tras la misa en la iglesia parroquial de Santa Cecilia, la lluvia dio una tregua para que los cofrades, precedidos del estandarte de la hermandad, se dirigieran al domicilio del mayordomo de este año, Juan Ignacio Sánchez, donde el párroco, Jesús Casas, rezó un responso por los difuntos, antes de que el mayordomo del año pasado, Francisco Javier Sánchez, lanzase a la puerta de la casa dos azafates (canastillos de mimbre) de castañas cocidas con anís para ser recogidas por los vecinos en una tradición que se llama correr las castañas. Al mayordomo, le correspondió lanzar el último azafate, en presencia de los cofrades, a los que no se les permite coger una sola castaña. Tanto el mayordomo de este año como el del año pasado portaron las varas de la cofradía.
Tras el lanzamiento de castañas, los cofrades entraron al interior de la casa, donde el mayordomo les agasajó con vino, castañas asadas y pasteles, teniendo lugar también la junta de la cofradía, en la que se trataron distintos temas, «de los que no se puede hablar», y se aprobaron las cuentas. Al resto de los vecinos, el mayordomo les invitó a un aperitivo en el bar. Más tarde, los cofrades fueron hasta la casa del mayordomo del próximo año, Guillermo Sánchez, que vive en Londres, donde se hizo entrega de la vara correspondiente. No hay que olvidar que si alguien quisiera entrar en la cofradía accedería «con vara en la mano», es decir que sería mayordomo. Por su parte, los cofrades menores tienen derecho a servirla cuando lleguen a la mayoría de edad. La tradición marca que, cuando alguien acepta ser mayordomo, lo tiene que ser tres veces en la vida. Al fallecer, la cofradía le ofrecerá tres misas.
El cofrade Juan Ignacio Sánchez, en la segunda vez que hace la función, manifestó su gran orgullo, porque «el sentimiento de pertenencia a Villalán es muy grande». También hizo ver que una cofradía que se ha encargado de velar por las animas «sea ahora también una forma de hacer comunidad». Juan Ignacio, que es cofrade por tradición familiar, como lo es su padre, Ignacio Sánchez, actual alcalde de la localidad, y como lo fue su abuelo, Ignacio Sánchez, destacó la importancia de «mantener las tradiciones, porque es el momento de unión», todo ello en un pueblo en el que «hay gente que sin ser de Villalar, se siente de Villalar por la comunidad que hay aquí». El mayordomo expresó también que la celebración de las ánimas llega también con «un sentimiento de nostalgia de cuando éramos niños, al ser una tradición muy divertida al tener que ir detrás de las castañas». Aunque vive en Madrid, Juan Ignacio no duda, siempre que pude, en volver a su querido pueblo.
En un texto que el cofrade Francisco Javier Sánchez realizó hace años con información extraída del libro actual de la cofradía, que data de 1885, recuerda que ya el Marqués de la Ensenada en su catastro de 1752 cita a esta cofradía. Además indica que hasta hace 75 años la cofradía celebraba tres días de oficios religiosos anuales, más la asistencia obligatoria en cada sepelio de los hermanos cofrades. «Las misas se celebraban con mucho boato y acompañamiento en el cortejo funerario con velas y cirios». También indica como un hito muy importante en la historia la cofradía la incorporación de la mujer, siendo 2011 el primer año en el que hubo mayordoma.
El alcalde de la localidad, Ignacio Sánchez, que también es cofrade por tradición familiar, manifestó de nuevo «la importancia de conservar las tradiciones como seña de identidad del pueblo». Ahora ya el pueblo espera con ilusión que el próximo fin de semana lleguen las fiestas patronales en honor a Santa Cecilia.
Fue en el Concilio de Trento, a mitad del siglo XVI, cuando se consideró que las almas que estuvieran en el Purgatorio a la espera de poder entrar directamente al cielo recibían el principal alivio a través de los sufragios de los fieles, especialmente con la celebración de misas en su recuerdo. No tardó la Iglesia en facilitar la creación de cofradías de ánimas. Algunas se han mantenido hasta nuestros días como la Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio de Villalán de Campos.
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