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Los vecinos de Tordehumos deslumbran con su tradicional belén vivienteEl calendario de Tierra de Campos tiene una cita indispensable en las fiestas navideñas con la celebración del tradicional belén viviente de Tordehumos, que, ... este sábado, con cerca de medio centenar de participantes, tuvo su primera representación en el interior de la iglesia de San Miguel ante numeroso público, entre ahumados y visitantes. Un belén viviente que el próximo 5 de enero, en su segunda representación, cumplirá 25 años.
Con un cuidada escenografía, iluminación y sonido, la entrada de los participante en el presbiterio, cantando una canción de la tradición de las pastoradas, dio paso a las palabras de un narrador con la representación de los distintos pasajes bíblicos, como la anunciación del ángel Gabriel a la Virgen María, la visitación, el empadronamiento, la posada, el nacimiento del Niño Jesús, el anuncio a los pastores y la llegada de los Reyes Magos, con visita a Herodes y, más tarde, adoración al Niño Jesús con sus presentes de oro, incienso y mirra, todo ello intercalado con villancicos. Tras la escenificación tuvo lugar la degustación de un sabroso chocolate con bizcochos.
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Los paisajes bíblicos se representaron en una cuidada escenografía, con el recuerdo de oficios tradicionales como zapatero, herrero, curandero, carpintero, alfarero, leñador, panadero o carnicero, entre otros, con gran presencia de objetos de otros tiempos como vasijas, cestos de mimbres, un yunque o un horno antiguo, como objetos cedidos por el Museo de Objetos de Ayer y algunos vecinos. Una escenografía, ambientación y guion de los que de nuevo estuvo muy atenta, como en los últimos diez años, la vecina Pilar Santos, quien aseguró que «es mucho trabajo, pero la experiencia te facilita las cosas al ir a tiro hecho». Durante unos días en los que la iglesia se convierte en su segunda casa, también aseguró que «es una alegría muy grande que todo quede bien, que le guste a la gente y que los niños participen».
El alcalde, Agapito Bravo, que ha participado en todos las representaciones de este belén viviente, expresó el orgullo de llegar a los 25 años de esta tradición que seguimos organizando con todo el cariño, esfuerzo y preocupación para que no falte ningún detalle». En este sentido, agradeció a todos los vecinos participantes, sin olvidar que «se ha convertido con los años en otro atractivo turístico del municipio, como lo demuestra en que además de vecinos del pueblo y de otros de la comarca haya personas que lleguen de Valladolid o de Palencia».
Este belén viviente se volverá a escenificar el 5 de enero, a las 19.30 horas, con la diferencia de que ese día tendrán un protagonismo especial los Reyes Magos con su llegada en carroza, que, tras adorar al Niño Jesús, recibirán a los niños con entrega de caramelos. Será el momento de celebrar los 25 años de aquel 5 de enero de 2000, en el que el grupo de dulzaineros Zarabandos organizó el primer belén viviente, que se ubicó en el atrio de la iglesia de Santiago, del siglo XVI, con el fin de atraer la atención de su mal estado de conservación con riego de derrumbe de la cubierta y de perderse, entre otras obras de arte, el bello púlpito gótico, el artesonado con sus formas arabescas o el excelente retablo mayor, atribuido a los Maestros de Toro.
La iniciativa fue todo un éxito con gran colaboración vecinal, aunque «con mucho trabajo pues había que prepararlo todo el mismo día y luego, nada más acabar, recogerlo hasta altas horas de la madrugada», según recordó el veterano enfermero Tomás Olandía, uno de los primeros organizadores que sigue tocando la dulzaina en los Zarabandos. La iglesia de San Miguel, convertida en centro cultural, sería el lugar definitivo de la representación a partir de 2008 al ser más cómodo tanto para preparativos como para desmontaje.
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Este 5 de enero serán muchos los que recuerden que en aquel primer belén viviente los jóvenes José Martín y Nieves Hernández fueron San José y la Virgen María, que con tres meses la bebé Ana de Prado hizo de Niño Jesús, que los veteranos vecinos de la asociación de personas mayores Hermenegildo Álvarez, Eduardo Belmonte y Julio Manrique hicieron de Reyes Magos, con todo lo que supuso, por su edad, subirles en la carroza. Porque «el mayor valor de aquella primera representación fue la participación e implicación, de todas las edades y sensibilidades, en algo que era nuestro, con el orgullo de haberlo hecho nosotros», según recordó Tomás Olandía, quien señaló que de aquellos años, cuando sus hijos eran pequeños, guarda muy buenos recuerdos, porque «aunque nos dábamos una gran paliza, era muy grande ver la ilusión de los niños». Una actividad en la que «colaboraba todo el pueblo, todo el mundo ofrecía algo para el belén». También recordó que se usaban unos sillones de la iglesia que fueron tapizados y se construyó en el taller de su hermano José Eulogio una plataforma para adaptarla a las andas con ruedas del Cristo de la Vega para ser la carroza en la que llegaban los Reyes Magos. Por su parte, Javier Álvarez, también de los Zarabandos, recordó con emoción aquellos años de duro, pero gratificante trabajo, destacando que «fue algo muy bonito, una buena experiencia, algo distinto que gustó mucho». También señaló la gran colaboración vecinal, indicando que «la gente traía sus cosas para recrear los oficios».
Lo cierto es que aquel primer belén viviente fue el detonante de una campaña de sensibilización por la iglesia que dio lugar a la creación por parte del Ayuntamiento y colectivos locales de la Asociación Santiago con gran número de iniciativas, de las que la prensa se hizo eco dando visibilidad al mal estado del templo. No se tardó en solicitarse al Arzobispado la cesión del templo, que, al final, fue cedida en uso al Ayuntamiento, dando inicio a su restauración al ser incluida dentro del importante programa Arquimilenios II, de la Junta de Castilla y León, con una inversión de 347.000 euros de la Consejería de Fomento, con la que se llevó a cabo la reparación de las cubiertas y parte del magnífico artesonado.
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