Fontihoyuelo honra a Santa Marina con el baile de la Redondilla
Los vecinos de la localidad volvieron a dar dos vueltas a la iglesia bailando durante una hora con motivo de las fiestas patronales
Un año más, fieles a una de sus más queridas tradiciones, los vecinos del terracampino pueblo de Fontihoyuelo volvieron a vivir este fin de ... semana con gran emoción y alegría el popular baile de la Redondilla en honor a su patrona, Santa Marina, con motivo de sus fiesta patronales durante el fin de semana. Como es costumbre, el sábado, al anochecer, grandes y pequeños volvieron a dar dos vueltas a la iglesia bailando durante una hora al son de las músicas de los dulzaineros Los Fogatos. Antiguamente, la tradición seguía las pautas coreográficas típicas de esta danza: por parejas, formando corro, los hombres por dentro y las mujeres por fuera. Hoy día el baile se asemeja más a una jota, pero las dos vueltas al templo se mantienen. Para terminar, es habitual que se toque un pasodoble. Los músicos son los que encabezan a los vecinos que van bailando.
El alcalde, Jorge González, una vez más, destacó que «es la tradición más importante del pueblo, la que une a todos los vecinos, y que esperan con gran ilusión y cariño». Además, recordó que antes se bailaba el 19 de julio, el día después de la festividad de Santa Marina, como despedida de las fiestas del pueblo, que duraban dos días. Ahora se baila el sábado «con el fin de que participe más gente». En la tradición bailan vecinos de todas las edades, desde los más jóvenes hasta los más mayores, si bien estos últimos se reservan para el baile último. El regidor señaló que no se ha conseguido saber la antigüedad de la Redondilla, aunque vecinos muy longevos han asegurado haberla vivido ya en su infancia.
Las fiestas en honor a Santa Marina finalizaron el domingo con una paellada popular al mediodía y distintos talleres infantiles por la tarde de pintacaras, decoración mural, barro y arcilla, poniendo el broche final a las fiestas una chocolatada y la actuación del mago Toño. El día más importante de las fiestas fue el viernes con la celebración de la festividad de la patrona, Santa Marina, con la misa en la iglesia parroquial de El Salvador, a la que siguió la procesión, en la que una vez más fue portada a hombros por las calles del pueblo la bella talla de la patrona. Se trata de una escultura de bulto redondo, de madera policromada, del siglo XVIII, de autor desconocido, que se conserva en la iglesia parroquial, aunque habría pertenecido a la ermita dedicada a la santa que hubo en la localidad. La escultura presenta la iconografía habitual de Santa Marina con el dragón a los pies. Además lleva una palma en la mano que simboliza el martirio.
En las fiestas no ha faltado el ya tradicional campeonato de lanzamiento de piedra, que se celebra desde hace más de quince años, con motivo de las fiestas. En una gran explanada se comienza marcando una raya que delimita cinco metros, y quien al lanzar la piedra no la sobrepase queda eliminado. La línea cada vez se fija a más distancia del punto de lanzamiento y quien logra lanzar más lejos se hace con el trofeo.
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