«En el caso de Esther no se trata de batir territorio, sino de acotar escenarios y no contaminarlos»

Por eso aconseja a las familias que denuncien desde «el minuto cero» y aporten información «objetiva y actualizada: fotos y datos personales para hacer una buena planificación. Conviene que mientas la familia alerta y denuncia, a la vez se empiecen a inspeccionar los entornos más próximos donde ha desaparecido para, en el caso de personas con alzhéimer, evitar que siga caminando y se la pueda localizar».

Pero, en el caso de Esther, los rastreadores tienen que estar a la espera de lo que «saque» la policía científica de la casa del único detenido y los datos de telefonía móvil para acotar la zona. «Cuando no hay referencias no se puede plantear una batida extensa por el territorio, es más eficaz partir de los escenarios hipotéticos donde se ha podido producir, supuestamente, el crimen», indica este especialista, que insiste en que en materia de desaparecidos, nunca se puede aplicar 'plantilla' «ni generalizar». La primera recomendación es, por tanto, «que los efectivos vayan a zonas predeterminadas, tienen que saber qué, dónde y cómo buscar».

Eso no quiere decir, subraya, que menosprecie la ayuda de los voluntarios. Durante días, el pueblo entero de Traspinedo y personas llegadas de distintos puntos de la comunidad han peinado todo el término en busca de una pista sobre el paradero de Esther. «Quiero resaltar que valoro mucho el voluntariado y es de agradecer la participación ciudadana en casos como desapariciones por alzhéimer o demencias, en los que hay que batir territorio y hace falta un buen número de efectivos, pero en casos como este creo que hay que procurar que el escenario se contamine lo menos posible. Es más conveniente la utilización de perros de las unidades cinológicas».

No pasa por alto que el tiempo corre en contra. «Esa es la mayor dificultad, el tiempo físico que ha pasado y el tiempo material de que se dispone; cuanto más tiempo pasa sobre el terreno y en cualquier localización, el cuerpo se deteriora. Tampoco es lo mismo buscar un cuerpo en movimento que los restos humanos, los recursos que se precisan cada vez son más especializados. Pero claro, en el minuto cero tenemos más posibilidades que cuando han pasado seis o nueve meses».

A quince días vista de su desaparición, la posibilidad de encontrar con vida a Esther «es cada vez más difícil», reconoce el policía, pero, señala con esperanza, «en ello están muy buenos especialistas, la Guardia Civil y sus unidades técnicas, que están trabajando de forma muy exhaustiva en tierra, agua y aire. Obtendrán resultados». Insiste, al respecto, que «es importante discriminar los escenarios para ir reduciendo el puzzle y cada vez queda menos territorio, a la vez que intentar que la familia se sienta reconfortada».

Para ello, alude a la coordinación entre los cuerpos y fuerzas policiales, siempre, y en especial, «en todas las búsquedas, porque defender las competencias de cada uno está muy bien, pero no hay que perder de vista el objetivo principal, que es ayudar a la localización del desaparecido y que los familiares puedan cerrar un capítulo muy doloroso, que las familias puedan cerrar el duelo, en estos casos donde se presupone el fallecimiento». Porque, remacha, «no hay que olvidar que en España hay 16.000 desaparecidos cuyas familias cada día se hacen miles de preguntas sin obtener respuesta».