La espadaña de la Colegiata de San Luis de Villagarcía recupera su esplendor
Su director, Fermín Trueba, asegura que las obras eran necesarias ante el riesgo de desprendimiento de piedras en mal estado
La espadaña de la histórica Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos vuelve a lucir todo el esplendor que tuvo cuando fue construida en ... el siglo XVI. Acaban de ser retirados los andamios que han servido para que se realicen las distintas labores de conservación, promovidas por la Junta de Castilla y León, para consolidar la estructura. Se han utilizado resinas capaces de sustituir las piedras en mal estado, además de reponer las partes que faltaban. Por otro lado, también se han llevado a cabo tareas de limpieza, así como la instalación de plataformas de metal en las repisas de los cuerpos para proteger las piedras del agua.
La espadaña es la torre de la iglesia y fue construida sobre la sacristía. De grandes dimensiones, está conformada por cuatro cuerpos y un ático. Los dos superiores llevan un vano en el que se aloja una campana, mientras que el último cuerpo y el ático están decorados con pináculos rematados en bola. Al igual que la torre de la iglesia parroquial de San Pedro, la espadaña se alza sobre el caserío de Villagarcía como su elemento más visible.
La técnica de la Oficina de Turismo local, Teresa Rodríguez, recordó que la torre contaba, en otros tiempos, con un gran reloj. Su campana era conocida popularmente como 'la parlera' y sus toques marcaron durante muchos años la vida del colegio y del pueblo. Los restos del reloj ahora forman parte de los barrotes y de la cadena de la barandilla que sube al piso superior del museo, en la pequeña antesacristía. En la que se exponen algunos objetos que rememoran la batalla de Lepanto.
El director de la Colegiata, Fermín Trueba, destacó la necesidad de llevar a cabo las obras de restauración, debido a la posibilidad de que pudieran desprenderse algunas de las piedras en mal estado. Además, adelantó que la siguiente intervención será la reconstrucción del gran portón de la fachada principal, así como la de los otros dos más pequeños que hay a los lados de la principal. «Están muy deterioradas después de tanto tiempo a la intemperie», señaló Trueba.
La Colegiata de San Luis fue fundada en 1580 por la madre adoptiva de don Juan de Austria, doña Magdalena de Ulloa. Fue en su tiempo el primer ejemplar de iglesia contrarreformista de Castilla, y ejerció gran influjo en España. Incluso fue tomada como modelo casi exclusivo de todas las iglesias jesuíticas que se construyeron a continuación hasta bien entrado el siglo XVII.
En el interior destaca el retablo mayor, de alabastro, diseñado por Juan de Herrera al mismo tiempo que el de El Escorial, con una clara influencia. En uno de sus laterales, se descubre la Capilla del Relicario, una joya de la imaginería castellana con más de cincuenta estatuas del escultor del siglo XVIII Tomás de Sierra. En la Capilla del Noviciado sorprende su retablo barroco, que alberga esculturas de la Virgen y de San Ignacio de Loyola. Y en la cripta, permanecen enterrados los fundadores.
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