El alcalde de Aldeamayor se sube el sueldo el 55% en dos años y cobrará 30.800 euros

La tabla de retribuciones, «elaborada por el interventor, no por nosotros», incorpora también novedades en cuanto al tiempo que los ediles tendrán que dedicar a la gestión municipal. Así, la jornada laboral del alcalde se reduce un 15%, de 27 a 23 horas semanales, por lo que tendrá que trabajar cerca de 45 minutos menos cada día. Por su parte, Virginia Almanza mantiene el horario de 20 horas semanales, mientras que en departamentos como Medio Ambiente el tiempo de dedicación disminuye ocho horas, de las 20 de la legislatura anterior a las 12 semanales del presente mandato. «No hago 20 horas;no las he hecho jamás. He hecho 30, 40 y 50, y las que haga falta porque sabemos que estamos para servir a nuestros vecinos», sostiene. «Me he vuelto a presentar porque me gusta muchísimo, pero también lleva mucho tiempo de mi vida», prosigue.

Son «plenamente conscientes» de que la medida puede despertar un malestar entre sus vecinos, pero Almanza defiende que una localidad como Aldeamayor, con 5.455 habitantes censados en 2018 según el Instituto Nacional de Estadística (INE), «necesita al menos dos personas que estén todo el día pendientes». «Estamos todo el día en el ayuntamiento. No tenemos horario, y eso requiere una dedicación plena aunque no la pidamos», apunta.

De hecho, la número dos del Consistorio aldeamayorense incide en que, a pesar de que «por ley» al municipio vallisoletano le corresponden tres dedicaciones exclusivas, ningún miembro del equipo de gobierno la percibirá, pues «supondría mucho dinero para el pueblo». En ese caso, insiste Almanza, Fernando de la Cal tendría que percibir un salario de 46.000 euros, «muy por encima de lo que va a recibir esta legislatura». «Hemos visto que hay pueblos que, con poco más de 1.000 habitantes, cobran más que nosotros, y yo personalmente he estado cobrando 1.000 euros netos haciendo dedicaciones exclusivas, aunque no la pidiera», subraya.

Almanza cree que el hecho de recibir un sueldo es una forma de dignificar la labor política, pues «también es un trabajo y nadie vive del aire». «Yo también ejerzo como diputada provincial, que me lo habré ganado, pero Fernando no tiene otro empleo», indica.

La decisión no ha sentado nada bien a la oposición. Así al menos lo confirma el portavoz del grupo CI-CCD, Félix Antonio Calleja, quien considera que es «desproporcionada e increíble». «Es una barbaridad que se suban el sueldo de esta manera», añade. «Estos sueldos nos parecen una pasada; están muy alejados de la realidad laboral diaria de cualquier vecino», lamenta el representante. Otra de las determinaciones que se han adoptado para el presente mandato es retirar a los portavoces la cuantía fija que recibían por el mero hecho de serlo. Ahora, dice Calleja, únicamente recibirán retribución por la asistencia a plenos y a comisiones, «unos 80 euros».