Valladolid
La presencia de controladores de acceso rebaja los conflictos en las piscinasLa Fundación de Deportes valora positivamente el trabajo de la empresa y asegura que está recibiendo felicitaciones de los usuarios porque hay más seguridad en los vasos de verano
La contratación de una empresa de control de accesos por parte de la Fundación Municipal de Deportes para vigilar las piscinas de verano ha rebajado ... desde el pasado 14 julio «de manera considerable» los incidentes en estos vasos al aire libre, al tiempo que ha liberado a los agentes de la Policía Municipal de sus rondas continuas por las instalaciones, que, eso sí, acuden a petición de los empleados de esta firma cuando retienen a algún infractor de las normas que presenta una actitud violenta, lo que requiere de una detención o identificación. Siguen registrándose algunos conflictos, pero ahora se sofocan con mayor rapidez y efectividad, según confirman en el Ayuntamiento.
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Control-Y-DAR ofreció sus servicios al Consistorio después de que los dos procesos de licitación para hacerse cargo de las funciones de seguridad en estos recintos estivales, uno ordinario y el siguiente con procedimiento de urgencia, quedaran desiertos. Así, Deportes optó por acudir a dos contratos menores para contar con los servicios de esta firma por un importe aproximado de unos 30.000 euros.
El gerente de la Fundación, Santiago Hidalgo, valora positivamente la labor realizada por estos trabajadores. «Estamos satisfechos, no solo nosotros, sino los usuarios; estamos recibiendo felicitaciones, porque se ha puesto un poco coto a ese problema que existe desde hace ya años, además nuestro objetivo era que la Policía no estuviera tan pendiente todo el día», explica Hidalgo.
El gerente destaca que los socorristas tenían que afrontar en muchas ocasiones malos comportamientos y faltas de respeto continuas. Desde que uno se lanzara a la piscina vestido o sin gorro a actitudes bastante más graves. «A estas personas hay que darles un toque de atención y algunos se rebelan; esta figura lo que ha hecho es amparar a esos socorristas, darles esa ayuda, y, además, evitar conflictos; el simple hecho de su presencia disuade de que se produzcan esos conatos y esos comportamientos incívios», subraya.
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La empresa ha desplegado a dos empleados en Canterac (Delicias), la dotación que registra más incidentes, mientras que los vasos de Rondilla, Juan de Austria y el recién estrenado de Riosol (Girón) cuenta con uno por instalación. En el caso de Puente Duero, el Ayuntamiento no considera necesario este servicio al tratarse de un recinto más familiar y sin tanta afluencia de bañistas. El gerente de Y-DAR, Raúl Sánchez, apunta que sus trabajadores están preparados mental y físicamente para afrontar situaciones complejas. La firma, con sede Valdestillas, tiene experiencia en control de accesos en eventos, romerías, locales nocturnos, conciertos y otro tipo de actividades, como la vigilancia en obras de construcción.
«Los dos primeros días fue una lucha continua, pero logramos hacernos con ello», valora. Para marcar territorio, cuando comenzaron su contrato desplegaron a toda la plantilla, más trabajadores de los establecidos en las condiciones pactadas. «Queríamos que los usuarios nos vieran y que la gente que estaba cometiendo los actos vandálicos o incívicos se diera cuenta de que eso no iba a ser un jardín de rosas, que nuestra misión era poner orden para que los ciudadanos pueda disfrutar de su ocio con tranquilidad y sin riesgos», afirma.
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Al tercer día la situación de impunidad con la que actuaban algunos grupos comenzó a rebajarse notablemente. Eso no significa que no haya habido algunos incidentes. «Sin ir más lejos el primer día en Canterac pillamos a un grupo de siete personas saltando las vallas y cortando las verjas, logramos sacarles entre los aplausos de los usuarios; no es por echarme flores a mí mismo o a mi empresa, pero nosotros estamos acostumbrados a la batalla» destaca.
El último episodio grave al que se han tenido que enfrentar, también en el vaso de Delicias, se ha producido esta misma semana. Un usuario que estaba consumiendo hachís en la zona de solarium fue advertido por uno de los trabajadores de Y-DAR para que depusiera su actitud al estar prohibido fumar en la dotación «y menos porros». «Cuando se le requirió, intento dar un botellazo a uno de mis chicos, se puso las llaves en forma de pincho en la mano y se las intentó clavar», relata. Los dos empleados lo redujeron de manera inmediata para dar aviso a continuación a la Policía Municipal.
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«Nosotros estamos en contacto continuo con los agentes, somos controladores de acceso y seguimos el mismo protocolo que un vigilante de seguridad, que tampoco puede hacer mucho más, retenerle y llamar a Policía», aclara Sánchez.
El propietario se muestra agradecido por las felicitaciones que están recibiendo. «Muchos nos comentan que ahora se puede volver a ir a las piscinas, que desde hace cinco o seis años la situación era muy mala y que ahora ha mejorado», asegura. Raúl Sánchez añade que su personal «no son los típicos porteros de discoteca de dos metros por dos metros; pero nosotros estamos acostumbrados a trabajar en este tipo de actividad; lo primero siempre es hablar con las personas para que entren en razón», acota.
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El máximo responsable de Control-Y-DAR matiza que el comportamiento de la mayor parte de los usuarios de estas dotaciones es «bueno, completamente normal y de colaboración». «En cambio a los que han generado problemas graves algún día les cortamos el acceso, esos ya directamente no entran», afirma. La compañía pasa un informe diario de la actividad a la Fundación de Deportes en el que refleja incidencias y actuaciones realizadas.
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