Una plaza para sentarse en Valladolid
La instalación de 22 bancos de madera cambia definitivamente la fisonomía de Caño Argales a la espera de los juegos infantiles
«Ya tenemos bancos. Ahora a disfrutarlos por muchos años. Solo falta el parque y el quiosco y seremos muy felices», destacaban hace unos ... días desde la asociación de vecinos Caño Argales en alusión a la reciente instalación de bancos de madera en la recién rehabilitada plaza del Caño Argales, un espacio en el que se han invertido cerca de trescientos mil euros para cambiar su tradicional imagen pétrea por una más amable con jardines centrales, más árboles y espacios que invitan a sentarse en alguno de sus 22 bancos, nada menos, recién colocados en seis espacios diferentes, a los que habría que sumar otro más, en este caso de hormigón, que sobrevivió a la antigua estructura del quiosco con marquesina que fue demolida el año pasado.
De manera que la plaza, cuya rehabilitación en superficie concluyó a mediados de agosto (después de más de tres meses de obras), acoge ahora un sinfín de bancos repartidos entre el espacio peatonal de firme antideslizante habilitado del lado más próximo a la calle Dos de Mayo (6), el hueco central destinado a los juegos infantiles (3), el área circular adoquinado en torno al quiosco de hojalata –retirado y en rehabilitación– (4), el espacio anexo (2) y entre la hilera de plátanos situados al borde de la calle Panaderos (6). Y todo ello en un espacio peatonal de cuatrocientos metros cuadrados, en los que tienen cabida cuatro espacios ajardinados y que continúa girando en torno a la fuente central, que ha recuperado los cuatro caños (todos ellos manan), que soporta la farola de cuatro brazos sobre su peana original del siglo XIX (1878).

Los vecinos desean ahora que la instalación de los juegos infantiles llegue cuanto antes y reclaman que el quiosco de hojalata, que fue trasladado allí a mediados del siglo XX desde su emplazamiento original en la Plaza Mayor, vuelva a ocupar su espacio. Y así será, según confirma el concejal Luis Vélez, quien aclara que los juegos infantiles «ya están adquiridos y se instalarán allí en breve» y añade que el quiosco «se colocará cuando sea rehabilitado».
La plaza del Caño Argales cambia así definitivamente la estética que lució desde su polémica remodelación de 1985, cuando su firme se cubrió de bloques de granito resbaladizos que llevaron a los vecinos a pedir su retirada prácticamente desde el día de su inauguración. Parte del adoquinado, eso sí, aún se conserva.
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