Valladolid
La plantilla de Saeta reclama que se reconozca la «penosidad» de sus condiciones laboralesLos trabajadores de la fundición intensifican las protestas por las «condiciones extremas» en las que ejercen y aseguran que el diálogo con la empresa «está podrido»
En la nave de Saeta Die Casting, en la calle Aluminio, 25, en el Polígono San Cristóbal, se puede leer en la parte alta de ... la puerta de entrada «soluciones técnicas en aluminio inyectado». Unas soluciones que parecen no llegar para los trabajadores de la empresa que intensifican sus movilizaciones con una manifestación este jueves para reivindicar que se reconozca «la penosidad» de su labor, que se desarrolla «en condiciones extremas de calor, ruido, humos, polvo, vibraciones». La cabeza de manifestación, con una pancarta en la que se podía leer «Saeta no valora ni respeta», ha comenzado a las puertas de la fábrica, ha recorrido la avenida de Zamora hasta el cruce con la calle Arca Real, donde ha girado hacia calle Bronce para acabar frente a la factoría de Signify del polígono de Argales.
La movilización ha colapsado la Avenida de Zamora, provocando el corte de los dos carriles en dirección al Colegio de San Agustin y grandes retenciones en sentido Vallsur. El atasco se ha prolongado hasta el Polígono de Argales, con grandes filas de coches discurriendo por Vazquez de Menchaca y Daniel del Olmo en dirección hacia Arco de Ladrillo.
«Un 96% de la empresa ha secundado la huelga y manifestación», que se repetirá el próximo sábado en la plaza de Fuente Dorada, entre las 13:00 y las 14:00 horas. «Llevamos un mes con paradas de cuatro horas los martes y los jueves y no ha habido acercamiento por parte de la empresa», confiesa Diego Gómez, portavoz y presidente del Comité de Fabricación, de CGT, en nombre de la gran mayoría de la empresa. Un diálogo que ha intentado acercar posturas en dos ocasiones en las que desde el Comité de Fábrica tildan los hechos como un «acto de mala fe, porque alegaban que estaba todo dentro de la normalidad».
«Nos han dicho que en varias ocasiones que todo lo que estamos haciendo es ilegal pero en el estatuto de trabajadores en el artículo 86 se especifica que podemos anexar lo que queramos dentro del convenio vigente», especifica Diego Gómez. En relación a las condiciones de trabajo desde la empresa señalan que «no se han producido bajas por esfuerzo físicos» una premisa que desde el Comité de Fábrica desmienten: «Hemos tenido 14 bajas por motivos musculares y varias enfermedades laborales».
La solicitud de penosidad requiere de ciertas «condiciones duras y desgaste físico». Entre algunas de las que reivindican son «el desgaste físico» algo que califican de «evidente» ya que «en más de 50 puestos tenemos rotaciones cada dos horas por la pesadez de las piezas y la repititividad de posturas». El ruido, los humos y las vibraciones se suman a esas condiciones laborales «que deberían considerarse como penosas». «Los decibelios marcan los 146 en pico y 102 de media que junto con las vibraciones altas y humos con olores. Cumplimos todos los criterios de penosidad», apunta el Comité de Fabricación.
Más de un centenar de trabajadores han secundado la huelga y manifestación que persigue el objetivo de que se reconozca la penosidad por parte de la empresa y «la correspondiente bonificación de penosidad». Fuentes de Saeta Die Casting consideran que «los movimientos convocados por los representantes de los trabajadores corresponden únicamente a la falta de acuerdo ante una petición unilateral e infundada de un plus salarial». En este sentido, consideran que «no existe penosidad en la actividad, de acuerdo con los resultados de las evaluaciones realizadas en materia de seguridad y salud, así como las inversiones realizadas en este ambito», y reiteran que la firma «cumple con toda la legislación vigente» y «cuenta con la certificación ISO 45001».
De entre los participantes en la huelga son varios los que confiesa que «soportamos altas temperaturas con un gasto calórico hasta 300 kcal/hora, ruido constante que llega a los 142 decibelios, vibraciones continuas en brazos y manos por encima de normativa, y la exposición permanente a humos tóxicos con agentes cancerígenos y polvo de aluminio en abundancia». En varios de los comunicados lanzados a lo largo de estos días señalan que «para ellos, solo somos un número en sus cuentas, un gasto más. Pero no somos números, somos personas que merecen trabajar en condiciones seguras, personas que merecen respeto»
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