Pescan un siluro en el Pisuerga: «La culpa es de los humanos, no del pez»
Este depredador ya se ha asentado como una especie «muy común» en esta zona de la meseta
Lucía San José
Valladolid
Domingo, 20 de julio 2025, 08:23
«¿Por qué tengo que matarlo yo? El pez no tiene la culpa». Esto se pregunta el pescador deportivo, Sergio Rodríguez, que se encontró un siluro de doce kilogramos y 1,30 metros de longitud en el río Pisuerga el pasado abril. Valladolid «no había tenido esta especie antes», pero desde hace cinco años «es común» encontrarla, explica. Proviene de las aguas del Ebro, comenta Rodríguez, lo que significa que no llegó a la capital vallisoletana de manera natural, sino «por medio de humanos».
El pescador vallisoletano logró extraerlo del río a través de la pesca al lanzado con vinilo, un señuelo que imita la forma de un pequeño pez, y gracias a un trenzado reforzado para resistir la fuerza de este gran depredador. «No es que sea difícil sacarlo, pero me tiré unos 8 o 10 minutos para conseguirlo», ha explicado.
El siluro es un pez de gran tamaño que se considera especie invasora. «Va a acabar con las autóctonas», ha confesado Rodríguez, ya que está expandiéndose al Duero y al Pisuerga, ríos de peces más pequeños como las truchas o los barbos. Incluso, amenaza con extinguir al lucio, un pez grande que es su «rival directo». «Antes aquí no había, ahora hay muchos. Grandes, pequeños… Hasta de dos metros en algunas zonas», ha relatado el pescador, que ha asegurado también haber sacado el pasado septiembre otro de 1,50 metros y catorce kilogramos.
Rodríguez Matas ha destacado que aunque este pez es «muy feo», deportivamente ofrece una gran experiencia de pesca. Aun así, ha admitido que la satisfacción no es buena por el daño que provoca en los ecosistemas locales, al ser un depredador en la cima de la cadena alimenticia. «Yo como pescador disfruto sacándolo, pero reconozco que es un pez muy dañino», ha precisado.
El pescador subraya que la Administración debería «escuchar a la gente que está en el río» para controlar los siluros
Cómo llegó esta especie al Pisuerga lo tiene claro: «Es culpa del hombre». Ha apuntado que algunos aficionados han podido introducirlo por el atractivo de pescar un pez muy grande. Otra opción que baraja son los intereses económicos de quienes pretenden «evitar viajes» a otras provincias donde se pescaban habitualmente o comerciar con ellos.
El control del siluro es complicado: «Es imposible regularlo, ya hay miles. Es cuestión de tiempo que el ecosistema se arregle solo». Considera que la Administración debería actuar con una normativa coherente, «escuchando a la gente que está en el río, que es quien conoce realmente la situación».
De exótica a común
«Hay cosas que no están bien formalizadas. Luego hay gente que nos dice que los matemos porque son invasores», ha concluido Rodríguez, indignado por la inconsciencia de los que en su momento lo introdujeron.
El caso de este siluro de doce kilogramos es un ejemplo más de cómo esta especie, que antes parecía exótica y lejana a Valladolid, se ha convertido en un actor más de los ríos de la ciudad desde hace cinco años.
