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De casi 14 kilogramos, 1'15 metros de longitud y con aproximadamente «unos 20 años de vida». Estas son las características con las que Sergio ... Rodríguez Mata, pescador vallisoletano experimentado, describe el lucio que atrapó «hace alrededor de un mes» en aguas castellano y leonesas que no quiere desvelar.
Sin embargo, y a pesar de lo «realmente complicado» que puede llegar a ser capturar ejemplares de esta especie mayores de 10 kilos, reconoce que él mismo ha atrapado lucios mayores: «El más grande que he pescado era de 15,2 kilogramos, y algunos pueden llegar a los 18 o incluso 20». En España, según comparte, «no suelen pasar de los 18 o 19», ya que factores como riadas, la contaminación del agua, circunstancias climáticas o la propia presión de pesca reducen su longevidad antes de alcanzar pesos extremos.
Sobre el ejemplar capturado, el vallisoletano reconoce que fue consciente de sus dimensiones en el momento en que vio el tamaño de la cabeza. Sin embargo, la pesca no fue tarea fácil: «Es complicado luchar con peces de este tipo y aunque no utilizas equipos tan fuertes como los empleados con peces más grandes, como pueden ser los siluros, sí que requiere cierta habilidad». En su caso, hizo uso de un anzuelo de tipo 'Jig', y «el momento del combate duró unos siete u ocho minutos», tal y como recuerda.
El lucio ('exos lucius') es considerado una especie invasora introducida en España en los años 50 del siglo pasado, por lo que la normativa obliga a sacrificarlo tras su captura. No obstante, Rodríguez argumenta que, en determinados tramos -especialmente en las zonas bajas de los ríos- «no daña a las especies autóctonas», por lo que «sería bueno que la Junta de Castilla y León les diera un 'salvoconducto'» y no obligase a su muerte con el fin de «controlar otras especies».
Según afirma, los lucios son «uno de los pocos peces (junto a alguna lucioperca grande) capaces de reducir la población de siluros, sobre todo si se trata de alevines tras las puestas». Precisamente, Sergio Rodríguez también está familiarizado con esta última especie invasora -en 2022 pescó un siluro de 2,67 metros y unos 120 kilogramos, el más grande de España-, por lo que es consciente de lo «problemático» que pueden ser en los hábitats fluviales y, por ende, de la necesidad de su control.
Para dar con lucios de estas características, el vallisoletano comparte que, en ocasiones, son necesarias «jornadas de hasta ocho horas», entre el tiempo de desplazamiento y las batidas. Además, «normalmente no se suelen sacar muchos ejemplares porque realmente no hay tantos como se cree, pero los que sobreviven en ocasiones llegan a tener dimensiones grandes». En su caso, Sergio Rodríguez emplea el método de pesca con un solo anzuelo y vinilos -tipo de señuelo artificial de material blando que imita en forma y movimiento a un pez real-. «Hay gente que utiliza artes ilegales, como cebos en vivo, lo que facilita la pesca pero, evidentemente, es muy dañino», denuncia. No obstante, y según su experiencia, Rodríguez reconoce que el lucio es un pez al que es «complicado engañar».
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