Valladolid
Los negocios de Gamazo exigen alternativas: «La obra nos ha aislado»El Ayuntamiento busca alguna opción para abrir una vía de tráfico de servicio e insiste en que la sustitución de las tuberías era de urgente necesidad
Es una intervención de envergadura, sí, pero los afectados por el tajo consideran que se podía haber «planificado mucho mejor», sin generar las molestias que ... les está provocando. Los propietarios de la mayor parte de los negocios ubicados en la calle Gamazo preparan un escrito para exigir al Ayuntamiento, a través de la empresa pública Aquavall, que tome medidas urgentes para poner solución a los problemas de accesibilidad que están sufriendo desde que en junio se clausuró la vía para renovar las redes de saneamiento y abastecimiento.
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«Es el peor verano en los seis años que yo llevo aquí, la facturación de las cajas está cayendo a más de la mitad», apunta David Herreras, propietario de la Hamburguesería Yogui entre el asentimiento de los representantes de otros establecimientos de esta céntrica arteria.
Se reúnen junto a las vallas que acotan la calzada para exponer sus quejas. Ahora, la adjudicataria trabaja en una gran zanja abierta a la altura del Hotel Felipe IV, también en plena obra de remodelación, mientras otros operarios pican las aceras para abrir a las acometidas a los edificios. «La calle está cerrada desde la entrada por Colón hasta la altura de Bailén, en todo este tramo de más de 300 metros no han dejado ningún espacio intermedio para cruzar de acera; pensábamos que se iría reabriendo a medida que se fueran cambiando las tuberías, pero esto está todo empantanado, estamos completamente aislados», lamentan.
Las consecuencias: muchos problemas para el reparto de mercancías, anulación de citas, pedidos que se pierden en aquellos negocios que trabajan con empresas de 'delivery', cortes de agua sin avisar... «Eso sin contar con los problemas para los residentes, porque si ahora tiene que entrar una ambulancia o un camión de bomberos por una urgencia es imposible y también es muy difícil para los vecinos mayores que tienen movilidad reducida, es una locura», exponen.
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¿Su principal petición? «No decimos que se reabra el tráfico, porque entendemos que está en obras y que es imposible, pero, al menos, tener una vía de servicio para el acceso, por lo menos media calle hacia adelante o media calle hacia atrás, además de un paso peatonal en el medio, porque ahora tenemos que ir de esquina a esquina para pasar de un lado a otro», proponen.
Los empresarios lamentan, además, la falta de información concreta sobre las fases e intervenciones que se van llevando a cabo. Van un poco «a salto de mata». Por ejemplo, este viernes algunos presidentes de comunidades de propietarios de Gamazo lograban reunirse con responsables de la obra. Se ha llegado a un acuerdo para que los dueños de plazas de garaje en tres subterráneos de los números 18, 20 y 22 puedan aparcar a partir de la semana que viene en zona ORA sin coste alguno. En principio, el cronograma del tajo prevé su finalización a principios de octubre, pero los afectados se toman con cautela lo de las fechas. Lo de hacer negocio en ferias ya lo dan por perdido.
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El concejal de Medio Ambiente, Alejandro García Pellitero, ofrece explicaciones. «La red de abastecimiento ya está concluida y se está trabajando en el saneamiento; el problema es que ese el colector va prácticamente por el centro de la calzada, lo que hace difícil compatibilizar tener un carril libre para el acceso, además coincide en ese punto con las obras del hotel», argumenta. El acopio de materiales de unos y de otros, así como la llegada de grandes camiones, han convertido este enclave en el más problemático.
«Aproximadamente en tres semanas eso va a quedar despejado; ya se ha hablado con Movilidad para ver si se puede reorganizar el tráfico desde la plaza de Madrid en dirección contraria por Gamazo hasta donde se pueda llegar, hasta Galatea o hasta Colmenares», avanza. Lo de abrir un espacio peatonal intermedio es ya otro cantar, según justifica el edil. «Es una zona de obra por la que está todo el rato pasando maquinaria; las zanjas están tapadas por ahora con tierra, lo que hace difícil habilitar ahí un paso peatonal por razones de seguridad», explica García Pellitero, quien no descarta que cuando se reorganice al acopio de materiales se pueda valorar esa opción.
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El edil, que pide disculpas a vecinos y empresarios por los trastornos ocasionados, acota, sin embargo, que la obra era no solo necesaria, sino urgente. «Cuando se ha comenzado a abrir se ha comprobado que hay zonas donde ya no existía ya el colector; si no se hubiera hecho y se hubiera ido dilatando, igual un día podía reventar el saneamiento y les había salido todo el agua por los lavabos... las consecuencias podrían haber sido peores», apunta.
Según la información que se ofreció cuando arrancaron los trabajos, el sistema de conducciones que discurre bajo esta calzada estaba completamente obsoleto, con un colector con más de cien años de antigüedad (1903) y un diámetro que no daba abasto para cubrir las necesidades de la vía y de su entorno más próximo. La de abastecimiento llevaba instalada desde 1886, lo que también obligaba a su sustitución urgente.
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La intervención entre Colón y Bailén no será la última de este proyecto. Queda la tercera fase, una obra de conexiones «muy corta», que afectará a uno de los carriles de tráfico en un tramo comprendido entre la plaza de Madrid y las calle Perú y Miguel Íscar. Los técnicos municipales aún están ultimando su planificación.
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