Valladolid

Muere Javier Manterola, el ingeniero que diseñó el puente Juan de Austria

Entre sus grandes diseños, destacan, entre otros, el singular puente colgante que sobrevuela el pantano de los Barrios de Luna (León) en la autovía hacia Asturias, el puente de las Delicias en Sevilla con motivo de la Expo 92, el puente de la Constitución de 1812 de Cádiz (conocido como el puente de La Pepa) o el puente Euskalduna sobre la ría de Bilbao. «Su trabajo no solo demostró un compromiso con la innovación técnica, sino también una sensibilidad única para integrar sus creaciones en el entorno natural y urbano, ganándose el respeto y la admiración de profesionales y la comunidad en general», destacan desde la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid.

En Valladolid, Manterola deja huella en dos de los proyectos sobre el Pisuerga, para salvar la distancia entre ambos lados de la ciudad: el puente Juan de Austria, inaugurado en mayo de 1990 -entonces era el octavo paso sobre el río en la capital vallisoletana-, y la pasarela peatonal Pedro Gómez Bosque que, ubicada junto al polideportivo Pisuerga, conecta los barrios de Arturo Eyries y La Rubia.

El puente Juan de Austria, nudo fundamental para comunicar el barrio de Parquesol y el paseo de Zorrilla, se abrió al tráfico el 19 de mayo de 1990 y sirvió para liberar de tráfico al veterano Puente Colgante, que le contempla a escasos 200 metros. La decisión de levantar esta nueva infraestructura se tomó dos años atrás ante la imposibilidad de poder duplicar la calzada del Puente Colgante. El 'octavo' puente de la ciudad cuenta con una longitud en su calzada de 175 metros y se sostiene sobre un doble arco de 95 metros. Fue edificado en 24 meses

Por su parte, el paso Pedro Gómez Bosque, que rinde homenaje al profesor y humanista fallecido en 2007, tiene metros de largo, de los que 85 son colgados sobre una chapa de acero que atraviesa el río de lado a lado, y fue construido en 2011.

Manterola, recordado por quienes le conocían «por su integridad, humanidad y pasión por la enseñanza», se caracterizaba por un profundo «compromiso con la excelencia». «Su trabajo no solo demostró un compromiso con la innovación técnica, sino también una sensibilidad única para integrar sus creaciones en el entorno natural y urbano, ganándose el respeto y la admiración de profesionales y la comunidad en general», afirman desde la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Politécnica, encargada de comunicar su fallecimiento.

Fue distinguido con importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Ingeniería Civil, Premio Príncipe de Viana de Cultura de la Diputación Foral de Navarra, Premio Internacional IABSE (concedido por la Asociación Internacional de Puentes e Ingeniería Estructural), Premio Brunel del Concurso Internacional de Diseño en Copenhague, Medalla de Honor del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos o el Premio de los Colegios de Arquitectos e Ingenieros de Caminos, entre otros.