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Martes dominguero por San Pedro Regalado en Valladolid
Los vecinos se vuelcan con la festividad del patrón en una jornada de paseos por el centro, aperitivos tranquilos y a la espera de la París de Noia
Lo que se vivió este martes en Valladolid bien lo podían escenificar Alfonso Gómez y Juan José Villacorta. No se conocen de nada, pero desde ... este martes comparten una foto en El Norte de Castilla. A ambos les separaban una línea imaginaria simplemente por el hecho de estar en mesas diferentes en una de las terrazas de la Plaza Mayor. Su distancia era de centímetros, pero en sí compartían lo que se palpaba en el ambiente por el festivo en Valladolid de San Pedro Regalado. Ya jubilados, apuraban su caña y su vino para decir eso de «mejor estar de fiesta que de entierro».
Para ellos, como para otros muchos, fue un martes dominguero. De dar un paseo por el centro de la ciudad o reservar para comer en familia o con amigos. Son esos planes que aportan los festivos locales, más allá de ir a la protocolaria, para muchos, visita al Río Shopping.
Entre tanto, a eso de las 14:00 horas, lo que era un martes dominguero se empezó a convertir en martes festivo. Porque mientras Alfonso Gómez y Juan José Villacorta seguían tan cómodamente en la Plaza Mayor, dos grandes camiones asomaban el hocico por la calle Ferrari. Era el convoy de la París de Noia. Todo el conjunto de luces que se verá por la noche aterrizaba en el corazón de Valladolid mientras los vallisoletanos no habían empezado a degustar la comida. Escoltados por la Policía Municipal, fue una imagen más dentro del martes dominguero de Valladolid.
A pocos metros del desembarco de la orquesta, el sentir de la festividad se notaba en la plaza de Portugalete. En la Catedral tenía lugar la misa en honor a San Pedro Regalado, mientras que en sus aledaños era todo celebración.
Jota de Villamoronta
Tal vez, el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, en plena homilía, escuchaba de fondo la jota de Villamoronta (Palencia) que a esas horas se bailaba en los exteriores con motivo del XXV Festival de Folclore Castellano. Había mucha afición de niños pequeños que tiraban de castañuelas para poner en valor las tradiciones. «Aguanta el folclore, aunque tenemos que reivindicarlo más. No podemos olvidar nuestro pasado. Nosotros siempre tenemos marcada la fecha de San Pedro Regalado», ha reiterado Víctor Cubillo, del grupo de danza Mies y Barro después de su actuación y tras vivir de una manera especial la festividad.
Para Víctor Cubillo no fue un martes dominguero. Igual que para Jesús García, que se encontraba en plena venta de discos en la Feria Internacional. Le es imposible contabilizar los años que lleva viniendo por estas fechas a Valladolid. «Es una feria muy amable en la calle. Se ven dos facetas. Una, el coleccionismo puro y duro. Hay gente que sabe mucho de música y busca productos muy concretos para completar colecciones desde la melomanía o desde la mitomanía. Y luego hay un consumo totalmente democrático de cualquier cosa. Es decir gente que le gusta la música folk, gente que compra heavy metal extremo, jazz nórdico...», ha descrito este asiduo del evento vallisoletano, quien ha agradecido un ambiente fresquete para evitar que el cliente se fuera a las terrazas o a pasar el día al campo.
El de este martes fue un día festivo en el que el deporte también estuvo presente. El ejemplo lo protagonizaba Jaime Cabrera, que se fue con un colega junto a unas pistas de baloncesto para echar unas canastas. Todo tiene cabida en un martes dominguero.
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