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Luis Argüello traslada a los vallisoletanos la llamada de León XIV «para edificar la paz»Secciones
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Luis Argüello traslada a los vallisoletanos la llamada de León XIV «para edificar la paz»San Pedro Regalado o el fraile de la paz. En unos tiempos convulsos donde más de medio centenar de guerras despiertan cada día en el ... mundo pero donde en las distancias cortas, en el día a día, en los ambientes cotidianos, las crecientes animadversiones y discordias entre las personas son una realidad, el carisma del Patrón de Valladolid volvió a sembrar paz y bien por las calles. Y así se hizo saber. Pedro de la Costanilla volvió a encontrarse con sus feligreses parroquiales y con sus vecinos de ciudad durante el transcurrir de una procesión que cada año atrae a más ciudadanos -sobre todo a partir del mediodía- en lo que significa un desfile religioso pero también un encuentro de familias y amigos en un ambiente, este año, frío, húmedo y con cielos nublados con algún rayo de sol. Un discurrir entre la Iglesia del Salvador y la Catedral en un día feriado donde mucha gente salió a las calles desde el comienzo del recorrido para arropar al santo que iba escoltado en una cuidada planta procesional bien traducida a procesión de ciudad porque ciudadanos y autoridades aunaron sentimientos para peregrinar con el franciscano en la misma dirección «como nos ha marcado el nuevo León XIV». Un nuevo Papa cuyos valores en estos primeros días de pontificado también se colaron en estos fastos religiosos en torno a la defensa de los valores humanos y espirituales con las enseñanzas del amor, la tolerancia y la solidaridad alrededor, más si cabe, de la celebración de un patrón pobre que vivió al albor del Evangelio.
Y esta fraternidad de San Pedro Regalado también la quiso transmitir, acercar y desear tanto el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, como el propio arzobispo, Luis Argüello, quienes en sus discursos suplicaron al santo unidad para construir una ciudad más prospera y mejor habitable. Los cada vez más numerosos hermanos de la Cofradía de San Pedro Regalado así como muchísimos invitados en la procesión como los propios parroquianos del centro junto con diferentes asociaciones y peñas además de representantes de las cofradías penitenciales y de gloria, las autoridades civiles y la presidencia eclesiástica obligaron este año al santo a madrugar un poco más para iniciar el desfile una hora antes del mediodía. Un pequeño adelanto de cuarto de hora pero que facilitó poder empezar sin prisas y con puntualidad la solemne eucaristía que el prelado vallisoletano celebró junto con el vicario general, Jesús Fernández Lubiano, y el deán de la Seo, José Andrés Cabrerizo.
Fue una misa presidida por las imponentes andas procesionales de San Pedro Regalado que minutos antes, casi al mediodía, a su acceso al templo catedralicio, el sonoro de las campanas redoblaban la llamada a todos los vecinos a participar de esta jornada, un tanto desapacible, que algunos comentaban que les recordaba el final de la pasada Semana Santa. Así, ante una Catedral llena, donde los bancos de la nave central y las sillas de las laterales estaban ocupados, el arzobispo propagó el eco de los primeros discursos de Robert Prevost haciendo una llamada a la paz, «con la que nos ha saludado y quiere empeñarse: la paz del mundo». «Estamos llamados a ser signos e instrumentos de la paz del Señor», destacó.
Pero este llamamiento quiso extenderlo a los más próximos, a los vallisoletanos, más en este día del patrón, «porque estamos llamados a edificar la paz, en nuestras familias, en las relaciones entre vecinos» e incluso llegó más allá, a los suyos y a los más cercanos, al clero, pidiendo paz «en el seno de la propia Iglesia, en el presbiterio, en nuestras parroquias, en las asociaciones y cofradías». Una motivación pacificadora que le hizo casi dirigirse uno a uno a los escuchantes en la Seo Metropolitana para extender el llamamiento «al seno de las organizaciones y de las instituciones públicas, lo cual no significa la renuncia a las propias perspectivas, sino buscar un punto en común, un punto de encuentro».
Y en estos puntos de referencia, Argüello señaló «a la vida humana, el pan de cada día, para que la vida humana pueda realizarse, las condiciones económicas y laborales, la vivienda para que las familias puedan crecer y transmitir la alegría de vivir de unos a otros» en alusión citada de la Doctrina Social de la Iglesia, también aludida en sus primeros discursos por el nuevo Papa León XIV urgiendo a todos, con la intercesión de San Pedro Regalado, «a que nuestras sociedades democráticas revitalicen el servicio al bien común».
Así, teniendo presente a fray Pedro de la Costanilla, el prelado vallisoletano habló de paz pero también de misión, de fraternidad… haciendo de este modo suyas unas palabras, de nuevo, del Sumo Pontífice: «Sólo si la Iglesia sigue las huellas de su Señor, obediente, humilde, pobre, sacrificado en la Cruz, podrá vivir una comunión nueva y podrá ofrecer al mundo un testimonio que edifique la paz». Una homilía, e definitiva donde hizo un repaso por los últimos acontecimientos espirituales y estéticos que está viviendo la Iglesia Católica, que han conseguido concitar la atención de propios y extraños, haciendo ver que «todos somos corresponsables en la comunión y misión de la Iglesia». Ante el legado del Papa Francisco y la llegada de León XIV dijo que la alegría compartida de este momento significa «la oportunidad a despertar a la conversión, a la comunión y a la misión de la Iglesia».
Emotiva y festiva procesión
Ésta procesión del patrón volvió a ser un desfile de múltiples saludos, de fiesta, dentro y fuera de las filas cofrades, donde el afecto se compartía a tenor de las caras de los presentes que iban disfrutando del momento. Se veía y se intuía en un cortejo cuyos primeros compases tenían cierto arraigo semanasantero gracias a la buena afinación y reconocible esfuerzo de los integrantes de la Agrupación Musical del Santísimo Cristo del Perdón, la sección musical de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo. Al final, tras el paso procesional, los armónicos y también profesionales compases de la Banda de la Escuela Municipal de Música Mariano de las Heras de Valladolid. Dos momentos musicales que, entre uno y otro, en la cadencia intermedia, la veintena de hermanos de San Pedro Regalado que portaban la imagen del patrón con un adorno floral en colores blancos y rojos que suscitaba todas las atenciones. Y, de recuerdo, por las calles, los monaguillos y cofrades infantiles de San Pedro Regalado que repartieron cientos de estampitas especialmente reconocibles: la imagen del patrón Regalado con el fondo del vigía ciudadano, el Sagrado Corazón de la torre de la Seo. Precisamente, en el apartado musical en el interior de la Catedral el servicio litúrgico, al que agradeció el propio arzobispo, el Coro Laude, bajo la dirección de Goyo Casado con Víctor Esteban y Luis Sánchez, además de Ricardo Gómez a la trompeta y Juan Pablo Hervada en el órgano.
Así, después de la solemne eucaristía, en la parte más festiva y lúdica se sumó la Asociación Cultural Zagalejo del municipio de Cigales, que estrenaron sus danzas y paloteos en el acceso catedralicio, cuando San Pedro Regalado estaba en el zaguán. Una salida abarrotada de público, que también coincidía con la hora del vermú, y que animó a muchos a seguir a la cofradía y a acompañar al santo por lugares tan emblemáticos como la plaza del Ochavo donde, dirigidos hacia la calle de la Platería, hacia la casa donde señala la tradición que nació el santo, realizar un emotivo acto. Desde ahí, para casa, hacia la Iglesia del Santísimo Salvador.
Este desfile ha celebrado este 13 de mayo de 2025 su cuarta edición tras su recuperación de 2022 y después de que no saliese desde nueve décadas atrás. Se trata de una cofradía que ha recuperado a su vez el espíritu de hermandad y el carisma franciscano hasta el punto de que los hermanos integrantes de la cofradía pertenecen a su vez a variopintas cofradías de Semana Santa. Así, el Santo Regalado iba alzado este año por más de veinte comisarios, sobre las andas estrenadas el año pasado donde destacan las capillas pintadas por la vallisoletana Elena Giménez Balmori, y al mando del llamador el conocido cofrade vallisoletano e impulsor semanasantero, Miguel Ángel Fernández del Campo.
El alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, presidía la comitiva institucional donde estaban la mayoría de los concejales de la Corporación Municipal además del presidente de la Diputación Provincial, Conrado Íscar. Ya en la Catedral, también numerosas autoridades militares se sumaron a las celebraciones de este 13 de mayo que, en todo momento, estuvieron escoltadas por varios agentes de la Policía Municipal de gala además de los maceros del Consistorio.
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