La lucha de Karim, un vallisoletano de origen palestino, por traer a España a su familia de Gaza
Impulsa una campaña de firmas dirigida al Ministerio de Asuntos Exteriores y que suma más de mil apoyos
A finales de 1969, Samih Draz llegó a España, dos años después del arranque de la ocupación israelí de los territorios de Gaza y Cisjordania, ... con diecinueve años de edad. Tras una breve estancia en Zaragoza, este joven estudiante de medicina se enamoró en, y de, nuestra ciudad, donde se casó, tuvo hijos y ha vivido durante más de cincuenta años, desde entonces, alejado del resto de su familia; cuatro hermanos (tres mujeres y un hombre), que con sus respectivos hijos y nietos suman cerca de veinticinco personas. En 2025, su hijo Karim Draz Calvo (Valladolid, 1982) lucha con todas las herramientas a su alcance (la última, una campaña online) hacia un objetivo: traer a seis de esas veinticinco personas a Valladolid, para que continúen sus estudios, rehagan sus vidas y puedan seguir adelante rodeados de los suyos, y en paz, lejos del infierno del genocidio.
«Mi padre tenía ocasión de viajar a Palestina de vez en cuando, pero desde el bloqueo total nos ha sido imposible volver», relata Karim, quien también cuenta con familia en otros países, como Omán o los Emiratos Árabes Unidos. «Cada día y cada hora nos preocupan que les asesinen, que mueran de hambre por el bloqueo impuesto,o que contraigan una enfermedad importante contra la que no se puedan tratar», enumera.
Por el contrario, la inquietud de sus familiares allí es otra: «Siempre preguntan cómo estamos nosotros, tratan de restar importancia a su situación y nos piden que no nos preocupemos», recuerda. «Sabemos que hay días que no pueden comer, que pasan hambre y miedo y que viven una pesadilla que no se termina, pero su prioridad es intentar transmitirnos tranquilidad».
Hace unos meses, Karim y su familia resolvieron iniciar los trámites para traer a seis de estas personas a Valladolid: «No todos se quieren ir porque tienen miedo de que no vayan a poder volver», señala. Su primo Mahmoud, de 26 años, es el más interesado en pisar suelo español: «Lleva dos años matriculado en un máster de la Universidad de Burgos para continuar sus estudios de Farmacia». Junto a Mahmoud vendrían sus tres hermanos, su madre y su padre, el hermano de Samih: «Son de un pueblo cerca de Khan Younis, que hace unos meses fueron desplazados a un campo de refugiados y, cuando volvieron a su hogar, este estaba destruido», desgrana. «No tienen casa ni sitio al que volver».
Sin procedimiento oficial
En su afán por traer a su familia a Valladolid, Karim ya ha contactado con el Ministerio de Asuntos Exteriores y el consulado de Jerusalén: «No hay un procedimiento oficial que garantice una evacuación, más allá de ser familiares de primer y segundo grado». Asesorados por la asociación Juristas por Palestina, y junto a cerca de una veintena de familias españolas que quieren que sus consanguíneos gazatíes vuelvan con ellos, Karim ha detectado que en muchas ocasiones la presión popular y las campañas en redes sí han conseguido traer a gente de Palestina a España:
«Siempre es una buena noticia, y ojalá pudieran venir todas las personas que así lo desean», asevera quien remarca, consciente de los rechazos que suscitan a veces los asilos humanitarios y estos flujos migratorios, que su familia aquí «está plenamente preparada para acogerles a todos en nuestros núcleos domésticos, ayudarles para que puedan continuar o rehacer sus vidas y escapar de ese infierno».
«La campaña es el más reciente de todos los intentos que estamos dispuestos a asumir para que vengan con nosotros», asevera. La iniciativa online suma ya más de mil firmas, e incluso ha recibido donaciones -no solicitadas por él ni su familia- y un impulso en la difusión por parte del entorno cercano de Karim y la Valladolid más implicada con esta causa mundial: «Hay días, la mayoría, en los que tener esperanza es duro, pero nos han ayudado mucho las muestras de solidaridad de la ciudad, incluso de gente que no nos conoce», se asombra.
Karim especula que el día a día de su familia, una vez consigan asentarse en Valladolid, tampoco será un camino de rosas: «Puede que les cueste acostumbrarse a no vivir en un infierno, los más de dos millones de palestinos tendrán un trauma vital muy serio del que necesitarán apoyo y acompañamiento para transitarlo», imagina. «Pero no es menos cierto que su vida va a mejorar muchísimo». La campaña, iniciada este domingo 23 de noviembre, buscará suscitar esa respuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores con el apoyo masivo de la ciudadanía de Valladolid y aquellas personas simpatizantes con la causa de Karim, quien anima a la difusión y a incorporar sus nuevas firmas a través del sitio web de Change.org.
Por el momento, más de 1000 «firmas verificadas» han apoyado la iniciativa de Karim, tal y como refleja el sitio web.
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