Lo literario y lo autobiográfico
Mis horas con Delibes ·
Delibes y su personaje Lorenzo, el cazador; Delibes, cazador transferido en su alter ego, Lorenzo. Delibes y la caza, en definitivaSe lamentaba Delibes, en la 'hora' anterior, de que su novela 'Señora de rojo sobre fondo gris' había sido enfocada y comentada más por el ... lado autobiográfico que por el literario.
No lo llevó con paciencia. Y sin embargo él mismo, el propio novelista, discurrió sobre el particular en más de una ocasión. En su libro 'Un año de mi vida' (1972), recopilación de apuntes personales publicados primero en la revista catalana 'Destino' bajo el epígrafe de 'Notas', Miguel Delibes escribe el 6 de septiembre de 1970: «Es curioso, después de escribir una veintena de libros, analizar lo que hay en ellos de autobiográfico».
«Mis libros salen de mis contactos con el campo, y no a la inversa», dice Delibes
En realidad no acaba así el apunte o nota de ese día. La cita completa es esta: «Después de escribir una veintena de libros, es curioso analizar lo que hay en ellos de autobiográfico, de observado, o de inventado. Creo que el novelista mezcla proporcionalmente lo que vive, lo que ve y lo que imagina. En sustancia –concluye Delibes–, pienso que el arte de novelar consiste en acertar a ensamblar estos materiales de distinta procedencia en una misma historia».
Lorenzo el cazador
También en nuestros paseos salieron a colación, alguna que otra vez, estos considerandos. Y solíamos llegar a la conclusión de que cualquier historia literaria o novelesca suele estar tamizada, incluso condicionada, por las vivencias personales, por nuestras propias vivencias.
–¿Eso quiere decir que no pocos de los personajes literarios vienen a ser 'alteregos' de sus creadores?
Recuerdo meridianamente cuándo le dejé caer a Delibes esta pregunta. Fue transitando por el paseo central del Campo Grande y topándonos de manos a boca con un hombre, para mí desconocido, pero a quien Delibes saludó efusivamente. Era un hombrecillo risueño y locuaz y, apenas lo rebasamos, me susurró Delibes:
–Es Lorenzo el cazador. No era de mi cuadrilla, pero solíamos coincidir en el campo. Fanfarrón y charlatán hasta decir basta.
–¡Pero si es muy bajito! –me asombré ante la revelación del escritor–. Yo a Lorenzo, a tu personaje, siempre me lo imaginé buen mozo.
–Y lo es. Este Lorenzo, porque también se llama Lorenzo, me inspiró el personaje no en el físico, solo en el talante bravucón y parlanchín.
–O sea que en el físico... –vacilo y bromeo– más bien te retratas a ti mismo. Lorenzo tiene tu estampa, ¿no?
Miguel se ríe y seguimos paseando.
Un cazador que escribe
Delibes y su personaje Lorenzo, el cazador; Delibes, cazador transferido en su alter ego, Lorenzo. Delibes y la caza, en definitiva.
«En el supuesto de que el escritor nos da en sus libros parte de sí mismo –manifiesta en el prólogo del segundo volumen de su 'Obra Completa' (1966)– el escribir de caza supone que para mí no es esta una actividad accesoria, sino sustantiva, esto es, que sin la caza difícilmente podría desenvolverme. Antes que un escritor que caza soy un cazador que escribe [...]. Es decir, mis libros salen de mis contactos con el campo, y no a la inversa, de donde se deduce que yo salgo al monte a cazar perdices y, de rechazo, cazo también algún libro».
Pero si Miguel Delibes es un cazador que escribe, también Lorenzo, su personaje, su doble literario, escribe un diario o cuaderno de caza, que será luego el origen de la novela 'Diario de un cazador', publicada en marzo de 1955.
¿Y qué hay en esta novela, y en tantas otras del escritor castellano, de autobiográfico o de inventado? Miguel Delibes me confesó alguna vez que ni él mismo sabría distinguirlo.
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