Valladolid
Juzgan a cinco hombres por intentar introducir droga en la prisión con un dronLos cinco acusados, que fueron sorprendidos con casi 200 gramos de resina de cannabis, suman una petición global de once años y cuatro meses de cárcel
El Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid celebra este miércoles la vista contra cinco hombres de origen marroquí (M. L. H., F. H. ... M., M. B. M. A., H. A. A. y M. A. S.) por intentar introducir droga en el centro penitenciario de Villanubla a través de un dron. Los cinco acusados se enfrentan a una pena global de 11 años y cuatro meses de prisión y a una multa total de 12.800 euros.
Los hechos se desarrollaron en la madrugada del 29 de agosto de 2023, cuando los cinco hombres, pertenecientes a una misma organización criminal, se acercaron en coche hasta las inmediaciones de la cárcel de Valladolid con la intención de introducir resina de cannabis y diferentes aparatos de telefonía con un dron.
Fueron los agentes de la Guardia Civil encargados de la vigilancia del centro penitenciario los que se percataron de la presencia de un coche por el perímetro con las luces apagadas. En el interior sorprendieron a los ahora cinco acusados con un dron, cuyo número de serie estaba borrado, una emisora de control del aparato, dos baterías y un sistema 'airdrop' para el transporte y lanzamiento de objetos, específico para acoplarse a la estructura del artilugio.
Destaca la Fiscalía en su escrito de calificaciones provisional que los cinco hombres «pretendían introducir la sustancia ilegal». Concretamente eran dos tabletas de resina de cannabis con un peso de 196 gramos, cuyo valor en el mercado ilícito hubiera alcanzado los 1.300 euros. Las dos tabletas estaban unidas por cinta americana y contaban también con un sedal. Asimismo hallaron en lo alto de un árbol al acusado M. A. S., quien se enfrenta a la pena más alta (tres años de prisión) al tener antecedentes por tráfico de droga en Ceuta.
Una red desarticulada
Si estos hechos tuvieron lugar hace dos veranos, la Guardia Civil anunciaba en el inicio de este año que había desarticulado una red de seis personas que introducían droga a través de drones en diferentes centros penitenciarios del país, incluidos el de Villanubla y el de Dueñas (Palencia).
Varios de los investigados, hallándose cumpliendo condena en distintos centros penitenciarios diseminados por la geografía española, formaban parte de la organización criminal especializada en la introducción de sustancias estupefacientes y otros efectos prohibidos en centros penitenciarios y que hacían de punto de contacto con el resto de la organización para garantizar la introducción de los objetos.
La organización desarticulada, originaria de Ceuta, disponía de un grupo itinerante que se desplazaba por todo el territorio nacional para llevar a cabo su acción ilícita. Dicho grupo, partiendo de la localidad gaditana de Algeciras, se desplazaba por carretera a diferentes centros penitenciarios de la península. En el seno de la organización existía un reparto de funciones, entre las que cabe destacar la del especialista en el vuelo de aeronaves no tripuladas (drones), las cuales adaptaban para el transporte de distintos objetos y que volaban en horario nocturno sobre los distintos centros penitenciarios.
Uno de los acusados tiene antecedentes por tráfico de droga en Ceuta
Los drones eran manipulados para eliminar cualquier tipo de iluminación que emitiesen y eran provistos de una cuerda y un sedal transparente atados a su carcasa, de donde pendían los objetos que introducían. Sobrevolaban los centros penitenciarios y se dirigían a las ventanas de las celdas previamente acordadas, procediendo entonces el interno correspondiente a cortar el sedal y hacerse con los efectos transportados. A partir de los datos arrojados en la investigación, los drones realizaban varios vuelos en un corto período de tiempo, haciendo distintas entregas en una misma noche.
La investigación se inició en torno al centro penitenciario de Córdoba, al encontrarse allí interno un integrante de la organización que ocupaba una importante posición en la jerarquía de la misma. En una de las operativas llevadas a cabo por la organización, debió existir algún problema técnico durante el vuelo de un dron y este terminó accidentado en las inmediaciones del centro penitenciario cordobés, el cual fue recuperado posteriormente por agentes de la Guardia Civil.
Fruto de un minucioso análisis policial, fue descubierto uno de los puntos desde los que la organización realizaba los vuelos de drones, ubicado a una distancia aproximada de un kilómetro respecto del centro penitenciario. Allí, entre la maleza, la organización tenía oculto material para la manipulación de las aeronaves 'in situ', tales como cuerdas, sedal transparente y cinta aislante.
Desde dentro de la prisión
Dentro de la prisión, la organización criminal contaba con infraestructura suficiente como para recibir, ocultar y distribuir los efectos prohibidos entre los internos, contando para ello con reclusos especializados en las distintas funciones, entre las que destacaba el liderazgo del encargado de coordinar con el líder del grupo itinerante la operativa de vuelo, estableciendo la hora óptima para la recepción de la mercancía, haciendo uso de señales lumínicas y sistemas de geolocalización para señalar el punto de recepción de la misma.
Del mismo modo, una vez en el interior de la cárcel, la organización disponía de otros reclusos especializados en la ocultación y distribución final de una mercancía que incrementaría su valor de mercado exponencialmente, poniendo igualmente en grave peligro tanto la salud como la seguridad de los internos y de los funcionarios encargados de su custodia.
En la fase final de la operación se procedió a la detención del líder del grupo itinerante, y al registro domiciliario de su vivienda habitual, procediendo a la aprehensión de material electrónico e informático, así como material de inhibición y detección de señales. Asimismo, a lo largo del desarrollo de la investigación, a la organización le han sido intervenidos cinco drones que ya habían sido utilizados para sobrevolar los centros penitenciarios o se encontraban a punto de hacerlo, así como teléfonos móviles y varias dosis de hachís en forma de tabletas, incluidas las de Valladolid.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.