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Los 112 trabajadores de Saeta Die Casting, fundición de aluminio localizada en el polígono San Cristóbal de Valladolid, están llamados desde este sábado a una ... huelga «por la salud, la dignidad y la justicia laboral» que en principio se extenderá hasta el próximo 31 de diciembre. Los representantes de la plantilla denuncian que desarrollan su labor «en condiciones extremas de calor, ruido, humos, polvo, vibraciones», a lo que se suma «un desgaste psicológico grave en gran parte del personal».
El presidente del Comité, Diego Gómez Caballero, de CGT, asegura que «llevamos un año intentando negociar con la empresa y hacer algún tipo de acercamiento frente a este tipo de problemas», sin que hasta el momento hayan conseguido ningún resultado. El representante de los empleados explica que se enfrentan tanto a «altas temperaturas» como a «ruido por encima de lo permitido, estamos con máximos de 142 decibelios», además de «vibraciones también por encima» del límite.
A esto se suman «muchas bajas por trastornos musculoesqueléticos», continúa, debido a que gran parte de las tareas son «repetitivas y en posturas forzadas». Ante esta situación han solicitado «que se califique el trabajo como penoso, con su respectivo plus, ya que en el convenio nacional y en el convenio provincial del Metal sí que lo pone», detalla el responsable sindical, a diferencia de lo que ocurre con el convenio de Saeta Die Casting, filial de Signify (la antigua Indal).
«A nuestra forma de ver y por lo que nos dice nuestro asesor jurídico, el convenio de empresa siempre tiene que ser igual o mejor, no puede estar por debajo de ellos», prosigue. Sin embargo, la compañía «se niega» a asumir esta mejora, que puede suponer un aumento de entre el 25% y el 30% del salario base de la categoría. Al hilo de esto, Diego Gómez añade una variable más para explicar por qué la Dirección «es reticente a esta propuesta». «Yo creo que es porque le quitarán algún tipo de certificado medioambiental o ISO, pero no lo sabemos a ciencia cierta», reconoce.
No es la única queja de los trabajadores de esta fundición de Valladolid especializada en la fabricación de piezas de aluminio inyectado por alta presión, puesto que según el portavoz del órgano que les representa «hemos tenido incendios y no evacuaron». Pero lo peor no es eso. «Una de las cosas más graves es que sufrimos acoso. Fue una denuncia de 49 trabajadores hacia una misma persona, hicimos un escalado al CEO de Signify y para nuestra sorpresa en lugar de proteger a los denunciantes se ha protegido al denunciado», lamenta. De ahí que se hayan sentido «desprotegidos» y hayan decidido tomar medidas.
«La huelga es la única vía que nos han dejado», afirma en un comunicado conjunto el Comité de Empresa, que está formado por nueve miembros de los que cuatro pertenecen a la Confederación General del Trabajo, cuatro a UGT y uno a CC OO. Los fines de semana los paros se desarrollarán durante las ocho horas, mientras que los martes y los jueves tendrán una duración de cuatro, la mitad de la jornada laboral. En el turno de mañana se realizarán entre las 6:15 y las 8:15 y de 12:15 a 14:15; en el de tarde, entre las 14:15 y las 17:15 horas y de 21:15 a 22:15, y por la noche se efectuarán de 2:15 de la madrugada a 6:15. Además habrá concentraciones que comenzarán el próximo 3 de junio.
Fuentes de Saeta Die Casting rechazan estas acusaciones y defienden que «garantizamos las mejores condiciones de trabajo para nuestros equipos». Prueba de ello es, según dicen, que «en los últimos años se han realizado cuantiosas inversiones en materia de seguridad y salud». En este sentido, sostienen que cumplen «con toda la legislación vigente, también en medidas de seguridad y salud en el trabajo», y señalan que «los estándares de la compañía en esta materia son aún más exigentes y se cuenta con la certificación ISO 45001 en Seguridad Laboral. Nunca se ha recibido sanción alguna por esta materia. Es más, durante años se ha venido recibiendo un incentivo de la Seguridad social por su bajo índice de siniestralidad», sentencian.
Es por eso que las mismas fuentes atribuyen la convocatoria «únicamente a la falta de acuerdo económico». En cuanto a la denuncia por acoso, la filial de Signify detalla que «cuenta y cumple con un estricto código ético, dónde no se tolera ninguna conducta que cree, fomente o permita un ambiente de trabajo ofensivo, humillante o intimidatorio. Se dispone de protocolos de investigación rigurosos frente a situaciones que puedan ocurrir, asegurando la confidencialidad y la privacidad».
Saeta remarca que «se garantiza el derecho a huelga de los empleados, así como el derecho al trabajo de todo el personal», y en un gesto de mano tendida destaca que «seguimos abiertos al diálogo con los representantes de los trabajadores». Por último, deja claro que «no prevemos un impacto en los procesos de fabricación que pueda verse reflejado en los compromisos con nuestros clientes».
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