Las funerarias de la región se alían para pertrecharse ante la epidemia
Los empresarios descartan el colapso de sus instalaciones y empiezan a recibir consultas sobre la recepción de féretros procedentes de Madrid
Empresas de pompas fúnebres de Castilla y León tienen una alianza no escrita para pertrecharse de equipos y medios materiales de protección para sus plantillas. ... No descartan incluso la cesión de infraestructuras con el fin de estar preparadas ante el incremento de fallecimientos por el coronavirus. Por el momento, lo que más les preocupa no es que sus instalaciones puedan colapsar –en las últimas 24 horas se han contabilizado 68 fallecidos por Covid-19, de un total de 321 defunciones en Castilla y León desde que se desató la crisis sanitaria–, sino la falta de EPIS para que sus trabajadores puedan llevar a cabo enterramientos y cremaciones lo más seguros posibles y en previsión de contagios. Hace días que esperan la llegada de estos equipos, solicitados de forma conjunta para el sector a la Delegación del Gobierno de Castilla y León, pero por el momento este material solo habría llegado a León y Salamanca, provincia, esta última, donde se están produciendo más contagios y muertes.
A las seis horas del fallecimiento no hay riesgo de contagio, aseguran los patólogos a los funerarios
Según señalaron ayer fuentes de la Asociación Vallisoletana de Servicios Funerarios de los cuarenta servicios diarios de media que realizan en la provincia, el 20% (unos ocho) son por casos ciertos de coronavirus y el resto, sospechosos. En estos momentos, en Valladolid los datos son ligeramente superiores a los del mismo mes del año anterior, no así en otras provincias como Segovia. Las funerarias vallisoletanas consultadas están trabajando «a tope», pero niegan sentirse desbordadas o que no puedan asumir el aumento de servicios diarios producido por el Covid-19. Por el momento, algunas de ellas han recibido consultas de homólogas de la Comunidad de Madrid con las que suelen trabajar respecto de la posibilidad de derivar algunos féretros desde allí para ser incinerados aquí pero, insisten, por el momento se trata solo de consultas. En el caso del grupo Parque El Salvador, la funeraria vallisoletana de mayor volumen de trabajo y con una amplia red de tanatorios en la provincia, se señala que tiene capacidad suficiente en su infraestuctura «en el caso de que se duplicaran los servicios», indicó el gerente, Ignacio Morchón. Calcula el empresario que cada día llegan dos otres fallecidos (confirmados o sospechosos) por coronavirus. El jueves, de los once servicios programados en la Agencia Funeraria Castellana, dos de los difuntos eran casos confirmados y otros dos, dudosos. Ayer por la mañana había en la agenda de esta empresa ocho finados para enterrar o incinerar en la capital y otro más en Rioseco. La media es de tres o cuatro casos de coronavirus al día, calcula Morchón, que reivindica la labor del sector y «la exposición del personal», además de evidenciar «la pena por no poder dejar a las familias poder despedirse de sus seres queridos como quisieran» .
Las empresas detectan un ligero aumento de enterramientos e incineraciones respecto de marzo pasado
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Les preocupa a los funerarios sobre todo, subrayan, la seguridad de sus empleados. En muchos casos se tienen que reutilizar trajes y mascarillas de protección para «estirar» los medios de que disponen. Y en los pueblos pequeños, comienza a instalarse el miedo a la hora de enterrar. Aunque según sostienen los patólogos, a las seis horas del fallecimiento ya no quedaría rastro de infección en el cadáver y pueden manipularlo sin riesgo, el temor al contagio planea entre el personal, con protección escasa. Especialmente, a la hora de recoger fallecidos en las residencias, puntualizan, «porque los que recogemos en el hospital están bajo un control sanitario estricto».
720 personas
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Plantillas 720 personas trabajan en contacto con los difuntos en poco más de un centenar de empresas funerarias instaladas en Castilla y León, según datos aproximados facilitados por fuentes del sector.
Para el correcto manejo de cadáveres infectados por Covid-19, estos se introducen en una bolsa sanitaria estanca biodegradable específica para el traslado. También podrá utilizarse una bolsa impermeable específica o dos sudarios impermeables no estancos y la operación debe realizarse dentro de la propia habitación de aislamiento, recuerdan.
El plazo de 24 horas para enterrar e inscribir la defunción ya no existe
Cuatro días antes de que el Gobierno de España publicara en el Boletín Oficial del Estado el domingo 22 de marzo pasado los cambios y restricciones que tenían que aplicar las funerarias en el tratamiento de todos los cadáveres y la organización de las honras fúnebres, la Dirección General de Salud Pública de la Junta de Castilla y León emitió una instrucción con las nuevas reglas para los servicios mortuorios. Entre ellas, la prohibición de todos los velatorios y la restricción de las comitivas fúnebres a tan solo los familiares más próximos, quienes tienen que mantener una distancia de uno o dos metros de distancia y evitar manifestaciones a afecto. Además, se ha pospuesto el culto exequial o la ceremonia civil de los funerales mientras dure el estado de alarma.
Sin maquillar
Respecto de los difuntos, se prohíbe la limpieza o intervenciones de tanatopraxia o tanatoestética. Las funerarias ya no tienen que esperar 24 horas para enterrar o incinerar los cuerpos.
También la inscripción de la defunción en el Registro Civil y la posterior expedición de la licencia de enterramiento o cremación puede realizarse por la autoridad competente sin que tenga que transcurrir al menos un día desde el fallecimiento.
Ese mismo plazo de 24 horas queda invalidado para el enterramiento, la incineración o la donación del cadáver a la ciencia, de forma que puede realizarse antes «siempre y cuando este hecho no sea contrario a la voluntad del difunto o de sus herederos», especifica la disposición del Ministerio de Sanidad sobre las medidas excepcionales.
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