Dos de Picas: «Las sardinas del restaurante Paco Espinosa son un manjar»
Miguel Vaquero y Miguel Baraja seleccionan sus rincones gastronómicos imprescindibles de sus barrios: La Victoria y Delicias
Miguel Vaquero y Miguel Baraja, integrantes del grupo Dos de Picas, suelen quedar para disfrutar de unas sardinas aliñadas con aceite y cebolla en el ... restaurante Paco Espinosa, en el paseo Obregón. Miguel Vaquero creció en La Victoria y fue testigo de cómo un pequeño bar de barrio ubicado inicialmente en la calle San Lázaro se convertía en un restaurante de referencia en Valladolid. «Conozco desde pequeño a los hijos de Paco, Diego y Sergio Espinosa. Han tenido ese gran éxito por su esfuerzo, la gran calidad de sus productos y la atención y el saber estar de los dueños y de todos los camareros. Vamos mucho a la barra a tomar algo y pinchar unas sardinas, que son un auténtico manjar. Y en ocasiones especiales cuando vengo a comer o cenar disfruto especialmente del atún rojo, no lo he comido más rico en ningún otro lugar. Aunque los otros pescados, el marisco, la carne, el vino... todo aquí es espectacular», asegura Miguel Vaquero. Otros de sus rincones imprescindibles del barrio de La Victoria son «el bar de Flor y la Bodega de La Victoria, donde siempre hay mucho ambiente», resalta.
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Miguel Baraja, la otra mitad del dúo Dos de Picas, se crió en Las Delicias, donde sigue viviendo. «Suelo ir mucho a La Berrea, sobre todo en celebraciones como cumpleaños y aniversarios. Están especializados en carne a la piedra», explica. Y deja muy claro que «no solo hay sepia en el centro, también hay en Delicias y está igual de buena o incluso mejor», haciendo referencia al Bar del Cine. Para tomar un cafecito o una copita, elige los bares O'Donnell y Connery.
Dos de Picas también alterna por el centro. Para Miguel Vaquero, las mejores pizzas de Valladolid las sirven en la pizzería Tarantella, en la calle Recoletas. «Mi favorita es la de jamón, siempre les pido que añadan gambas», confiesa. «Llevan ya 40 años, utilizan productos de alta calidad y ves cómo cocinan, es una pasada», valora. También disfruta tapeando en La Tasquita, especialmente la crêpe de rape con salsa de carabinero, el tartar de solomillo a la pimienta y el montadito de solomillo al Roquefort, aunque coincide con su compañero en que el producto estrella de su carta es la tosta de gambas. «Es emblemática, una delicia», coinciden.
Para acompañar sus platos favoritos, Miguel Vaquero suele optar por una cerveza o un clarete de Cigales, como por ejemplo Sinfo o Salvueros. En cambio, Miguel Baraja prefiere un vino blanco de Rueda y, después, un buen café. Reivindica las cafeterías «con historia, encanto, buen café y buen ambiente» como El Minuto, El Largo Adiós y el desaparecido Penicilino. «Para mí era un lugar muy importante, un punto de encuentro con amigos y familia. A ver si en un futuro reabren nuestro 'Peni' y vuelve con el espíritu que tenía y los conciertos». Y es que ambos agradecen los bares que acogen música en directo. «Tocamos mucho en el Zumo, en el Club Segundo Acto, en el Dux... incluso alguna vez hemos actuado en el Paco Espinosa», cuentan.
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Para poner el broche dulce a una buena comida, Miguel Vaquero se declara un auténtico «fan» de la tarta aniversario de Maro Valles. Miguel Baraja se decanta por la «exquisita» tarta de piñones de Traspinedo, municipio del que también destaca el pincho de lechazo en restaurantes como el Mesón Molinero, Los Doce Arcos o El Laurel de Baco. «Prefiero el pincho de lechazo al lechazo asado, te lo comes como pipas. Por el contrario, Miguel Vaquero se inclina por el lechazo al estilo tradicional, y para degustarlo destaca La Costa del Piñón, también en el barrio de La Victoria, y Mannix, en Campaspero. En cuanto a pinchos tradicionales, destacan las croquetas de El Corcho y Ceyjo, y la tortilla de patatas de Groove.
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Décimo aniversario del grupo Dos de Picas
Miguel Vaquero y Miguel Baraja están de celebración: su grupo Dos de Picas cumple diez años. Fue justo hace una década cuando se conocieron al sustituir Miguel Baraja al guitarrista David de la Plaza en Aviones Plateados, banda de tributo a El Último de la Fila en la que cantaba Miguel Vaquero. Decidieron lanzarse a formar un dúo juntos y acertaron, ya que se sienten muy afortunados por contar con una agenda repleta de actuaciones en toda clase de eventos. Su secreto radica en un «repertorio muy variado con pop, rock y rumba», además de su implicación para lograr su principal objetivo, «intentar hacérselo pasar bien al público. Donde la gente quiere fiesta, ahí están Dos de Picas».
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