Valladolid

Dos casas molineras en estado ruinoso de Las Delicias se convierten en foco okupa

Quedó patente el pasado fin de semana cuando hasta ese punto se tuvieron que desplazar varias dotaciones de la Policía Municipal y de emergencias sanitarias para controlar una pelea y un fuego. Los hechos se desencadenaron al enfrentarse dos moradores ilegales de esos inmuebles. Así lo comprobaron los agentes a su llegada, que también solicitaron la presencia de una ambulancia para atender las heridas a los dos hombres que recibieron el alta en el mismo lugar.

La preocupación aumentó esa misma noche al constatar que entre esas paredes a medio derruir se había producido un incendio. Un fuerte olor a quemado procedía del interior de la vivienda, aunque el mismo parecía haberse extinguido al tratarse de una hoguera.

Todo eso fue presenciado por los vecinos de la zona, que vieron cómo los dos implicados en la agresión mutua eran derivados a dependencias de la Policía Nacional para su identificación al no portar ningún tipo de documento.

Fue el último incidente que se suma a continuos consumo de alcohol, que en ocasiones concluyen con altercados. «Una vez vi cómo sacaban a una mujer como si fuera un saco de patatas», relatan ciudadanos de la zona. «Hay mucha basura y lo peor de todo es que el tejado de una de esas casa molineras está a punto de colapsar. No sé si tardará un mes o un año, pero cada vez está peor», continúan.

Los patios de esas viviendas están repletos de restos de obras o muros que se han vencido con el paso del tiempo. Son escombreras en terrenos particulares.

Por ese motivo, comunidades de vecinos de edificios contiguos ya han trasladado al Ayuntamiento la queja de una situación que se mantiene con el paso de los años. «No mejora», apuntan. «Sabemos que uno de los terrenos es de la constructora del Grupo Parrado, pero el otro debe ser de, tal vez, cuatro o cinco propietarios tras una herencia. Tenemos constancia de que Parrado quiso comprar la otra parte, pero nunca fructificó. De haber salido adelante, era un buen cuadrado para levantar algo, pero...», se lamentan ante una situación que les deja poco margen de maniobra.

Sobre la estancia de los okupas, aseguran que les ven por temporadas. «Depende de la época del año», agregan. «Vemos la basura que acumulan. Es bastante. Y al parecer deben estar enganchados a la luz. No sabemos cómo. También intuímos que tienen Internet. Un misterio», se preguntan los vecinos más cercanos.

A pocos metros de ese punto, en la calle Olmedo, el barrio de Las Delicias sufrió otro foco de okupación. Fue en el número 4 de la citada vía, donde se llegaron a instalar cinco jóvenes en un bloque debilitado por el paso del tiempo. Se encontraba apuntalado y ahora está pendiente de la demolición.

Fueron días de tensión los que se vivieron en la primavera del año pasado, cuando la Policía Municipal abortó hasta cuatro intentos de asalto. Esos incidentes elevaron la preocupación del vecindario, sobre todo cuando se confirmó, en presencia del concejal de Seguridad Ciudadana, Alberto Cuadrado, que tres personas ya se habían asentado. La rápida respuesta de Servicios Sociales, en colaboración con la Policía Municipal, sirvió para que el problema de la okupación se diese en aque momento por zanjado. En esos momentos, aunque la opinión pública no lo conocía, existía otro foco okupa, el que tiene ahora en vilo a los vecinos de la esquina de San José de Calasanz con Delicias.