Valladolid

Destierran a una familia al 29 de Octubre tras una reyerta con un muerto en Tarragona

Los hechos tuvieron lugar en el barrio de Campclar, en Tarragona, al mediodía del pasado 10 de octubre, cuando se inició un enfrentamiento entre dos familias. La pelea en la calle y a plena luz del día derivó en disparos con armas de fuego, provenientes desde una vivienda cercana. Uno de ellos acabó con la vida de una persona y dejó, además, dos heridos sin que sus vidas corrieran peligro.

La cercanía de una comisaría de los Mossos propició un amplio operativo que acabó con la detención de seis presuntos implicados, con edades comprendidas entre los 19 y los 50 años.

La muerte de una persona, después de unos días, acabó con el destierro de una de las dos familias implicadas, con su nueva residencia en el 29 de Octubre. Desde la asociación vecinal, muy crítica con el estado de la barriada desde hace años, han preferido no hacer comentarios al respecto, aunque ya son conocedores de la nueva situación.

El colectivo vecinal asegura que desconocen si en los «continuos enfrentamientos» están implicados estos nuevos vecinos de la zona, pues llevan tiempo exigiendo de una forma pública para que el Ayuntamiento y la Policía, tanto la Nacional como la Local, efectúen más controles para evitar el narcotráfico. Porque ya hablan de «gueto».

Problemas de convivencia, suciedad y el menudeo, según describen, hacen de este barrio, con casi 600 viviendas, en un «infierno». «Muchos vecinos ya han optado por abandonar sus casas de toda la vida. Ya no quedamos casi nadie de los de toda la vida. Estaremos hablando que resiste el 30% de los vecinos», apuntaba la presidenta de la barriada, Sagrario Gil Olmedo, este verano.

Desde la barriada lamentan el deterioro de sus calles, así como la dejadez de las instituciones ante el conflicto vecinal. «Al final vamos a tener discusiones. Se lo dices y les adviertes de la porquería que hay en el suelo. Lo único que te dicen es que 'esto es así; el barrendero, barre'», recalcaba un propietario hace unas semanas.

«No voy a permitir que nadie venga a echarme. Es lamentable que nos tengamos que dar por vencidos y dejar nuestras casas. Lo peor son las generaciones que vienen. Si los padres no tienen educación, imagínate los hijos», lamentaba la presidenta antes de conocer la llegada de una familia desterrada de Tarragona.