Curioseando
El cuadro que recuerda la lucha obrera de los talleres Renfe de ValladolidLas protestas, ocurridas en pleno hervidero industrial del siglo XIX, duraron trece días en los que la empresa no accedió a las pretensiones de los trabajadores
En Valladolid, a finales del siglo XIX, los Talleres de la Compañía Ferroviaria del Norte fueron escenario de una de las reivindicaciones más duras de ... la época. Aquel conflicto obrero, marcado por la reducción de salarios y la represión, no solo dejó huella en la historia de la ciudad, sino que también inspiró una de las pinturas más conmovedoras del realismo social español, el lienzo titulado 'Después de una huelga', es obra del pintor asturiano José Uría y Uría y está datada en torno a 1895.
El lienzo se encuentra en el corazón del Museo del Prado de Madrid, pero no está expuesto, pues se ubica en depósito en el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo. Y es que más allá de su fuerza artística, la obra se encuentra íntimamente ligada a Valladolid. El suceso ocurrido en los talleres ferroviarios de la ciudad en la primavera de 1892 llegó a alcanzar tal magnitud que se extendió a Barcelona.
En aquellos tiempos, la ciudad era un hervidero industrial. La industria ferroviaria empleaba a cientos de obreros, que acataban las largas jornadas laborales con un salario escaso. Fue en 1892 cuando una reducción salarial desató una de las protestas más sonadas de la ciudad. Los conflictos desembocaron en una guerrilla constante entre las fuerzas del orden y los trabajadores. Un enfrentamiento que dejó heridos, muertos y un sentimiento de injusticia en la memoria colectiva de las víctimas vallisoletanas.
Los conductores, ajenos a las protestas
Aunque el artista asturiano no fue testigo de aquellos hechos, su estancia en Valladolid, donde ejerció como docente durante unos años, y el contacto con personas cercanas a la lucha, le bastó para proporcionar la información necesaria para recrear la escena. En el lienzo, la escena habla por sí sola. Se pueden reseñar al menos cuatro escenarios.
La tensión de la obra se centra en el grupo protagonista de la imagen. Un obrero yace muerto, mientras su esposa, arrodillada junto a él abraza a su hija con desesperación. Al fondo del trío familiar y totalmente ajenos al dolor humano, se dibujan las siluetas de dos trabajadores uniformados. Al representar un episodio real, la huelga de la Compañía Ferroviaria del Norte, de Valladolid, se percibe que estos dos personajes eran conductores ferroviarios, pues estos no secundaron la huelga de los talleres.
Tras la cristalera, se muestran cinco figuras a caballo vigilantes tras los disturbios ocasionados por el conflicto laboral. La protesta fue convocada y secundada por los trabajadores del taller y no por los conductores. Los obreros del taller de ajuste y montaje iniciaron el paro el 27 de mayo de 1892 debido a una reducción de salario y jornada tras un parón de trece días en los que la empresa no accedió a las pretensiones y dichas revueltas concluyeron el 8 de junio del mismo año.
Este cuadro, que pertenece a una serie de obras del autor relacionadas con el trabajo en los entornos industriales. La obra muestra el resultado de una queja, en aquel momento considerada delito, en la cual, aquellos trabajadores que decidieron secundarla para reclamar mejoras laborales obtienen como resultado la pérdida de la vida. La pintura fue presentada en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1895, donde fue galardonada con una medalla de segunda clase.
La próxima semana
Desde Curioseando por Valladolid descubrimos la llegada del primer avión supersónico a la ciudad.
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