La crecida del Duero remite y deja un lodazal en los parques de sus riberas en la provincia de Valladolid
La acumulación de troncos vuelve a dañar el embarcadero de Valbuena, que fue reparado hace dos años tras la anterior riada
Los caudales del Duero y del Adaja, los últimos ríos de la provincia que permanecían por encima del nivel de alarma, descendieron por fin este ... miércoles, una semana después del inicio de la última avenida que dejó, en el caso del primero, puntas que alcanzaron los 373 metros cúbicos por segundo en la Ribera del Duero y de 876, aguas abajo de la desembocadura, en San Miguel del Pino. Cantidades suficientes para que el río se desbordara en los puntos habituales a su paso por los municipios ribereños y causara daños en parques y áreas recreativas situadas en zonas inundables desde Peñafiel hasta Tudela de Duero.
Los caudales del propio Duero y del Adaja bajan del nivel de alarma una semana después del inicio del episodio
El acusado descenso del caudal, que el miércoles apenas superaba los cien metros cúbicos en el medidor de Quintanilla de Onésimo, hizo que las aguas volvieran a su cauce y dejarán al descubierto parques cubiertos de lodo, troncos y maleza. Eso además de ocasionar algunos desperfectos en el mobiliario y el arbolado y, en el caso de Valbuena de Duero, «dañara otra vez el embarcadero que fue reparado hace apenas dos años después de que la anterior riada lo destrozara», según lamentaba ayer el alcalde, José Augusto Rodríguez, quien añadió que la crecida ha dejado «el entorno de La Isla –un área recreativa pegada al casco urbano– llenó de troncos». El regidor explicó que aún deben «esperar a que el agua se retire del todo, en el caso de la pasarela del embarcadero, para comprobar los daños, pero van a ser costosos», aventura. El valor de esta infraestructura metálica supera los cincuenta mil euros y ya tuvo que ser reparada hace solo dos años. «En el caso del parque de La Isla hay que esperar a que se seque el terreno y ya hemos solicitado la ayuda de la Diputación para recuperar el paraje cuanto antes».
La escena, aunque con daños menores, repitió en municipios como Bocos, Pesquera o Tudela. «La crecida, aunque menor que en ocasiones anteriores, ha dejado mucho lodo y maleza que tendremos que retirar y comprobar entonces los daños en la vegetación y el mobiliario», explicó el regidor de Bocos, Tomás Llanos. Su homólogo de Pesquera, José Luis Martínez, apuntó que en su municipio, donde el agua anegó el entorno de la pasarela peatonal, «tocara limpiar el terreno y retirar los troncos acumulados, aunque es algo habitual y no esperamos que esta vez se hayan producido daños graves». En Tudela de Duero también han vuelto las aguas a su cauce y dejado un barrizal en el paseo de la Poesía y tumbado parte del arbolado en el entorno del merendero.
El caudal del resto de ríos de la provincia también descendió ayer de manera notable para alejarse de puntas como la de 111 metros cúbicos alcanzada por el Adaja (estabilizado ahora por debajo de 50), de 529 en el Pisuerga (250 marcaba el miércoles), de 77 en el Cega (17) y de 12 en el Esgueva (3).
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