El jefe de equipo, Roberto González, a su vuelta de los incendios, en el parque central de Valladolid. Alberto Mingueza

Un bombero vallisoletano en los incendios de León: «Ya no hay valle, los vecinos están frenando el fuego en sus pueblos»

Roberto González asegura que los incendios de León han sido «una ratonera» por la orografía del terreno y advierte de su «altísima» peligrosidad

Sofía Fernández

Valladolid

Miércoles, 20 de agosto 2025, 19:21

Aún con el cansancio en el cuerpo y con la imagen de unos incendios que lo siguen arrasando, el jefe de equipo de bomberos Roberto ... González, se incorpora de nuevo a su turno de trabajo en el parque central de Valladolid después de descansar «lo justo» y tras 31 horas de tareas de extinción en una zona de valles cerca de Ponferrada.

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En una dotación y junto a cinco compañeros llegaron el lunes de madrugada para ponerse manos a la obra a primera hora de la mañana. Tras las instrucciones del puesto de mando fueron enviados a la localidad de Oencia, allí, codo con codo con efectivos de la UME y con compañeros franceses, trabajaron en un cortafuegos que habían hecho el día anterior los medios de extinción. «El fuego se reavivó tres veces y lo dejamos más o menos controlado, hicimos labores de prevención, repostaje de agua... pero tuvimos que movernos hacia, Lusio, otro pueblo (de unos 20 vecinos) que estaba a unos 15 kilómetros donde estaba ardiendo una casa, los trayectos allí complican mucho la intervención«, relata Roberto.

Es un bombero experimentado, con 31 años de carrera, y con experiencia en catástrofes naturales que dibujan un paisaje desolador, como los fuegos que devoraron más de 60.000 hectáreas en la Sierra de La Culebra hace solo tres años. «Estos son muchísimo más peligroso, por la orografía que hay, en los de Zamora el terreno era más abierto, esto ha tenido que ser una auténtica ratonera con carreteras en las que no se puede circular muy rápido y zonas de profundos valles».

Estado en el que ha quedado el pueblo leonés de Lusio y el valle donde se ubica. El Norte

Para que se entienda lo que hay allí Roberto advierte, «si te metes en un sitio igual ya no sales por cómo avanzaba el fuego. Esto ha tenido que ser tremendo», explica Roberto, mientras muestra unas fotos que hizo de la zona donde fue destinado que muestran un valle completamente calcinado hasta donde la imagen puede captar. «Son kilómetros y kilómetros». El jefe de equipo vio un cielo naranja cubierto de humo, señales de tráfico abrasadas y un pueblo, el de Lusio, completamente destruido.

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«Nos podían haber activado desde el primer día y se hubiera evitado que casas y pueblos estén ahora afectados»

Roberto González

Jefe de equipo de bomberos de Valladolid

Hasta allí llegó la dotación de Valladolid por el aviso recibido, pero no pudieron hacer nada por la casa que estaba en llamas, porque el acceso al pueblo era imposible. «Había ardido todo los días anteriores, se habían caído los muros de las casas sobre la carretera. Solo se han salvado dos viviendas y una pequeña zona de huerto, en el resto de viviendas ya no había ni cubierta, ni forjado. Da muchísima pena, se te cae el alma a los pies cuando estás allí y lo ves», asegura.

Roberto es muy claro describiendo la situación de lo que ha visto a unos 40 kilómetros de Ponferrada. «Antes esto era precioso, pero ahora no hay valle, es que no ha quedado nada. Da pena verlo y decirlo, pero es que hay zonas en las que ya no hay nada que salvar», lamenta.

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Prevención insuficiente

Al igual que sus compañeros, Roberto lo ha dado todo en esas 31 horas de servicio, en las que han compartido trabajo con bomberos de Salamanca, Segovia, Soria... «El reparto de trabajo en los puestos de mando estaba más o menos coordinado», dice.

Cuando ha pisado el terreno, cuando ha comprobado en primera persona cómo está la situación en la provincia de León (que mantiene activos 12 fuegos activos y 2.566 evacuados en 28 pueblos) Roberto lo dice alto y claro, «la prevención que hace la Junta durante todo el año es completamente insuficiente y a la vista está. Por mucho que digan lo contrario, se puede hacer mucho durante todo el año antes de llegar a estos incendios que arrasan con todo».

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Comprende perfectamente la baja moral que se ha encontrado en la zona«he visto a los vecinos muy enfadados y con una sensación de abandono que es completamente lógica porque llevan viendo todo arder nueve días. A nosotros nos podían haber activado desde el primer día y se hubiera evitado que casas y pueblos estén ahora afectados».

Tanto en Oencia, (un pequeño pueblo de casi 300 vecinos) como en pueblos cercanos no se han ido, pese a peligro y a todo lo que se juegan por quedarse en una zona que puede ser una ratonera a merced del avance del fuego. «De hecho, son ellos los que están logrando frenarlo cuando llega a su pueblo, son ellos los que con tractores, desbrozadoras, motosierras o lo que tengan están cortando árboles y quitando la maleza, son ellos los que están salvándolo y haciendo cortafuegos como pueden y aún así cuando nos ven nos dan las gracias», finaliza Roberto.

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