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Mejor en femenino. Jesús Anta, el político y cronista vallisoletano, hablaba de la Esgueva. Elegía para sus artículos el femenino cada vez que se refería ... a ese río «modesto, discreto, domesticado» que conecta barrios y él conocía tan bien. Durante muchas primaveras, fue el cicerone de una visita guiada que recorría sus riberas para explicar la historia y las curiosidades de un río que perdió ramales y la batalla popular frente al Pisuerga.
Para reivindicarlo (y para estrechar las relaciones entre las zonas por las que hoy discurre), Anta fue uno de los impulsores de 'En junio, la Esgueva', un proyecto de actividades culturales que, en torno al río, implicaba a los colectivos vecinales de Pilarica, Belén, Pajarillos, Barrio España, Hospital, Circular, San Pedro Regalado y La Rondilla.
«Este sábado, justo este sábado 3 de mayo, habíamos quedado hace meses con él para que nos acompañara en un paseo por este río que conocía tan bien», explica Ana Remis, portavoz de la asociación ambiental La Olma, que este sábado organizó una actividad en recuerdo de Jesús Anta.
«A principios de año, cuando planificamos las actividades para los próximos meses, quedamos con Jesús para que nos hiciera una visita guiada por el río», cuenta Remis. El escritor, fallecido el pasado 30 de enero, colaboraba de forma habitual con este colectivo nacido en defensa del patrimonio natural de Valladolid. «Con él hicimos una visita guiada al cementerio, a Las Aceñas del Pisuerga. Nos impartió muchas charlas, siempre desde un punto de vista didáctico y una clara vertiente ecologista», asegura Mimi Campos, integrante de la asociación.
Por eso, la actividad de este sábado –una batida de limpieza por La Esgueva– estuvo dedicada a la memoria de Jesús Anta. Remis leyó, justo antes de comenzar el recorrido, unas palabras en recuerdo del exconcejal de Izquierda Unida. «Su pasión por Valladolid y su profundo conocimiento del entorno siguen presentes en cada rincón que hoy vamos a recorrer», dijo junto al Puente de la Tía Juliana (en el paseo de Juan Carlos I), justo el punto que solía elegir Anta para comenzar sus visitas por la Esgueva.
«Dedicó su vida a contarnos Valladolid desde abajo: sus barrios, sus márgenes, sus puentes y su memoria popular. Hoy caminamos con él en el corazón. Este paseo es nuestro humilde homenaje a un gran comunicador y, sobre todo, a una gran persona», concluyó la lectura del texto, que se cerró con un sentido aplauso por parte de los asistentes a la cita. Entre ellos, Martina Gambade, quien no dudó en ensalzar el compromiso político, ambiental y ciudadano de Jesús Anta.
Las rutas que el divulgador solía programar por la Esgueva acompañaban el curso del río hacia su desembocadura. Y siempre con curiosidades en la boca. «El femenino de la Esgueva quizá sea por reminiscencias de la gramática anterior al siglo XVII, difusa con los géneros», explicaba durante una de esa visitas, en junio de 2013. «El nombre –continuaba– parece venir de la derivación vaccea de una palabra similar que significa 'río entre árboles'. El caso es que la Esgueva, así en femenino, aparece por ejemplo en un escrito de los Reyes Católicos, por el que se pide que no se arroje basura a las Esguevas», rememoraba Anta.
Precisamente la basura fue la excusa y el motivo para la reunión de este sábado. La asociación ambiental La Olma convocó a sus socios para una batida de limpieza río arriba. Pertrechados con bolsas de basura y pinzas para no tener que estar permanentemente agachados, los voluntarios del colectivo retiraron de los márgenes del río varios kilos de papeles, latas, botellas, paquetes de tabaco... «Es increíble la enorme cantidad de basura que se puede acumular», dice Remis, mientras intenta alcanzar una garrafa de lejía atrapada entre los juncos.
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Con el apoyo de voluntarios de Cruz Roja (Noelia, Miguel y Alejandro) y también de personas vinculadas con Cáritas, los integrantes de La Olma se patearon la Esgueva con el reto de eliminar toda la basura que los más desaprensivos arrojan a su alrededor. Entre los participantes en la jornada, Elsa García, una de las últimas incorporaciones a la asociación. «Trabajo en Michelin, donde tenemos un equipo de voluntarios, y fue a través de ellos como conocí La Olma. Me gusta que sea un grupo heterogéneo, con personas de diversas edades. Y, por supuesto, comparto sus criterios ambientales. Me parece que desde aquí se hace un despliegue increíble, con actividades todas las semanas». La de esta vez: este encuentro para recordar el enorme amor que Jesús Anta sentía por La Esgueva y el patrimonio vallisoletano.
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