Los arqueólogos escanean la capilla del rey irlandés en Valladolid en busca de nuevos restos del convento de San Francisco
Las pruebas del georradar, cuyos resultados deben ser analizados, bucean en el subsuelo bajo la oficina del banco Santander de la calle Constitución
Las catas llevadas a cabo hace un año en el subsuelo de la calle Constitución, a los pies del bloque de viviendas del número 10 ... y de la oficina del Banco Santander, permitieron descubrir «sin lugar a dudas» los restos de la capilla funeraria de Las Maravillas del desaparecido convento de San Francisco (siglos XIII al XIX) y desenterrar los cuerpos de veinte personas que fueron inhumadas allí entre los siglos XIII y XV, además de restos óseos dispersos en distintos niveles de enterramiento de este espacio religioso que acogió en su día los restos de Cristóbal Colón (1451-1506), antes de su traslado a Sevilla (1509), y del rey irlandés 'Red' Hugh O'Donell (1572-1602). Ninguno de los cuerpos localizados han podido ser aún identificados, aunque sí se han datado de forma aproximada sus inhumaciones, si bien los trabajos continúan con el análisis de los restos. Y podrían proseguir también las excavaciones a expensas del resultado del análisis del subsuelo que se encuentra bajo la entidad bancaria y que acaban de realizar los arqueólogos con un georradar a cargo del mismo equipo que llevó a cabo la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes en el convento de las Trinitarias Descalzas de la capital madrileña.
Una herramienta muy precisa
«El georradar es una herramienta muy precisa que recoge las evidencias que se encuentran en el subsuelo a distintas cotas de profundidad, si bien sus resultados aún están siendo analizados con equipos informáticos al tratarse de una tarea compleja a la hora de concretar el mapa exacto de los restos que se encuentran a continuación del área excavada (ya bajo la oficina bancaria) eliminando elementos como canalizaciones o construcciones posteriores al convento», explica el arqueólogo Jesús Misiego, que participa en esta excavación. Los resultados de la prueba del georradar determinarán la viabilidad o no de proseguir con las prospecciones en busca no solo de los restos del noble irlandés sino de los vestigios del propio convento franciscano.
Más información
«Lo que sabemos casi con total seguridad es que a continuación del área excavada el año pasado (en el mes de mayo), donde estaba el espacio de tránsito entre la iglesia y la capilla, se encuentra la prolongación de la capilla de Las Maravillas y presumiblemente los muros del claustro y las líneas de otras capillas», concreta el arqueólogo antes de matizar que otra cuestión es que el mapa del subsuelo determine si es posible indagar bajo el centenario inmueble del número 10, situado en la esquina de las calles Constitución y Duque de la Victoria, y «la viabilidad de los restos». La decisión final, cuando esté completado dicho mapa, dependerá del Ayuntamiento y, en su caso, del permiso de la entidad bancaria para realizar la prospección.
La repercusión en Irlanda de las excavaciones realizadas en mayo del año pasado, nada más concluir el confinamiento, animaron al Ayuntamiento a poner en valor los restos localizados, hasta hace poco, con un trampantojo que protegía los restos y que mostraba la historia del lugar y de los destacados personajes que allí fueron enterrados. Su idea, al margen de que puedan continuar o no las excavaciones, pasa por erigir allí una escultura del héroe irlandés y destacar su historia a través de un dispositivo digital. Localizar e identificar sus restos, en cualquier caso, parece una tarea compleja. «Tenemos una copia manuscrita del año 1600 del libro de enterramientos del convento con la identificación de las personas que recibieron sepultura en la capilla, pero no será fácil identificar los restos –aún se están realizando los estudios antropomórficos– si no se encuentran más indicios», concluye Jesús Misiego.
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