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Muere el Papa Francisco
Argüello ensalza la cultura del encuentro que predicó el Papa FranciscoEncuentro de luz, de misericordia y de esperanza. La Iglesia de Valladolid representada por presbíteros, religiosos, pueblo fiel y autoridades llenaron anoche la Catedral para ... ofrecer un homenaje al Papa Francisco en una comunión de perdón, acogida y sanación con continuas referencias a los mensajes del Sumo Pontífice como el encuentro con todos, todos, todos -como decía el propio Bergoglio-, con la pobreza y, en definitiva, con los demás, con el otro, para hacer del día a día escucha y ayuda. Fue un homenaje de ciudad y diocesano de luz tras el apagón. El arzobispo, Luis Argüello, presidió una eucaristía junto al deán de la Seo, José Andrés Cabrerizo, y el vicario general, Jesús Fernández Lubiano, en la que estuvieron presentes más de 70 sacerdotes quienes, antes de la misa, recordaban con especial cariño al obispo de Roma. Un recuerdo que situó a todos en el abrazo de la columnata de Bernini en la plaza de San Pedro del Vaticano en lo que hicieron significar como una Iglesia de acogida con la mente también puesta en tantos vallisoletanos que estos días hicieron suyo el mensaje de Iglesia abierta para acudir a despedirse in situ del Pontífice: «Todos somos de la misma carne, tierra e historia y algunos nos reconocemos del mismo Padre», dijo Argüello al inicio de su homilía ante una asamblea expectante.
Las reflexiones de esperanza en la relación con los demás fueron las repetidas alusiones en un tiempo de Jubileo, el actual Año Santo Romano, especialmente luminoso desde que abriese la Puerta Santa del Vaticano, donde el Papa Francisco convirtió a cualesquiera en peregrinos de esperanza más en el recuerdo de su fallecimiento el pasado Lunes de Pascua, una jornada de alegría con el sello de la esperanza y la resurrección como se apuntaba desde el comienzo de la misa e invitando a los presentes a agradecer con el testimonio por todo lo que hizo. Y, precisamente, desde esos primeros compases de la celebración, el prelado vallisoletano se refirió al cirio pascual encendido «que en su esplendor alumbra el camino que acaba de emprender el Papa».
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«Una luz frente a las tinieblas», iba desgranando Argüello, citando incluso los últimos años donde el mundo ha estado con la penumbra dejada por la pandemia de hace un lustro o, esta misma jornada de lunes, con el apagón registrado: «La luz tiene la capacidad para disipar las tinieblas más oscuras». Y, a partir de aquí, mensajes especialmente positivos y esperanzadores para esta marcha terrenal pero que deja un gran legado y un buen camino porque, como exaltó el arzobispo, «¡Es Jesucristo la luz del mundo!» para, seguidamente, recordar que en la actualidad vivimos «el siglo de las luces que es también del iluminismo de la razón».
Fue una sentida prédica con muchos gestos hacia el Papa recientemente fallecido tendiendo así la mano a todos los escuchantes para seguir su camino «como luz del corazón» elevando así la plegaria de la Iglesia recordando en este sentido, a todos y en especial a los suyos, que «Francisco ofrece y recuerda la misericordia y la alegría que surge de la misericordia». Una Iglesia en salida, significó anoche Argüello en palabras de tantas y tantas ocasiones de Bergoglio, «hablando de la herida de la pobreza y el empobrecimiento injusto», citando en este punto a San Juan Pablo II.
Un gran retrato preside la misa
Una gran fotografía del Papa Francisco presidió la celebración eucarística, una imagen especialmente evocadora del pintor Raúl Berzosa, una pintura, donde el sucesor del apóstol Pedro compartía el espacio y las palabras con una mirada penetrante y un gesto de escucha además del trasfondo de la Iglesia Universal, la reconocida cúpula de San Pedro del Vaticano, en lo que incluso parecía uno de tantos esos planos televisivos que estos días han asomado por las casas de millones de hogares de todo el mundo. Y precisamente de esa universalidad el prelado vallisoletano se sintió especialmente orgulloso al disertar sobre su asistencia a la misa exequial del Sumo Pontífice el pasado sábado. Un entrañable recuerdo del Papa cuando Luis Argüello también habló del Corazón de Cristo, como escribió Jorge Mario Bergoglio en su última encíclica, y en clara alusión al Año Jubilar del Sagrado Corazón que precisamente este Papa concedió a la Archidiócesis de Valladolid entre los años 2023 y 2024 ante la gran devoción que se profesa en Valladolid.
La luz del camino, del Evangelio o de la esperanza fueron otros significados desgranados en relación a la brillante llama del cirio Pascual cuyo encendido y luminosidad coincidió con su muerte pero que a su vez, debe significar, precisó, «nos impulsa a anunciar el evangelio de la misericordia» para lanzar un mensaje de actualidad: «Hoy la Iglesia también navega en medio del cambio de la época que vivimos, una nueva manera de caminar juntos» para subrayar animar «a estar enamorados de Jesucristo porque sólo así podremos enamorar el mundo».
Y como un susurro entre los sacerdotes y los ciudadanos presentes… «Pensar en el otro, cuidar, curar, atender… en la alegría de abrir las iglesias, todas las casas parroquiales y las casas de hermandad, que la Iglesia sea un hospital de campaña» a lo que el propio Luis Argüello apostilló: «La Iglesia como pueblo entre los pueblos, que es la expresión de lo que realmente es la Iglesia, cada uno desde su débil fe y de su vocación -en relación a los numerosos curas presentes-, un signo de que todos somos familia». Unas entrañables palabras, en una misa de plena acogida, donde también se refirió al próximo, al cónclave que comenzará el 7 de mayo tras los encuentros preparatorios que están celebrándose estos días en la Ciudad Eterna y en los que están participando, por ejemplo, los cardenales vallisoletanos el arzobispo emérito de Valladolid, Ricardo Blázquez, y el claretiano Aquilino Bocos Merino.
La Seo Metropolitana registraba bastante entrada, con naves casi llenos donde la propia diócesis había instalado sendas pantallas de gran formato para seguir mejor toda la eucaristía en la que participó también e Coro Diocesano dirigido por Diego Gutiérrez y la organista Pilar Cabrera. En la plaza de la Universidad se instaló otra gran pantalla aunque la rareza del día del apagón parece que no animó a muchas personas a llenar este emplazamiento como inicialmente se preveía. En la zona de los bancos, en las primeras filas, las autoridades, encabezadas por el presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, junto al alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, la consejera de Agricultura de la Junta de Castilla y León, María González Corral, y el presidente de la Diputación Provincial, Conrado Íscar, además de otros representantes civiles y militares entre los que se encontraba la primera teniente de alcalde del Consistorio vallisoletano, Irene Carvajal.
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