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Los amigos vallisoletanos del Papa León XIV: «La última vez que nos vimos fue en Villa del Prado»Secciones
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Los amigos vallisoletanos del Papa León XIV: «La última vez que nos vimos fue en Villa del Prado»La última vez que el padre Roberto visitó Valladolid fue hace tan solo unos meses. A mediados de septiembre de 2024. Aquel día, Robert Prevost ... se acercó a la ciudad para encontrarse con unos viejos amigos, Armando y Nathalie, una pareja a la que el entonces obispo (y hoy Papa León XIV) conoció cuando era párroco en Nuestra Señora de Montserrat, en la ciudad peruana de Trujillo. El padre Roberto casó a la pareja, bautizó a sus dos hijas, trabó una estrecha amistad con esta familia hoy residente en Valladolid… y desde hace unas horas, es el máximo representante de la Iglesia Católica. «Es un regalo de Dios ser amigo de la persona que ahora es Papa. Es un hombre de Dios, un hombre que vive el Evangelio, un gran amigo. Tenemos la sensación de que esa amistad tendrá que profundizar en otro tipo de cercanía. Ya no es el padre Roberto, ahora es el papa León XIV, amigo de todos».
Y su agenda, su disponibilidad, sus preocupaciones han cambiado para siempre. «La última vez que nos vimos fue aquí, en Valladolid, en septiembre, cuando vino a bendecir nuestra casa», cuenta Armando Lovera. «Teníamos concertado encontrarnos en Roma, en algún momento de su apretada agenda mucho antes de que falleciera el papa Francisco. Tenemos los billetes comprados». La familia vallisoletana viajará a Roma, pero las circunstancias serán distintas. El encuentro que tenían previsto con su amigo, el padre Roberto, tal vez se tenga que limitar a una audiencia pública con León XIV.
La amistad, cuenta Armando, se remonta casi al primer día en el que ambos coincidieron. El padre Robert Prevost ayudó a construir el templo de Nuestra Señora de Monserrat. «Montserrate es un barrio de clase media, que tenía una serie de servicios comunes, pero no tenía parroquia. A principios de los años 90, un grupo de mujeres que rezaba el rosario se reunió con el arzobispo de Trujillo (entonces monseñor Manuel Prado) para proponerle la apertura de una iglesia en la zona. La respuesta que las fieles recibieron fue: «Si encuentran un sacerdote, adelante». Y encontraron al padre Roberto, un misionero estadounidense destinado en Perú. Prevost solo les insistió en algo: «Si ustedes apoyan, yo les apoyo». Buscaba la implicación de la comunidad, la participación religiosa y social en la parroquia. El templo se comenzó a construir en 1992. «Recuerdo que, al principio, para ir a misa, mientras se levantaba la iglesia, cada uno íbamos con nuestras sillas de casa».
Aquel sacerdote de barrio que llegaría a Papa propuso el plan de acción 'Nueva imagen de parroquia', con la constitución de un equipo parroquial de laicos y laicas en las diversas zonas en que dividió la parroquia, para construir no solo un edificio, sino también una comunidad grande, a partir de distintas comunidades pequeñas donde todo el que pudiera colaborar tuviera cabida. «En mi zona había gente que no era católica, pero que aportaba a la parroquia», recuerda Armando, quien no duda en calificar a Robert Prevost como una persona «más peruana que el ceviche», y más amigo que la «causa limeña».
Ahora su nombre es León XIV. Retoma el que a finales del siglo XIX adoptó León XIII, un Papa que se implicó en la lucha de los trabajadores y sus condiciones de dignidad. «Mucha gente destaca esa vertiente social, pero no hay que olvidar otra muy importante que también explica la elección del nombre de León XIV: la vertiente misionera», cuenta Armando. Porque entre el legado de León XIII también se encuentra su papel por los derechos humanos de los pobladores de la Amazonía. «León XIII pidió a los agustinos que se hicieran cargo de una misión en la selva amazónica, donde había unos empresarios caucheros que explotaban a mucha mano de obra en régimen de esclavitud«.
El Papa se preocupó entonces por esa situación y animó a la evangelización en el Amazonas. Y fueron los agustinos de la antigua provincia agustina del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas quienes acogieron el reto. Muchos misioneros castellanos y leoneses fueron para la selva de Perú. Por eso, destaca Armando, el amigo vallisoletano de León XIV, es tan importante subrayar esta vertiente misionera, de apoyo a los menos protegidos, del nuevo Papa. «El Papa conoce muy bien la selva peruana; la hemos recorrido juntos. Y sabe estar cerca de las personas que no tienen voz, que están sufriendo, que más lo necesitan».
Aquella amistad que se fraguó en Perú se ha mantenido con el paso de los años. En 2000, Armando se vino a vivir a España. Desde febrero de 2014 reside de forma estable en Valladolid. Y el nuevo Pontífice ha visitado la ciudad en varias ocasiones. «Sobre todo en los momentos más importantes de nuestro crecimiento personal, familiar y cristiano. El padre Roberto es un amigo entrañable al que queremos y respetamos mucho; desde siempre ha sido un referente, hemos tenido la bendición de poder conocer y contemplar a través de su vida y servicio las enseñanzas del Evangelio. Es un ejemplo cercano del amor de Jesús en la vida», recuerda Armando; quien conserva, además, anécdotas cotidianas con el recién proclamado Papa León XIV. Por ejemplo, aquel día de julio de 2010 en el que, de camino en coche desde Madrid a Valladolid, pararon en Los Ángeles de San Rafael para poder ver la final del Mundial de Sudáfrica. La ganó España. «Y él, como un forofo más de la selección, decía ¡Viva España!. Cuando el partido terminó, cogimos de nuevo el coche. Lo dejé en la casa de los Agustinos Filipinos en Valladolid (que el Papa ha visitado en varias ocasiones) y yo me fui para casa en Bilbao», rememora este vallisoletano que, reconoce, no ha dormido mucho durante las últimas horas.
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«Hemos estado expectantes, rezando mucho para que los cardenales eligieran al Papa que necesita la Iglesia, una persona que sea como un padre para los católicos. No tenía por qué ser él. Personalmente, quizá hubiera querido que fuera otro. Pero nuestro amigo, el padre Roberto, ya es desde ayer León XIV. Y, estamos seguros, que su amistad la ofrecerá a todos desde su condición de Papa».
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